Usted está aquí: viernes 2 de septiembre de 2005 Política ''No queremos servir de coartada del fracaso''

Respuesta del diputado Heliodoro Díaz al Informe

''No queremos servir de coartada del fracaso''

Pide al Ejecutivo evitar más confrontaciones con el Congreso

RENATO DAVALOS Y ANDREA BECERRIL

Ampliar la imagen El presidente de la C�ra de Diputados, Heliodoro D� Escarraga FOTO Jos�ntonio L� Foto: Jos�ntonio L�

El presidente de la Cámara de Diputados, el priísta Heliodoro Díaz Escarraga, dijo al Ejecutivo federal que el Congreso de la Unión está dispuesto a sumar esfuerzos para contribuir a que el país "recupere la fe en sí mismo y en su gobierno", pero espera que quien está al frente de la nación asuma una actitud de estadista, sin distraer su tiempo en confrontaciones con el Legislativo o en tratar de influir en las elecciones de 2006.

"Por el bien del país y de la política es indispensable que todos nos planteemos la conveniencia de atemperar el discurso, de arreglar sin estridencias nuestros diferendos, de dar altura al debate", agregó el priísta al dar respuesta al Informe del presidente Fox.

En su discurso, insistió en la responsabilidad del Congreso, que está sujeto también a la evaluación ciudadana. Sin embargo, recalcó, "tampoco queremos servir de coartada del fracaso".

El diputado oaxaqueño hizo notar a Fox que "siempre existe la oportunidad de rectificar", y por ello le pidió asimismo cuidar que "sus publicistas no antepongan la popularidad de las encuestas al estadista que usted debiera ser". Y en referencia a los cuestionados espots televisivos del Ejecutivo, advirtió: "Ya no vivimos en época de caudillos y todos debemos comprenderlo". Hoy, insistió, "nadie salva a nadie, pero también, nadie se salva solo. Todos nos necesitamos".

De entrada, el legislador señaló que el contexto político en que se desarrollará la glosa del quinto Informe de gobierno no es el más óptimo, ni el más deseable, porque entre el Ejecutivo y la mayoría legislativa, si bien no existe ruptura, sí hay una manifiesta distancia.

Luego advirtió que las expectativas creadas en el ánimo de los electores en 2000 no se han cumplido, ya que la alternancia política no ha dado los frutos esperados. Como ejemplo mencionó el estallido de la inseguridad y la violencia, que son factores reales de preocupación entre los mexicanos; la temprana competencia electoral, "problema que se deja crecer hasta polarizar a la sociedad'', y la controversia constitucional que Fox presentó en torno al presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados en diciembre del año pasado.

Ello, "en un país con una recaudación costosa, en debate permanente sobre el tema de más o menos cargas fiscales y con una población ávida de que se ejerciten oportuna y eficientemente los ingresos públicos, indica deficiencias en los mecanismos de conciliación y denota carencias en la solución alternativa de conflictos".

Situaciones de ese tipo, remarcó Díaz Escarraga, han hecho crecer los problemas entre ambos poderes. Por ello es necesario lograr acuerdos que combatan las exclusiones, reconcilien y pacifiquen el ánimo. Pero, dijo, esos acuerdos no se forjan solos. "Hace falta oficio político, voluntad y capacidad para sumar lo diverso, para gobernar en la pluralidad, para hacer de la disidencia una fortaleza".

Los legisladores, agregó, no pretenden poner barreras a la actividad del Ejecutivo. "Nos queda claro que también somos gobierno y que, por tanto, estamos sujetos a la evaluación ciudadana. Sin embargo, tampoco queremos servir de coartada del fracaso".

Párrafos más adelante, el presidente de la Cámara de Diputados sostuvo que en todos los asuntos fundamentales, la mayoría legislativa ha tenido siempre una actitud abierta y en los dos últimos años han aprobado la mayoría de las iniciativas enviadas por Vicente Fox al Congreso.

En igual tono conciliador, dijo al Presidente que a diputados y senadores les interesa propiciar reformas legales en las materias de mayor trascendencia para México, a fin de actualizar el marco jurídico, fortalecer el sistema democrático, tener mayor competitividad en el ámbito internacional y atacar de manera eficiente las contradicciones sociales.

"Todavía tenemos tiempo", insistió, y ofreció legislar en materia de seguridad pública, ya que la violencia no sólo atenta contra la integridad física y patrimonial de las personas, sino que "conspira contra nuestro régimen de libertades y de coexistencia armónica".

Consideró además que urgen acciones de Estado que prevengan y combatan la delincuencia, solucionen el "espinoso" problema educativo, una política social que promueva cambios ante una estructura de marginación y rezago, alternativas para crear empleos y soluciones para el campo.

Frente al gesto adusto de Fox, Díaz Escarraga continuó con su discurso. "Los legisladores, en los trascendentales tiempos que se avecinan, no debemos emplear esfuerzos en minar la figura presidencial, que debe preservarse intacta por el bien de las instituciones". Asimismo, "el titular del Ejecutivo no debería distraer su tiempo en confrontarse con el Congreso o en el intento de influir en el voto de los ciudadanos".

Los partidos "y nosotros mismos aspiramos, es cierto, al poder y a la representación nacional para los próximos años, pero no a costa de lo que sea. Nuestra disputa debe ser civilizada y estar regida por la ley".

Todavía le hizo una última petición: "Los legisladores, señor Presidente, de-seamos que usted asuma un comportamiento político explícito y claro, acorde a esos principios, y nosotros nos comprometemos a sumar esfuerzos".

Tenemos, agregó, "una tarea importante e inmediata: debemos contribuir a una renovación pacífica y civilizada del poder público en 2006. Debemos, sin egoísmos ni cálculos usureros, propiciar el mejor escenario posible para poder exigir al nuevo gobierno resultados inmediatos".

 
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