Aumentó 72 por ciento este sexenio la contratación de deuda interna del gobierno
Agotado, el esquema Pidiregas como inversión pública: Cepal
Para 2005 el Ejecutivo propuso $40 mil 400 millones para amortizar estos proyectos
Crece el interés de extranjeros en los títulos; en agosto poseían $105 mil millones: BdeM
El esquema de proyectos de impacto diferido en el registro del gasto (Pidiregas) contratados por el gobierno mexicano con la iniciativa privada nacional y extranjera, ya no representa ninguna ventaja, pues su amortización ha llegado a niveles similares a los requerimientos de inversión pública, afirmó la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
Como ejemplo, el organismo señaló que sólo en 2005 el Ejecutivo propuso 40 mil 400 millones de pesos para el pago de los compromisos financieros derivados de los Pidiregas, cifra equivalente a la que se orientará al pago de pensiones.
Por tanto, precisó la Cepal en el estudio Opciones para enfrentar el sesgo antinversión pública, ''en el futuro habrá que invertir más bien por la vía presupuestaria y ya no por la vía Pidiregas, si es que el objetivo (del gobierno mexicano) es mantener el saldo tradicional equilibrado''.
El estudio, realizado por los investigadores de la Cepal Ricardo Martner y Varinia Tromben, hace referencia a la tendencia decreciente que ha tenido la inversión pública desde hace dos décadas no sólo en México, sino a nivel general en América Latina, que en algunos casos ha alcanzado ''dimensiones alarmantes'' y no ha sido suficientemente completada con recursos privados.
Los gobiernos mexicanos, igual que los de otros países, han incursionado en esquemas de asociaciones público-privadas tratando de compensar la escasez de recursos públicos para proyectos de inversión en infraestructura. Dentro de este contexto, señala el estudio de la Cepal, surgieron el esquema de Pidiregas y otros más actuales como los Proyectos de Prestación de Servicios (conocidos por sus siglas PPS, uno de los cuales acaba de ser anunciado el miércoles pasado para la ampliación, modernización y operación de la carretera Irapuato-La Piedad).
Pero aun así, en el caso mexicano, junto con los de Argentina y Brasil, los niveles de inversión son ''extremadamente bajos, con tendencia declinante''.
Una fórmula simple
Los Pidiregas, explica el estudio, ''se sustentan en una fórmula simple: encomendar una obra determinada al sector privado (nacional o extranjero), que tiene la obligación de transferirla a las entidades públicas correspondientes una vez concluida su construcción. Realizado el traspaso, el gobierno asume como pasivo directo los pagos realizados a título de adelanto, asumiendo el resto como pasivo contingente. Tanto Pemex como la CFE están obligadas a comprobar la rentabilidad de los proyectos para asegurarse de que su explotación sea capaz de generar los recursos suficientes para amortizar la inversión en un plazo de entre cinco y 10 años. El riesgo es que las obras no generen el flujo necesario para cubrir las amortizaciones e intereses correspondientes pactados anualmente, como ya ha sucedido en la Comisión Federal de Electricidad (CFE)''.
No obstante que sólo se impulsaron con inversión financiada los proyectos más rentables, la participación privada en obras de infraestructura durante el actual gobierno pasó de representar 1.1 por ciento del producto interno bruto (PIB) a 1.8 por ciento, mientras la inversión pública se redujo de 2.4 a 1.9 por ciento en el mismo periodo.
Los investigadores de la Cepal refieren que los proyectos Pidiregas han crecido en importancia, a tal grado que llegan a representar un monto similar al de la inversión tradicional, de manera que ''los Pidiregas hoy en día ya no representan ninguna ventaja en términos presupuestarios, dado que la amortización ha llegado a ser tan importante como la nueva inversión''.
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
La contratación de deuda del gobierno federal en el mercado mexicano alcanzó el último mes la cifra sin precedente de un billón 163 mil 93 millones de pesos, cantidad que supera en 72 por ciento al endeudamiento público interno registrado al comienzo de la actual administración, indicaron reportes del Banco de México (BdeM).
Junto con el crecimiento de estos pasivos representados por la emisión de deuda en el mercado local de bonos del gobierno federal, ha ido en aumento la participación de extranjeros como poseedores de esos títulos, en una dinámica que no se veía desde los meses previos a la crisis de diciembre de 1994.
La información oficial señala que en agosto pasado los inversionistas extranjeros tenían en su poder instrumentos de deuda interna emitidos por el gobierno mexicano por 105 mil millones de pesos. Esta cantidad representa un repunte de 483 por ciento, si se compara con los 18 mil millones de pesos reportados al inicio de la actual administración gubernamental.
Al empezar el actual gobierno, los inversionistas extranjeros tenían en su poder 2.50 por ciento del total de los bonos en circulación, que eran 674 mil 762 millones de pesos.
El mes pasado, en cambio, los inversionistas del exterior eran acreedores por un monto equivalente a 9.28 por ciento del total en circulación de bonos de deuda interna, de un billón 163 mil 93 millones de pesos.
A un tipo de cambio de 10.60 pesos por dólar, la deuda interna equivale actualmente a 109 mil 725 millones de dólares. Se trata de una cantidad superior en 45 por ciento a los 75 mil 600 millones de dólares de la deuda externa del sector público y también un monto que en dimensión es comparable con el costo total del rescate bancario ordenado por el ex presidente Ernesto Zedillo, que alcanza un billón 112 mil millones de pesos, según cifras del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB).
De acuerdo con la información del banco central, el atractivo para los inversionistas extranjeros por los títulos del gobierno mexicano, que pagan una tasa de interés que casi triplica la inversión en papeles gubernamentales en Estados Unidos, ha ido consistentemente en aumento.
En agosto de 2004, el monto invertido por extranjeros en títulos del gobierno federal fue de 45 mil millones de pesos, cifra que creció a 75 mil millones de pesos en diciembre pasado y se incrementó a 105 mil millones de pesos el mes pasado, según los datos del Banco de México.