HALLAZGOS ARQUEOLOGICOS EN EL ZOCALO CAPITALINO
Completan descubrimiento de un adoratorio prehispánico
El altar encontrado en el Zócalo sería para un tipo de sacrificio guerrero desconocido hasta ahora
La gente podrá ver fragmentos de la Colonia y de los aztecas a través de 28 ventanas
Ampliar la imagen Reproducci�e las diapositivas mostradas por los especialistas al dar a conocer el hallazgo de la biznaga FOTO Francisco Olvera Foto: Francisco Olvera
Otro basamento junto al Templo del Sol es uno más de los hallazgos que arrojaron las recientes excavaciones del Programa de Arqueología Urbana (PAU) en el atrio sur de la Catedral Metropolitana, el cual se suma a los dos encontrados en 1993 y que, según revela el arqueólogo José Alvaro Barrera, integran un adoratorio de la época prehispánica en esa ciudadela.
Entre los hallazgos, refiere, sobresalen de la "época prehispánica varios pisos y muros que corresponden a diferentes basamentos que vienen siendo un adoratorio de esa época".
En total, agregó, son tres los que se han confirmado con las últimas excavaciones, "dos de ellos ya habían sido identificados en 1993 y ahora hemos ampliado el conocimiento de las dos primeras estructuras porque localizamos las esquinas y ahora se trabaja en precisar el tamaño de esos basamentos". Según estimaciones previas las separaciones entre cada templo no eran mayores de tres metros.
Por lo que respecta al tercer basamento, explica el arqueólogo quien supervisa los trabajos en el área, "es una construcción aledaña a lo que fue el Templo del Sol que está bajo el sagrario y es uno de los más grandes después del Templo Mayor".
De este basamento -continúa- "sólo hemos localizado, hasta el momento, su piso, el desplante y la plataforma, aunque no sabemos las dimensiones totales y esperamos complementarlas en una nueva temporada".
Etapas superpuestas
Las excavaciones iniciadas a propósito del cambio de piso en el atrio sur de la Catedral Metropolitana han revelado la existencia de vestigios arqueológicos prehispánicos y virreinales, uno sobrepuesto al otro, como se observa en cada una de las aberturas cuadrangulares en las que trabajan los especialistas Alicia Islas Domínguez, Gabino López Arenas, Saturnino Vallejo y el mismo Barrera, arqueólogos del PAU que depende del Mu-seo del Templo Mayor.
El salvamento arqueológico del PAU inició en 1991, expuso José Alvaro Barrera quien explicó que a partir de esa fecha han excavado en poco más de 20 predios y 10 calles.
Afirmó que "para darse una idea de los avances de la investigación, hasta antes de la creación del programa se conocían alrededor de 25 templos en el área que fue el recinto ceremonial y que ahora suman unos 50".
Sobre las bardas y pisos que datan de la Colonia, Barrera explicó que también hallaron la continuación de otros muros que se localizaron desde 1982, "por ahí se dejó una gran ventana arqueológica, al haber encontrado varios cuartos y altares de construcciones aledañas a lo que fue la primera Catedral".
De esos muros se comprobó su continuidad y la delimitación de algunos cuyas características varían. Unos muestran "pintura mural, otros pinturas de color rojo con algunas cenefas con diseños de flores, algunas veces con rectángulos, cuadrados o triángulos también de color rojo y sobresalen, además, muros con azulejos".
Con las 28 ventanas arqueológicas que se encuentran en varios recintos del Centro Histórico se busca, a decir de Barrera, "que nuestro trabajo tenga mayor difusión y que la gente tenga la oportunidad de obser-var los vestigios a través de ese rectángulo".
Como informó ayer La Jornada, el especialista del PAU mencionó detalles sobre las investigaciones realizadas que develaron entierros y hallazgos de restos óseos, 14 de ellos ya están siendo analizados por el Departamento de Antropología Física en el Museo del Templo Mayor.
Barrera agrega que la importancia de esas osamentas radica en que pese a la gran cantidad de material óseo que se encontró de la época virreinal, esos restos "no habían sido removidos" y eran de niños y adultos de ambos sexos.
La explicación sobre la localización de diferentes entierros data de 1527, cuando Hernán Cortés otorgó a la iglesia 10 solares, en los cuales debía edificarse la primera Catedral, además de utilizar ese espacio para un cementerio.
Barrera abunda sobre tal información: "Desde aquella época comienza a utilizarse como panteón toda esa área y continúa así hasta después de 1626, cuando es demolida la primera Catedral cuando ya está en función la segunda (1573) y la parte frontal del recinto religioso" sigue siendo camposanto.
Otra modalidad de sacrifico humano
Sobre los hallazgos del PAU en la Plaza del Templo Mayor, llamada también Seminario o Gamio, José Alvaro Barrera reveló que el Momoxtli descubierto (altar pequeño, cuadrangular de nueve metros por lado) era utilizado por los mexicas para sacrificar a un cautivo de guerra de manera especial.
En ese lugar se hallaron pisos y muros de lo que fue el edificio del Seminario demolido el siglo pasado, sobre el que se obtuvo nueva información debido a que ya se tenía conocimiento de él.
Sobre el Momoxtli, refiere: "Este es el primero localizado dentro del recinto ceremonial de México-Tenochtitlán, aunque se han encontrado muchos otros en lo que fue toda la ciudad".
De ellos, prosigue, se menciona mucho en las fuentes que "los mexicas lo utilizaban para colocar la piedra llamada Temalacatl, que era una piedra de sacrificio gladiatorio, en donde se escenificaba una batalla y un cautivo de guerra peleaba contra algún guerrero mexica" pero las armas del primero no eran reales y las del otro sí lo eran.
Este era otro tipo de sacrificio, señaló el arqueólogo y "quien estaba definitivamente destinado a morir sobre la piedra era el prisionero".
El basamento Ehecatl-Quetzalcóatl
Los especialistas del Programa de Arqueología Urbana, conscientes de la ardua labor que tienen y de que al explorar siempre encontrarán algún vestigio, continuarán el salvamento en los próximos meses en el proyecto de Guatemala 22, en donde según se cree están Las Fuentes que son un basamento circular "muy grande" conocido como Ehecatl-Quetzalcóatl, "aunque existen otros además de éste", subraya.
También en esa zona, prevén los arqueólogos, podrían encontrar mayor información sobre el juego de pelota descubierto hace ocho años y en el cual se hallaron pequeñas pelotas, y el Zompantli (muro de calaveras).
El año pasado, el Programa de Arqueología Urbano reportó gran cantidad de evidencias coloniales y prehispánicas y avanzaron en su objetivo de presentar la riqueza patrimonial que conforma la integración de la cultura mestiza, para interesar a un mayor número de personas sobre el conocimiento de las raíces nacionales.
Entre esos hallazgos sobresalen el entierro de una menor que tuvo una datación del año 1500 de nuestra era, restos óseos de animales (guajolote, ganso, perro, ratón, rana y sapo entre otros), al igual que semillas.
También el PAU informó sobre restos de cerámica y fragmentos de una escalinata, pisos y muros de habitaciones que formaron parte de la Casa de las Aguilas, conocida actualmente como sede de la librería Porrúa, en el recinto ceremonial de México-Tenochtitlán.
Drenajes, guarniciones, pisos coloniales, cuchillos, monedas, ofrendas y muros de ambas épocas (prehispánica y colonial) fueron descubiertos en las excavaciones en Monte de Piedad, en la Plaza de la Constitución -entre Madero y 16 de septiembre-, Moneda y Tacuba.