El agujero alcanza 10 millones de kilómetros cuadrados: Agencia Espacial Europea
El hoyo en el ozono sobre el Polo Sur, del tamaño de Europa
Se espera que siga creciendo; sólo en 1996 y en 2000 era mayor que en la actualidad
Ampliar la imagen El sat�te de la Agencia Espacial Europea que registra los cambios clim�cos de la Tierra FOTO Tomada de la p�na web de la AEE Foto: Tomada de la p�na web de la AEE
Roma, 30 de agosto. El agujero en la capa de ozono sobre el Polo Sur es actualmente tan grande como todo el territorio de Europa, pues alcanza 10 millones de kilómetros cuadrados, informó hoy la Agencia Espacial Europea (ESA) en Roma.
Según las observaciones del satélite de medio ambiente europeo Envisat, el agujero de la capa de ozono de la Antártida aumentó de forma espectacular en agosto y sigue creciendo.
Desde mediados de ese mes el satélite ha registrado el aumento del agujero, que alcanzó 10 millones de kilómetros cuadrados; sin embargo, se espera que en septiembre tenga mayor amplitud.
No obstante, para la actual época del año sus dimensiones son muy grandes. Sólo en 1996 y 2000 era mayor que en la actualidad, según los resultados de las mediciones efectuadas por el sensor atmosférico Sciamachy, que se realizan de forma regular desde 1995.
El espectómetro Sciamachy del Envisat, conocido por medir la abundancia de algunos componentes atmosféricos en la troposfera y la estratosfera, permite el seguimiento regular de los niveles de ozono a escala planetaria, y elabora una base de datos que se remonta hasta mediados de los años 90.
Este instrumento estudia el agujero de la capa de ozono en los criterios de tamaño y duración, con el fin de sentar las bases de un sistema de previsión, en el contexto de un protocolo de vigilancia conocido como Promote, que agrupa a 30 asociados de 11 países.
El servicio Promote estipula que los resultados obtenidos por el satélite se combinan con los datos meteorológicos y simulaciones de vientos, y son utilizados por la Organización Mundial de Meteorología para actualizar su boletín Ozono de la Antártida.
La capa de ozono de la estratosfera protege la vida terrestre del peligro de los rayos ultravioletas.
Sin embargo, esta capa está amenazada por la presencia de algunas sustancias químicas en la atmósfera, como el cloro, y los contaminantes resultantes de la actividad humana, como los clorofluorocarbonos, compuestos que contienen carbono, flúor y cloro, también llamados CFC.
Rechazados por el protocolo de Montreal en 1987, los CFC eran muy utilizados anteriormente en los aerosoles y los refrigeradores. Son productos inertes, pero los rayos ultravioletas en altitud de la atmósfera los descomponen.
El agujero (reducción de la capa de ese gas que ocurre sobre ciertas zonas geográficas) fue descubierto sobre la Antártida a finales de los años 70 del siglo pasado, y a principios de los 90 también sobre el Polo Norte.
La destrucción de la capa de ozono hace que llegue a la Tierra más radiación ultravioleta, lo que puede producir quemaduras en la piel en los seres humanos e inclusive provocar cáncer.
Luego de que los investigadores corroboraron la existencia de este agujero a finales de los años 70, a mediados de los 80 los países ya habían suscrito la Convención de Viena para la protección de la Capa de Ozono, y en 1987 se propuso a todas las naciones suscribir el Protocolo de Montreal.
Este protocolo impulsa la reducción en las emisiones de los gases clorofluorocarbonos, que provocan reacciones dañinas para la capa de ozono. Esos gases están presentes en la vida diaria. Sirven, por ejemplo, para bajar las temperaturas en los refrigeradores o para fabricar aerosoles.
La magnitud del problema no es ajena a Internet, donde proliferan sitios dedicados a este fenómeno. Desde los que explican la problemática en palabras sencillas hasta los que presentan documentos oficiales o estudios científicos, o imágenes de la estratosfera altamente tecnológicas.