Evitar torturas, no exonerar policías, el objetivo
México ignora la función del Protocolo de Estambul: ONG
La organización Physicians for Human Rights (PHR) aclaró que el Protocolo de Estambul es un mecanismo para evitar la tortura, no para exonerar policías, como lo han difundido autoridades federales y estatales de México.
No es un diagnóstico ni una herramienta que confirme la presencia o ausencia de tortura en una víctima, señala. Tampoco es un tratado de Naciones Unidas -como lo han manifestado funcionarios mexicanos- ni un instrumento que pueda ser ratificado, "como lo sugirió el gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza".
Vincent Iacopino, representante de PHR -principal impulsor del desarrollo del Protocolo de Estambul-, subrayó que debido a las declaraciones de funcionarios de la Procuraduría General de Justicia de Chihuahua, en las que niegan que Víctor García Uribe, alias El Cerillo -a quien implica en homicidios de mujeres de Ciudad Juárez-, haya sido torturado como éste alega, "porque así lo demuestran las pruebas periciales del Protocolo de Estambul, nos vemos obligados a precisar que el instrumento se desarrolló para prevenir tortura y malos tratos, y promover la rendición de cuentas".
Sostuvo que "algunas descripciones" del protocolo utilizadas por autoridades federales y locales mexicanas son "deliberadamente engañosas", y se tornan una "afrenta a las víctimas y a toda la sociedad civil" cuando se utilizan para exonerar a los policías acusados de abuso.
PHR sostiene que el Protocolo de Estambul proporciona pautas para hacer eficaz la investigación y documentación de casos de torturas y malos tratos. Cuando se utilizan de manera apropiada, sus estándares internacionales ayudan a peritos forenses a evaluar el grado de correlación entre los hallazgos médicos y los alegatos de abusos, y comunicar efectivamente las interpretaciones de los hechos al Poder Judicial y otras instancias de procuración de justicia.
El representante de la ONG aclara que el mismo mecanismo es claro al señalar que "la falta de evidencias físicas y/o sicológicas en una evaluación médica no excluye la posibilidad de que haya existido tortura o maltrato".
Por su parte, la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos resaltó que desde la entrada en vigor del acuerdo de cooperación técnica entre la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU y el gobierno mexicano, específicamente en la creación de mecanismos de prevención e investigación de la tortura en el país, "se ha constatado un manejo erróneo, interesado y confuso" del manual de documentación del Protocolo de Estambul.
Interpretación errónea del instrumento
Edgar Cortez, secretario ejecutivo de la Red, subrayó: la confusión y manejo alterado del instrumento "lo constatamos en los discursos oficiales de funcionarios sobre el tema de la tortura, así como en el trabajo cotidiano de denuncia y representación legal de víctimas".
Cortez manifestó la preocupación del organismo que representa, debido a que las autoridades mexicanas reconocen el problema de la tortura -lo que ha multiplicado la adopción de tratados internacionales en la materia y la creación de insituciones internas especializadas en su prevención e investigación-; sin embargo, agrega, "niegan la existencia de tortura y malos tratos en cualquier caso individual que se les presenta".