Usted está aquí: viernes 2 de septiembre de 2005 Mundo Cientos de miles de inmigrantes, los más vulnerables y desprotegidos

Perdieron casa, empleo y aún no se sabe si tendrán acceso al apoyo gubernamental

Cientos de miles de inmigrantes, los más vulnerables y desprotegidos

Esto es el caos, preferiría estar en Irak, dice un elemento de la Guardia Nacional en Nueva Orleáns

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Damnificados del hurac�Katrina reciben comida lanzada desde un helic�ro en Nueva Orle� FOTO Ap Foto: Ap

Nueva York, 1º de septiembre. "No hay nada, sólo Dios, nada más", dice Gregorio, inmigrante mexicano en Biloxi, Mississippi, una de las ciudades devastadas por Katrina, que dejó desaparecidos a cientos de miles, pero entre los afortunados que sobrevivieron, tal vez los más vulnerables y desprotegidos son los inmigrantes que han perdido todo en un país ajeno tan lejos de sus tierras.

Entre otras cosas, lo que el huracán dejó al descubierto al arrancar techos en decenas de pueblos y ciudades, fue la existencia de cientos de miles de inmigrantes mexicanos, centroamericanos y vietnamitas concentrados en lugares como Biloxi, Nueva Orleáns y otras zonas del golfo, dedicados a limpiar, mantener y construir casinos, hoteles, tiendas y restaurantes del sur profundo de Estados Unidos.

El gobierno mexicano calculaba ayer que había unos 100 mil mexicanos en las zonas afectadas, y aún no recibe noticias de ningún connacional fallecido. Otros miles de latinoamericanos y caribeños residen en estas zonas con Nueva Orleáns, una de las antiguas capitales del mundo caribeño y las ciudades del golfo, formando el eje comercial de toda la zona.

Desde que pasó el huracán, el lunes, los consulados mexicanos comenzaron la ardua labor de comunicarse con las comunidades mexicanas en estas zonas. La cónsul general en Atlanta, Remedios Gómez Arnau, en entrevista telefónica con La Jornada, declaró que por la falta de comunicación de cualquier tipo (teléfonos, celulares, correo electrónico, etcétera), los consulados debieron enviar personal para localizar a los mexicanos damnificados en los albergues y otros centros de refugio.

"Tenemos que ir físicamente, ya que no hay comunicación", indicó Gómez Arnau. Han logrado entrar en contacto con algunos que empiezan a llegar a albergues en Georgia, y recibieron información de uno que requiere medicamento en Biloxi, y cuyos datos enviaron de inmediato a las autoridades locales.

Gómez Arnau calcula que de los aproximadamente 100 mil mexicanos que hay en total en los estados de Alabama y Mississippi, unos 13 mil estaban en zonas afectadas de estos dos estados. La comunidad mexicana en Louisiana está a cargo del consulado de Houston (al cierre de esta edición no había respondido a pedidos de información de La Jornada). La cónsul informó que se ha establecido contacto con autoridades locales, con las agencias de asistencia y equipos de emergencia en toda la región. Aunque aún no se tenían más datos sobre los damnificados, señaló que apenas están llegando los primeros refugiados de la zona o se establece contacto con la comunidad allá.

Informó que el consulado ha recibido unas 50 solicitudes de mexicanos que buscan noticias sobre sus familiares o amigos en la zona. "Si algún familiar en México o Estados Unidos se entera de que alguien en Mississippi o Alabama requiere asistencia, por favor comuníquense con nosotros", dijo. El consulado ha establecido una línea para atención de damnificados que opera las 24 horas: (404) 625-1706. La línea del consulado en Houston para obtener información sobre mexicanos en la zona de Louisiana es (713) 778-6112.

En tanto, la embajada de Honduras en Washington informó que calcula que viven unos 125 mil hondureños en la zona devastada, que su consulado en Nueva Orleáns "desapareció", y no se sabe del paradero de parte de su personal. Hay pocas noticias sobre la población nicaragüense de la zona, y sólo información parcial de la comunidad inmigrante vietnamita que reside en las costas del Golfo.

Pero la pérdida de vivienda y de decenas de miles de empleos para trabajadores inmigrantes está a la vista, y no queda claro si los indocumentados tendrán la más mínima asistencia que, por limitada que sea, se brindará a los ciudadanos estadunidenses. Pero muchos ni se atreverán a solicitarla por miedo de ser detenidos, identificados o deportados por las autoridades.

A todo esto, los gobiernos de los países de origen de estos inmigrantes, y otros, han extendido ofertas de asistencia material, equipos de rescate y han dado expresiones de solidaridad al gobierno estadunidense, incluyendo el gobierno de México.

Quizá la oferta más sorprendente para el gobierno de Bush fue la de Venezuela. Hoy el vocero del Departamento de Estado Sean McCormack tuvo que detallar que Venezuela había ofrecido "asistencia energética", así como asistencia en efectivo, pero declinó ofrecer mayores detalles.

El Departamento de Estado informó que ha recibido ofertas generales y específicas de asistencia de otros países más, incluyendo México, Rusia, Japón, Canadá, Francia, Honduras, El Salvador, Colombia, Jamaica, Alemania, Australia, Gran Bretaña, Grecia, República Dominicana, Israel, China y Corea del Sur entre otros.

Mientras tanto, muchos aquí, inclusive funcionarios, reconocen que las condiciones que se sufren por la devastación de Katrina han transformado a esa parte de Estados Unidos en algo mucho más parecido a las zonas de desastre de los países pobres del mundo subdesarrollado.

Refugiados, falta de servicios básicos, alimento, agua potable, nula comunicación, muertos en las calles, versiones de bandas armadas que roban y violan mujeres, disparos contra policías y ambulancias y, frente todo esto, la incompetencia y falta de respuesta, y la ausencia, de las autoridades.

Peor aun, esta noche hay versiones de que un buen porcentaje de la policía local huyó y abandonó sus puestos, que reos criminales lograron salir de las cárceles para sumarse a la delincuencia y que algunas tropas están nerviosas porque enfrentarán balazos en las calles de Nueva Orleáns.

"Este no es el Estados Unidos en que crecí", declaró al aire el reportero David Mattingly, de CNN, al describir las escenas de descontrol, violencia y desolación, y la frustración de los ciudadanos por la falta de respuesta efectiva.

Tal vez algunos estadunidenses tendrán que solicitar asilo en naciones del tercer mundo para escapar del caos en el centro del mundo avanzado. Algunos inmigrantes que ahora sufren estas condiciones al buscar el sueño americano y escaparon de situaciones parecidas en sus países, ahora podrían reconsiderar y regresar a sus naciones a una realidad un poco menos insegura.

Un sargento y policía militar de la Guardia Nacional, desplegado en el Superdome desde el lunes anterior después de servir 14 meses en Irak, declaró este jueves al diario The Washington Post: "esto es un caos masivo. En verdad, preferiría estar en Irak. Uno enfrentaba un peligro constante, pero tenía con que protegerme, y tres alimentos al día, comunicación, un plan; aquí no había ningún plan".

 
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