Usted está aquí: domingo 21 de agosto de 2005 Mundo Protestan ante la tumba de dirigente sindical asesinado en 1982 en Chile

Condenan indulto presidencial a uno de los homicidas

Protestan ante la tumba de dirigente sindical asesinado en 1982 en Chile

AFP

Santiago, 20 de agosto. Familiares y amigos del sindicalista chileno Tucapel Jiménez, asesinado en 1982 por un comando del ejército, visitaron este sábado su tumba en el cementerio general de Santiago en un acto de protesta tras el indulto presidencial que otorgó libertad condicional a Manuel Contreras Donaire, uno de sus asesinos, mientras el presidente Ricardo Lagos sostuvo que su decisión fue una "señal para superar el pasado".

"Es una pésima señal. La puerta que se abre, nadie sabe cómo, cuándo ni quién la va a cerrar", señaló Tucapel Jiménez Fuentes, hijo del gremialista asesinado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

A la tumba del ex presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales también concurrieron dirigentes políticos y sindicales, que rechazaron la decisión de Lagos.

El jueves el vocero del gobierno Osvaldo Puccio informó que Contreras Donaire, retirado suboficial, abandonó la prisión la semana pasada después del indulto presidencial que le permitió cambiar su condena por un régimen de libertad en el que periódicamente deberá firmar un libro de registro. Hasta el indulto, Contreras había completado cinco años y siete meses de presidio.

La decisión del mandatario levantó una ola de críticas en el seno de la gobernante coalición de gobierno, así como de sectores sociales, sindicales y de otros vinculados a la defensa de los derechos humanos.

Este sábado Lagos señaló desde Chillán, al sur de Santiago, que su decisión constituye "una señal potente para comenzar a dejar las cosas en el pasado".

"Me considero amigo de Tucapel Jiménez hijo. Comprendo las molestias que esto le ha causado y me gustaría más adelante con tranquilidad poder conversar con él y de una manera privada explicarle las razones que he tenido", agregó el mandatario.

El asesinado líder gremial fue secuestrado por una patrulla de la DINE (Dirección de Inteligencia del Ejército), según se estableció en el proceso, y su cadáver apareció el 25 de febrero de 1982 en las afueras de Santiago, degollado y con cinco impactos de bala.

Una semana antes de su asesinato, Jiménez lanzó un llamado a la unidad de los trabajadores para crear un frente gremial que exigiera la restauración de la democracia.

 
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