En medio de un cerco policiaco, sindicatos independientes protestan contra el Presidente

Rechazo obrero a Foxilandia

La oposición a privatizaciones y reformas a IMSS, ISR y ley laboral unifica a trabajadores

BLANCHE PETRICH

A espaldas de la Cámara de Diputados, muy lejos de la puerta -rigurosamente vigilada- del Palacio Legislativo, invisible a los ojos de la crema y nata de la clase política, que desfila frente a los reflectores, una pinta de espray anuncia: "Quinto informe de mentiras a cargo del Pinocho con botas... Este es el búnker de Foxilandia, el país donde no pasa nada".

Sobre la avenida Eduardo Molina, entre el Palacio Legislativo y la terminal de autobuses de San Lázaro, se dio cita la tarde de ayer el movimiento sindical, que bajo una larga lista de siglas agrupa desde los grandes gremios hasta los grupos más pequeños bajo un denominador común: la activa oposición a las cuatro grandes líneas políticas del gobierno foxista para los trabajadores del país: el plan Abascal de reforma a la Ley Federal del Trabajo; la privatización eléctrica; las reformas del Instituto del Seguro Social y, la más novedosa de las demandas, el rechazo a las modificaciones al régimen fiscal que cargaría impuestos a las prestaciones de los asalariados.

A diferencia de la convocatoria del año pasado, que reunió a unos 50 mil manifestantes, el sindicalismo opositor esta vez no echó toda la carne al asador y organizó un simple "pase de lista" que congregó, en su mejor momento, a no más de 6 mil personas.

El escenario, los grandes charcos de agua sucia, la amenaza de lluvia y el sonido defectuoso no facilitaron un ánimo combativo y atento entre los manifestantes, dispersos a lo largo de la avenida y lejanos a la plataforma de un tráiler que sirvió de improvisado templete. Sobre este estrado tomaron la palabra los líderes. En todos los discursos aparecieron los temas recurrentes que dibujan el enorme descontento hacia el desempeño del presidente Vicente Fox: esos "sus infames espots publicitarios", sus promesas rotas, la "venta del patrimonio y del país a intereses extranjeros" y las contrarreformas laborales y fiscales, "que sólo nos quieren dar en la madre".

Hace un año, cuando concurrieron cerca de 50 mil sindicalistas a la manifestación durante el cuarto Informe de Fox, los trabajadores del IMSS estaban en paro y cientos de clínicas en todo el país permanecían cerradas, lo mismo que decenas de sucursales de Luz y Fuerza del Centro. Esta vez es el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, el que todavía resiste y se niega a levantar su paro en Michoacán y Nuevo León, mientras el sindicato del Seguro Social organiza en sus 35 secciones a los comités de huelga, en caso de que el 17 de octubre tengan que volver a colocar las banderas rojinegras.

Otras fichas también se han movido en las relaciones de los sindicatos y el poder. Ayer, el representante de los mineros subrayó en su discurso que llevaba la encomienda de su secretario general, Napoleón Gómez Sada, de decirles que "estamos aquí, con ustedes". Un mensaje significativo, pues define el salto de un gremio que se forjó y se mantuvo dentro de las estructuras corporativas y que ahora se ha desprendido del tronco oficial. Otro elemento es la alianza entre la corriente independiente que representa la Unión Nacional de Trabajadores y el Frente Sindical Mexicano con las poderosas centrales CTM, CT y CROC, entre otras, en torno a otra gran batalla en ciernes: la oposición a los cambios del impuesto sobre la renta (ISR).

Y como telón de fondo la carrera electoral de 2006, a la que aludió el líder de los telefonistas con un mensaje a panistas y priístas: "Sin nosotros no van a poder ganar la Presidencia ni van a poder gobernar". Estas fuerzas sindicales, añadió Francisco Hernández Juárez, pueden sumar hasta 5 o 6 millones de votos que pueden decidir la elección. "Es una oportunidad, hay que entenderlo muy bien, que difícilmente vamos a volver a ver".

Hablaba de una coyuntura que, en definitiva, un grupo de cerca de 15 jóvenes no ve ni le interesa ver. Ellos a lo suyo: la provocación, azotando la valla metálica de la parte trasera de la Cámara de Diputados, arrojando botellas, basura y algunos cohetones a los agentes de la Policía Federal Preventiva, que permanecían alertas en el predio de San Lázaro, insultándolos -"¡perro!"-, esperando, esta vez sin éxito, que los cuerpos de seguridad arrojaran gases lacrimógenos. Este episodio brindó algunas buenas imágenes de acción a camarógrafos y fotógrafos pero no pasó a mayores, salvo un chisguete de espuma de extintor que los policías arrojaron en un momento.

A pocos metros del templete ya no se escuchaban los discursos. Ahí esperaba un grupo que no terminó de incorporarse a la manifestación: el Frente Mazahua, que lucha contra el Sistema del Río Cutzamala. María Cruz Reyes (San Miguel Xoltepec, municipio Donato Guerra) explica que ella y sus compañeras, que portan los rifles de madera que las hicieron visibles para los medios de comunicación, vinieron a apersonarse frente a la Cámara el día del Informe porque el Presidente "seguramente va mencionar algunas obras hidráulicas como sus logros, pero eso no se está aplicando en nuestra región." Saben de antemano que con sus fusiles simbólicos y sus mantas Fox no las va a escuchar. Pero tienen otro objetivo: "Identificarnos más a fondo con este movimiento obrero y conocerlos a ellos también más a fondo". Y de ahí a ver si sale una alianza.

Ya mas cerca del Metro San Lázaro suena la melodía: "En una jaula de oro, pendiente de un balcón, estaba el Presidente chingando a la nación." Con la guitarra y la mercancía a cuestas, el Juglar de los Caminos, Andrés Contreras, lleva en un diablito su aparato de sonido y sus bocinas, repartiendo volantes promocionales con todo y su e-mail, para quienes necesiten "encargar la elaboración de alguna canción o corrido sobre cualquier tema". Se pierde entre los pocos que se quedaron al final del mitin. Al final no llovió y para este artista alternativo, y para muchos otros más, hubo, como siempre, buena oportunidad para la vendimia.