Pide la STPS a legisladores tomar en cuenta repercusión
Cambios a ISR impactarán empleo y bajarán ingresos de la clase media
Conflictos laborales, presiones inflacionarias, reducción de los ingresos de la clase media, aumento de costos para las empresas y mayor desempleo son algunas de las repercusiones que tendrán las modificaciones al impuesto sobre la renta (ISR) para personas físicas que entrarán en vigor a partir del próximo año.
El secretario del Trabajo y Previsión Social (STPS), Javier Salazar, opinó que las nuevas disposiciones pueden hacer que los sindicatos demanden incrementos contractuales superiores a 5 por ciento para compensar la merma de los salarios
El funcionario recomendó a los legisladores tomar en cuenta el impacto de las políticas fiscales en el empleo.
"Gravar las prestaciones significa que los trabajadores reciban menos y que las peticiones de aumento sean más altas. Hay que pensarlo muy bien. Si se da como está vamos a tener presiones porque se calcula que los ingresos netos de los trabajadores van a disminuir 5 por ciento; eso quiere decir que van a pedir 5 por ciento más. Eso dependerá de los niveles salariales y de las prestaciones".
Por separado, el director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Mario Rodarte Esquivel, explicó que el nuevo régimen aumentará los costos de las empresas porque incrementará la base para calcular impuestos y las aportaciones al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El "gran riesgo", añadió, es que se reduzca el empleo formal. "Estimamos que cuando los costos laborales de las empresas aumentan 10 por ciento el empleo se reduce aproximadamente 15 por ciento".
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), José Luis Barraza, informó que ya están en negociaciones con la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados a fin de conservar las medidas de simplificación del proyecto, pero sin que las aportaciones de seguridad social aumenten la base gravable de las empresas.
Barraza González advirtió que los empresarios "definitivamente" no aceptarán peticiones de aumento superiores a 5 por ciento en caso de que la reforma reduzca las percepciones de los trabajadores afectados por el nuevo régimen fiscal. "No podemos permitir que se incrementen los costos laborales de las empresas ni que se disminuyan las prestaciones de los trabajadores".
Por su parte, el presidente del Comité Fiscal del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Carlos Cárdenas, aseguró que no se pretende incrementar el gravamen a las prestaciones de seguridad social y acusó a los sindicatos de distorsionar la información sobre las nuevas disposiciones fiscales, pues las prestaciones que excedan de un salario mínimo al mes ya pagan impuestos.
El especialista detalló que la reforma beneficia a los trabajadores que ganan hasta cinco salarios mínimos; sin embargo, a quienes ganan entre 10 y 20 minisalarios se les incrementará la carga fiscal hasta en 11 mil pesos al año.
El fiscalista dijo estar en desacuerdo con la medida y señaló que deberá corregirse para hacerla más equitativa.
No obstante, el presidente del IMEF, Ricardo Ancona, sostuvo que las modificaciones tributarias no resuelven el problema de fondo del sistema fiscal mexicano, que es una evasión de impuestos cercana a 30 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Ancona aseveró que el Congreso deberá enfrentar la realidad e incrementar los gravámenes indirectos como el impuesto al valor agregado (IVA) y sobre producción y servicios (IEPS), que son más fáciles de recaudar y administrar. Asimismo, dijo estar a favor de aplicar el IVA en alimentos y medicinas, aunque sea a una tasa diferenciada.
Demandó aprobar la creación de la procuraduría de Defensa del Contribuyente, iniciativa a la que se opone el Ejecutivo.
Ancona hizo un llamado tanto al Presidente como al Congreso para aprobar la reforma fiscal en el próximo periodo de sesiones, que será "la última llamada" para evitar "un fracaso histórico". Asimismo, advirtió que las modificaciones pueden convertirse en "cuento de nunca acabar" porque el próximo Presidente, cualquiera que sea su partido, tampoco tendrá mayoría en el Congreso.