Pianoman derrumba su mito en Inglaterra

Luego de 120 días en silencio, el supuesto joven prodigio revela que no es autista; lo demandarán

DE LA REDACCION

El enigmático personaje hallado por la policía británica el 7 de abril en la costa del sur de Inglaterra, con la ropa mojada y abrazando un hato de partituras, es un joven alemán que el viernes decidió por fin hablar, contar su historia y responder a todas las preguntas, luego de cuatro meses sin pronunciar palabra.

El Ministerio del Exterior de Berlín se limitó a informar que es originario de Baviera, adonde voló hace unos días, pero no aportó mayores datos, ni siquiera su nombre.

Durante cuatro meses, un alemán de 20 años fingió ante expertos ser un pianista de altos vuelos; hizo creer a científicos, médicos y terapeutas que era amnésico, mudo, enfermo de pánico y un ser herido; estelarizó con dotes de gran actor el papel de autista. Ahora vive en la granja de su padre en Baviera, desde donde tomó el tren Eurostar la noche del 7 de abril pasado con el propósito de suicidarse en los mares del sur de Inglaterra. Ahí fue rescatado por la policía, ante la cual el frustrado suicida, para salvar la situación, se limitó a imitar el comportamiento de los autistas a quienes cuidaba en un hospital siquiátrico de Alemania, pero al perder ese empleo había buscado quitarse la vida.

Cuando lo rescataron vestía elegantemente de negro, pero todas las etiquetas de su ropaje habían sido arrancadas, lo cual activó una serie de especulaciones entre la maraña de hipótesis, versiones y hasta ocurrencias que inundaron los medios de comunicación desde el día del hallazgo de un misterioso hombre al que la imaginería de las redacciones bautizó simplemente como Pianoman.

La mañana del viernes pasado, una enfermera entró a la habitación del joven enigma en la clínica Little Brook de Dartfort, en Kent, Inglaterra, donde era atendido desde hace 120 días literalmente con pinzas y algodones, como una joya preciada.

-Buen día, jovencito, ¿hoy sí vas a hablar? -le sonrió la enfermera.

-Sí, creo que sí -respondió el joven rubio.

Y así quedó resuelto el enigma que mantuvo en vilo al mundo. Ante el engaño, la Seguridad Social británica, que gastó mucho dinero en el cuidado del joven, quiere ahora demandarlo, según señaló en su edición de ayer el periódico Daily Mirror.

En la clínica Little Brook no pudieron confirmarse las informaciones que circularon, según las cuales este joven, que sí demostró con creces ser un actor extraordinario, supuestamente tocaba "de manera increíble" el piano: lo que dicen ahora es que golpeaba constantemente una tecla en el piano de la capilla de ese centro hospitalario.

Pero el viernes todo el castillo de naipes se desplomó cuando la enfermera le sonrió de manera diferente al joven rubio, quien decidió soltar toda la sopa. Dijo que cuando fue encontrado por la policía intentaba suicidarse y por eso estaba tan perturbado. "Nos habló de su familia en Alemania. Su padre tiene una granja y el joven tiene dos hermanas. También nos dijo que es homosexual", reportó una fuente del hospital ayer, citada en anonimato por el Daily Mirror.

El joven enigma ya está en Alemania. Pero los correos electrónicos, las versiones, las hipótesis y hasta las ocurrencias acerca de esta historia siguen en circulación.