¿Qué es ser de derecha?
La derecha es un lugar que está más allá de Guanajuato. La derecha es la representación de Dios en la política: nadie la ve, pero está en todas partes.
La derecha existe cuando complotea, pero en el momento que se vuelve "estadista" de-saparece. La derecha sirve para inaugurar puentes y obras públicas de beneficiencia a la industria automotriz, no para inaugurar el Metrobús para los de a pie.
Cuando la derecha gobierna simultáneamente es de centro y sirve para que la izquierda exista. La derecha legisla por teléfono desde el arzobispado. La derecha clerical crece financieramente cuando gobierna la izquierda (Plaza Mariana).
La derecha se deja arrebatar por la izquierda conceptos tan profundos como la "cero tolerancia" y permite ser despojada de intelectuales como Rudolph Giuliani. La derecha si me apoya, no es derecha.
La derecha conspira, ataja a la mala, pero es buena aliada electoral en otras partes. Le gusta el juego de apuestas. Es dueña de la decencia, y la decencia es mayoría. La derecha tuvo un buen padre y cree en el partido que asesinó al suyo. La derecha es pueblerina y ranchera. Es austera y no compra Hugo Boss ni relojes Tiffany; si los trae es porque se los regalaron.
La derecha cree en la austeridad carmelita del Fondo Monetario Internacional y por eso cobra la mitad. La derecha proporciona líderes a la izquierda para que se moralice. La derecha vota por el PAN (Partido de la Alternativa de Nación).
La derecha está a favor de reducir los salarios para que venga la inversión. Entrega el istmo de Tehuantepec porque Juárez no lo hizo y sólo fintó en los tratados McLane-Ocampo.
A la derecha le gusta repetir sus sermones y los pasajes del evangelio hasta que entiendan. La derecha es un gallo emplumado, símbolo del sinarquismo.
A la derecha le gusta que sus fieles se formen en el Zócalo y dejen dos pasillos, haciendo la cruz para que la vean desde el cielo. La derecha da limosnas, pero nadie debe exigirlas como derechos. Después de misa dice a sus fieles: "podéis ir a casa en paz, la misa ha terminado".
La derecha se sacrifica por todos. La historia sólo la hacen los de derecha. Cree profundamente en las encuestas. No tiene ambiciones ni intereses, únicamente busca lo mejor en este reino de la Tierra, por ello no sabe si vivir en catedral o en el arzobispado.
La derecha cree en el éxodo del pueblo cuando hay fraude. ¿Habrá un éxodo a Washington en 2006? La derecha es un rayo de esperanza que baja del cielo sobre este pueblo de corruptos pecadores.
La derecha no debate con nadie. Considera que la crítica es malvada, pecadora, malsana. Responder a la crítica y debatir con los críticos es volverse mortal y la derecha es en esencia absoluta, inmortal. La crítica es herejía y ¡cero tolerancia! Voltear a ver a la crítica es hacer el juego a la izquierda. Toda herejía divide el voto.
La derecha se basa en la fe: "estás conmigo o contra mí". Por eso no responde. Nada más acepta feligreses y apóstoles. Perdona el resentimiento de los que estaban antes con el diablo, porque la derecha sabe perdonar a los suyos.
La derecha impone, no propone. Es lo "menos peor" de la izquierda. Para la derecha el diablo tiene un nombre: es innombrable. El diablo existe para que tengan temor a Dios. El diablo sin nombre fue expulsado del paraíso, pero en venganza dejó a sus diablillos cerca del Señor.
Para la derecha, las elecciones sólo son la ratificación de la voluntad divina de las encuestas. Lo difícil para la derecha es pasar las consultas telefónicas del mandato revocatorio. Está por la relección mediante esta vía. Dios no tiene sucesores y México necesita la salvación.
A la derecha le gusta que sus creyentes se arrodillen. Vive cuando hay un gran vacío. Así es el cielo y el paraíso.
La derecha odia a los partidos, incluyendo el suyo. Su fuerza son las redes de creyentes. "Dejad que las redes se acerquen a mí...", dice en sus giras. La derecha sacó a los fariseos del templo y luego los reclutó.
Llama a votar por el "menos peor"; la izquierda, por el voto útil. La derecha jamás legislará sobre el aborto ni las leyes de convivencia.
La derecha no quiere saber nada de América Latina ni de Europa ni de Asia: la luz del mundo viene del norte. Para la derecha sólo existe México y, por eso, un buen derechista nunca sale de su país porque lo traiciona.
Entre México y Brasil hay diferencias derechistas. La corrupción de derecha en Brasil demanda la caída del derechista; en México la corrupción da puntos y exalta.
La derecha lucha contra el mal y ella es el bien. ¿Existiría el bien sin el mal? La derecha no acepta competencia. En el Edén sólo puede haber un Dios (y en Tabasco también), aunque los dos sean hijos del mismo padre.
Por eso México tiene como destino... ¿al fondo a la derecha?