Jerusalén, sede de conferencia internacional para condenar la violencia
Rechazo a la ocupación y las guerras, consigna de las Mujeres de Negro
Sin tomar partido, comparten luto y dolor para refrendar su compromiso por la paz
Ampliar la imagen Jud� que se niegan al retiro de la franja de Gaza, se atrincheraron en una sinagoga del asentamiento de Neve Dekalim, donde irrumpi� ej�ito israel�ara desalojarlos FOTO Ap Foto: Ap
Jerusalen, 18 de agosto. Vienen de los lugares más remotos de la tierra, la voz de Gila Svisrki, presidenta de la asociación de las Mujeres de Negro en Israel, se quebraba de emoción presentando a las diferentes delegaciones llegadas a Jerusalén para participar en la conferencia internacional organizada en conjunto por las Mujeres de Negro en Palestina y las Mujeres de Negro en Israel. Ha tomado casi un año de malentendidos y de problemas tanto logísticos como políticos, no todas las mujeres palestinas pueden entrar a Jerusalén, las reglas que controlan el acceso a la ocupada ciudad se parecen a las leyes de pasaporte del apartheid sudafricano, en donde los habitantes de algunas zonas no podían ni visitar ni trabajar en otras.
Pero hoy están aquí y la conferencia, para la que se esperaban 300 mujeres, terminó recibiendo 700 delegadas, 110 italianas, con la diputada europea Luisa Morgantini a la cabeza. Ella es una figura muy popular aquí y su compromiso con la causa palestina le ha granjeado muchos enemigos en el Parlamento Europeo de Estrasburgo, al que fue elegida por gran cantidad de votos. Ella no oculta su apoyo a la solución de dos estados soberanos en la zona, con Jerusalén dividida como capital de ambos países.
Sesenta y cinco españolas, de Sevilla, de Cantabria, de Madrid, de Valencia, de Málaga. Una guatemalteca, haciéndoles recordar a todos los presentes los 200 mil muertos y desaparecidos guatemaltecos, las 50 mil mujeres violadas en la guerra hace 25 años. Una salvadoreña, dos colombianas, representando la Ruta Pacífica, un movimiento creado por mujeres hartas de tanta violencia que mata a sus hijos y a sus maridos. Las Mujeres de Negro de los Balcanes también estaban aquí, y sus historias de guerras fratricidas entre croatas, serbios y bosnios no tenía mucha diferencia de las que contaban las israelíes y las palestinas.
El grupo israelí era el más grande, aquí había muchas mujeres jóvenes que han sido soldados en los territorios ocupados y ancianas que han sobrevivido a los campos de concentración de Auschwitz. Hawa Keller, por ejemplo, con ochenta y pico de años y trabajando incansablemente por las prisioneras políticas palestinas. Y Edna Glucksman, chilena y judía, haciendo de puente y de abuela para las visitantes latinoamericanas y españolas de la conferencia.
Los temas tratados fueron muchos, desde los feminicidios en Ciudad Juárez hasta la violencia doméstica que causa tantas víctimas como la guerra. Abogadas, periodistas, amas de casa, lo único que tienen en común es su pasión por la resistencia no violenta y su compromiso.
Las Mujeres de Negro hacen vigilias silenciosas vestidas de negro, mostrando su luto y su dolor, sin tomar partido por uno o por otro, en Belgrado lloraban tanto por la Sarajevo sitiada como por su propia ciudad bombardeada, negándose a aceptar la triste fórmula de ojo por ojo y diente por diente. En Tel Aviv y en Jerusalén lloran tanto por los civiles israelíes muertos en atentados como por los palestinos asesinados en los campos de refugiados y a lo largo de todo el territorio ocupado.
La conferencia de las Mujeres de Negro terminó con una gran concentración en el control de Qalandia, que separa a la ciudad palestina de Ramallah de Jerusalén y que impide a los palestinos entrar libremente a la ciudad que aloja sus más importantes mezquitas y sus lugares sagrados de culto.
Las consignas que las mujeres llevaban eran simples dentro de su complejidad política, la oposición a todas las guerras, terminar con la ocupación, que cuesta tanto dolor y tanto dinero a las dos sociedades, la israelí y la palestina, y crear las bases para una paz justa.
Que la conferencia coincidiera con el retiro de las colonias de Gaza fue un poco una casualidad como una elección, en un momento en donde todos los ojos de la prensa del mundo están dirigidos a Israel era importante mostrar que Gaza es sólo el comienzo, de que las colonias ilegales de Cisjordania y de alrededor de Jerusalén, también tienen que ser desalojadas, si Israel quiere una paz de verdad.