Usted está aquí: viernes 2 de septiembre de 2005 Mundo ¿Por qué tarda tanto la ayuda?, clama médico mexicano

KATRINA

¿Por qué tarda tanto la ayuda?, clama médico mexicano

En su programa radiofónico de Una a Tres, el periodista Jacobo Zabludovski sostuvo una conmovedora entrevista con el médico Rafael Rojas, un neurorradiólogo mexicano del Charity Hospital, que sufrió los embates del huracán Katrina y que se encuentra atrapado dentro de la ciudad de Nueva Orleáns. A continuación publicamos textualmente el valioso testimonio del doctor Rojas, que refleja la difícil situación de miles de estadunidenses.

-Doctor, ¿cuál es su nombre?

-Soy el doctor Rafael Rojas

-¿Dónde está, doctor Rojas?

-Me encuentro en la ciudad de Nueva Orleáns, en el centro de la ciudad, en el Charity Hospital.

-¿Qué está haciendo ahí, doctor Rojas?

-Soy profesor asociado de la Universidad de Louisiana; soy neurroradiólogo y hago estudios del cerebro, básicamente.

-¿Puede usted describirnos la situación en que se encuentra el Charity Hospital?

-Bueno, deplorable. Tuvimos un impacto de un huracán grado cinco en la costa, que entró en grado cuatro a la ciudad, como todos lo saben. Superó nuestra capacidad de atención a los pacientes. No tenemos luz, no tenemos agua corriente, las máquinas ya no están funcionando. Hasta anoche teníamos 273 pacientes. Fallecieron dos ya. Hoy, hace aproximadamente una hora, llegaron tres camiones del ejército de la armada de Estados Unidos y ya pudimos sacar a los pacientes de cuidados intensivos pero siguen pacientes ambulatorios, que son los que siguen ahora, y después aproximadamente 800 personas del personal del hospital que es parte del Centro Médico de Louisiana. Son cuatro hospitales, éste es tan sólo uno de ellos. Las condiciones son insalubres; no nos hemos podido bañar en cinco días, todo muy limitado ante una situación de esta categoría.

-¿Qué es lo que más les hace falta, doctor Rojas?

-Básicamente que nos envíen baterías para las linternas, y linternas, porque en la noche no se ve nada, es muy difícil tener acceso a la ciudad. La ciudad tiene un cerco tanto sanitario como de seguridad porque hay saqueos, hay muchas bandas robando todo; entonces es muy difícil tener acceso y no se los recomendamos porque hay mucho peligro. El hospital está protegido por la policía y por el ejército para que no haya una invasión, porque la gente en las calles quiere agua, ahorita aquí lo más valioso es el agua, el agua obviamente en las calles está toda contaminada.

"Usted puede ver las imágenes, nosotros no hemos podido verlas porque no tenemos señal de televisión; estamos incomunicados, hace dos días tuvimos acceso a estas dos líneas telefónicas. El gobierno de Estados Unidos está haciendo lo imposible por sacarnos de aquí pero la situación de Nueva Orleáns es muy peculiar, está rodeado de agua por el lado del mar, el río Mississippi, el lago Pontchartrain; entonces, es muy difícil, el acceso no es fácil y es un área de desastre y mover tanta gente. Estamos hablando de cientos de miles; en el Superdome sólo hay 25 mil; entonces, ¡imagínate! Esto es un caos y esperemos que... Estados Unidos va a salir de esto, pero es muy difícil; pero en el hotel Hyatt tan sólo había 3 mil huéspedes cuando sucedió esta tragedia de proporciones grandes, muy severa."

-Doctor Rafael Rojas ¿usted en qué lugar nació?

-Soy mexicano, de la ciudad de México.

-¿Dónde estudió medicina?

-En la Universidad La Salle, me gradué en radiología con la clínica Londres, fui presidente de la Sociedad Mexicana de Radiología e Imagen en 1998.

-¿Cómo llegó usted a Nueva Orleáns?

-Básicamente yo hago investigación sobre estudios del cerebro y a mí me ofrecieron una posición para ser profesor de la universidad, la cual acepté, y estábamos con muchos proyectos de publicaciones científicas y ahora seguiremos adelante después de esta catástrofe. Vamos a tener que salir adelante, no hay de otra; aquí estamos trabajando y vamos a seguir luchando, pero añoramos nuestra patria y lanzamos un llamado de ayuda; nosotros no sabemos que está pasando afuera, esa es nuestra preocupación, no sabemos nada y la gente se empieza a desesperar.

"No sabemos la magnitud de esto. ¿Por qué tarda tanto la ayuda? ¿Por qué no nos sacan de aquí? Pero no es tan sencillo, licenciado, es una situación muy compleja, que supera la capacidad de muchas cosas; entonces yo pienso que no es bueno calificar al gobierno de Estados Unidos, si lo está haciendo bien o mal; debemos estar todos unidos, todo el mundo y tratar de ayudar de la mejor manera; esto supera barreras políticas y que si se están haciendo bien las cosas o no. Simplemente que nos ayuden. Eso es todo, licenciado. No es justo que pasen estas cosas cuando está sufriendo tanta gente aquí.

"Yo me considero afortunado de estar vivo; estoy ayudando a los pacientes que son nuestra prioridad antes que nada, nuestras familias y el personal, tengo aquí a mi esposa y a mis dos hijos; cuando hay un código gris tenemos la obligación de venir a cubrir esta guardia; es mi tercer huracán en la ciudad de Nueva Orleáns, no es la primera vez que estoy en esta situación, esto fue lo máximo y superó nuestra capacidad, pero estamos enfrentado las cosas y hay que salir adelante, y agradecemos la ayuda de todos los medios. Esto no es amarillismo ni nada, esto es la verdad de las cosas. Las personas que estamos aquí, con la ayuda de ustedes y del gobierno de Estados Unidos, vamos a salir adelante."

-Ojalá que alguien del gobierno de México le esté escuchando...

-Tuve contacto ya con el cónsul que está en Houston; ellos nos han brindado todo su apoyo, han sido gente excepcional, no sé si pueda dar el nombre del cónsul que nos ha ayudado en Houston, a mi familia, a mí, nos han brindado un apoyo increíble. Sabemos que hay muchos mexicanos aquí; no sé exactamente cuántos, en este centro médico calculamos que hay 20. El cónsul Carlos González es quien nos ha ayudado. El ya mandó al vicecónsul que está en la frontera de Louisiana, por decirlo así, en los límites de la ciudad, tratando de ayudar, pero no hay acceso a la ciudad, lo cual no es recomendable porque es muy peligroso estar aquí; hay saqueos, hay francotiradores, la gente quiere agua, quiere vivir y no tiene cómo vivir. Es algo muy difícil. Esperemos que entiendan esta situación. Es algo increíble.

-Doctor Rafael Rojas, si tiene familia en México y por este conducto, que es el único por el cual puede usted comunicarse, ¿quiere mandarles algún mensaje?

-Sí, quiero decirle a mis padres, a mis hijos y a mi familia que estoy bien, que no se preocupen, que voy a salir de esto, que vamos a salir de esto también mi esposa que está aquí conmigo y mis dos hijos; bueno, hay que salir adelante. Ellos ya me han contactado pero ha sido muy lento, como han sido las cosas debido a la magnitud del problema. Es una magnitud gigantesca. Entonces ojalá la gente entienda la magnitud del problema.

-Tengo entendido, por los últimos cables que estamos recibiendo y nuestros corresponsales en Nueva Orleáns, que el presidente Bush personalmente está ya supervisando en ese mismo lugar toda la ayuda necesaria; esto quizá ustedes no lo sepan dentro del hospital.

-No, no lo sabíamos

-Todo el gobierno de Estados Unidos se está movilizando, porque me da la impresión de que esta tragedia se fue conociendo lentamente hasta que nos dimos cuenta de su enorme magnitud dentro y fuera de Estados Unidos

-Es una cosa gigantesca. Ojalá que la gente que sigue en desgracia pueda salir adelante; hay mucha gente que necesita ayuda. Nosotros tenemos agua para beber. Las condiciones son insalubres. Tenemos los cadáveres en la escalera de servicio, porque el sótano está inundado de agua y no tenemos corriente. En las noches no hay luz, entonces las linternas ya se nos están acabando. No hay celular, huele horrible, un hedor, ya se imaginará usted, no hay manera de bañarse, ir al baño, lavarse los dientes, etcétera. La comida es muy racionada porque tenemos que sobrevivir; esa es la manera de hacerlo y vamos a salir adelante.

-Doctor Rafael Rojas, nos resulta difícil concebir que en el país más poderoso del mundo, el país más rico del mundo, un huracán pueda causar estas escenas de desolación, de tristeza, de pobreza, de miseria...

-Se desarrolló de una manera muy rápida y después la naturaleza no nos dejó reaccionar a tiempo porque Nueva Orleáns tiene más o menos un millón de habitantes. Salió, se calcula, entre 60 o 70 por ciento de la población, pero estas 400 mil personas o 300 mil estamos aquí, no lo sé a ciencia cierta, sólo en la ciudad, imagínese los alrededores. El estado de Louisiana tiene aproximadamente 4 millones de habitantes. No sé las proporciones de esto y es terrible. Muchas de las casas de aquí son de madera; entonces se fueron, y el problema es que Nueva Orleáns está bajo nivel del mar; entonces entró muchísima agua, como un oleaje, y al regresar la ola desbordó el lago Pontchartrain y los diques de contención se rompieron y volvieron a inundar la ciudad; es algo increíble, cada día ha sido una cosa muy dura, pero tenemos que sacar a la gente de aquí.

-Doctor Rafael Rojas, no creo que le sirva a usted de mucho, pero cuente con nuestra solidaridad desde México

-Muchísimas gracias, estamos a sus órdenes

 
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