Marisol Salmones escribe ''desde la reflexión y el silencio''
La poesía es idealización y cotidianidad
Ampliar la imagen Marisol Salmones FOTO Carlos Cisneros Foto: Carlos Cisneros
''La poesía aspira a que entre el parloteo en el que uno vive guardemos silencio y exista cierta palabra que tenga un peso distinto, pero que hable de lo cotidiano, de lo simple'', asegura la poeta Marisol Salmones (DF, 1960).
La autora de Todavía quedan unos cuantos vacíos (Integrarte, 1993) explica que en su obra existe el deseo de hallar un punto de encuentro con el lector, ''con alguien, con el otro, en un mundo donde la comunicación atraviesa por desencuentros''.
Salmones cursó literatura mexicana del siglo XX en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco, y actualmente es profesora de esa especialidad. Algunos de sus poemas están incluidos en la antología Eco de voces (Generación poética de los sesentas), realizada el año pasado por Juan Carlos H. Vera (Ediciones Arlequín).
Al respecto, la poeta señala que los autores de su generación ''compartimos muchas rupturas. En la obra que realizamos no hay un solo tono; hay poetas que van desde la irreverencia hasta la introspección. Hay demasiada subjetividad entre nosotros, pero quizá es la marca de nuestro tiempo. Esa es una crítica que se ha hecho a la poesía escrita por quienes nacimos en los años 60.
''Pienso que estamos muy plantados en lo cruel, en lo que a veces es adverso. Finalmente sabemos que ahí tenemos los pies y no nos lamentamos demasiado, ni lo queremos cambiar. Es lo que vivimos, pero sabemos que tenemos la posibilidad de lo poético.''
Entrecruzamientos
En poesía, explica Salmones, ''a veces uno balbucea en la búsqueda de la voz propia, pero uno sigue. Ahora siento que estoy en un proceso como de algo que está sedimentando, acomodándose en un lugar más hondo''.
Marisol recuerda que su primer poemario, Descuido de intimidad (1990), ''fue muy artesanal. Ahí me di cuenta de que no todo poema avanza con la misma uniformidad, hay entrecruzamientos. A veces reconozco que estoy más cerca de mi voz, pero en otras ocasiones no.
''Trabajo la forma del poema, y llega un momento en el que lo suelto, lo dejo ir. Algunos son como un tejido de sentido e imagen. Cuando dentro de mí siento eso, debo parar de rescribirlos.''
Entre sus temas recurrentes están la ciudad, en particular ''el caos'' de la vida urbana, ''porque es algo que nos atraviesa y se ha vuelto complejo para muchos. Y es que lo poético, en muchas ocasiones, no es una idealización, sino lo real, lo cotidiano.
''También trabajo sobre la interioridad, lo subjetivo, las habitaciones conocidas y desconocidas que cada quien alberga en su interior. A veces esa profundidad la percibo en otros, siento que lo reflejan, que vibran y sólo me recuerdan la mía.''
Salmones asegura que el oficio de poeta lo ha vivido mediante ''mucha reflexión y desde el silencio. Las resonancias de mi vida cotidiana son las que intento plasmar en mi poesía, desde mi experiencia en la docencia hasta los momentos cuando, en un jardín, hurgo en la tierra para plantar una flor''.
También ha publicado poesía y ensayo en las revistas Intersticios, Los Universitarios, Primero Sueño y Fuentes Humanísticas.