Expertos: el proceso tendrá relevantes implicaciones en economía y seguridad social
Urgen en México nuevas políticas para enfrentar el envejecimiento poblacional
Ante los cambios demográficos, México tiene poco tiempo para enfrentar con éxito los retos asociados al envejecimiento de su población, principalmente en el diseño de nuevas políticas de salud, de seguridad social y sistemas de pensiones, señala la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas.
En el país hay, actualmente, 16 personas en edad de trabajar por cada 10 que son niños o ancianos; este nivel se mantendrá en equilibrio hasta 2035, año en que el número de personas en edad de trabajar por persona dependiente empezará a decrecer mientras el crecimiento del número de ancianos se acelerará. Por lo tanto, México cuenta con unos 20 o 30 años para prepararse y hacerle frente a los costos asociados al creciente nivel de dependencia que caracteriza a una población que envejece rápidamente.
Al anunciar que durante los próximos tres días se realizará en la ciudad de México una reunión de expertos de Naciones Unidas sobre las implicaciones sociales y económicas de los cambios en la estructura poblacional, el organismo multilateral señaló que el mundo, en general, experimenta una rápida tendencia al envejecimiento de la población.
La División de Naciones Unidas subraya que el crecimiento de la población anciana se dará en los próximos 45 años y tendrá importantes implicaciones para el ritmo del crecimiento económico, la viabilidad de los sistemas de pensiones y seguridad social, el funcionamiento de los sistemas de salud y los costos crecientes de los cuidados de salud.
Indica que hasta hace poco la redistribución intergeneracional del ingreso y de los servicios no había recibido atención prioritaria en la política pública. Sin embargo, a medida que aumenta el número de personas mayores, los retos que el envejecimiento de la población plantea para el crecimiento económico, la viabilidad de los sistemas de pensiones y la demanda de servicios de salud han ganado visibilidad en la agenda pública de muchos países. México es uno de ellos y con razón. Dentro de los siguientes 45 años se espera que la población de nuestro país envejezca con mucha rapidez, para lo cual se debe estar preparado.
Hay evidencia de que naciones como México pueden beneficiarse de la creciente proporción de la población en edad de trabajar, que puede acelerar la tasa de crecimiento económico per cápita y mejorar los niveles de vida, siempre y cuando se creen suficientes empleos bien remunerados para la creciente fuerza de trabajo.
En la reunión de expertos, convocada por Naciones Unidas, el Consejo Nacional de Población (Conapo) y el Instituto de Envejecimiento de Estados Unidos, se debatirá sobre las políticas que pueden adoptar las naciones para lograr que el cambio demográfico que experimentan no sea una carga sino un bono. Se advertirá que éste no se logra de manera automática, sino que para capitalizarse los países necesitan educar a las generaciones jóvenes para desarrollar una fuerza de trabajo mejor calificada, invertir o atraer inversiones que generen más y mejores empleos, y proveer una mínima seguridad económica a los integrantes de la tercera edad.
Esto último quizá represente el reto más importante, ya que el número de personas mayores en los países en desarrollo puede hasta cuadruplicarse en los siguientes 45 años, pasando de 428 millones hoy a más de mil 600 millones en 2050. Además, en la mayoría de los países en desarrollo, los ancianos generalmente no reciben pensiones y carecen de acceso a servicios de salud.
El organismo de la ONU señala, en un documento de trabajo, que la mayoría de los países desarrollados ya han tomado las medidas para modificar los sistemas de pensiones, mientras los que están en vías de desarrollo cuentan con cierto tiempo para adaptarse, antes de que el envejecimiento se acelere, pero estas estrategias serán necesarias para asegurar que la mayoría de las personas mayores tengan acceso a un mínimo de protección social y económica.