Usted está aquí: viernes 2 de septiembre de 2005 Espectáculos Dueño del CBGB's agota sus últimas municiones

Dueño del CBGB's agota sus últimas municiones

Nueva York, 1º de septiembre. El fundador del mítico CBGB's, Hilly Kristal, agota sus últimas municiones en la batalla para evitar que el despiadado mercado inmobiliario de Nueva York ponga fin al contrato de renta de ese lugar que vio nacer al punk rock.

"Pensamos quedarnos", así de claro lo tiene el fundador de CGBG's, que enclavado en el número 313 de la conocida calle Bowery, en el populoso barrio del Lower East Side, años atrás lugar de reunión de vagabundos y drogadictos, lucha ahora por sobrevivir. El contrato de alquiler termina esta medianoche, quedando en el aire su futuro.

El último acto de la campaña pública que inició hace un mes, se celebró la noche del miércoles en Washington Square con un concierto al aire libre, en el que tocaron entre otros Public Enemy y Blondie.

Cientos de nostálgicos y aficionados al punk rock, entre los que abundaban las camisetas de los Ramones, se dieron cita en esa plaza para dejar claro, una vez más, que no quieren que el local cierre sus puertas y tengan, en el mejor de los casos, que ser trasladado.

Clásico en vía de extinción

El CBGB's es todo un clásico, una atracción turística más en una ciudad repleta de ellas; lugar de peregrinación para los amantes del punk y el rock.

Y es que este lugar vio nacer a una de las bandas más influyentes de la música del siglo XX, los Ramones, que se instalaron en el pequeño local como si fuera su segunda casa.

Allí debutaron Blondie, Patti Smith o Iggy Pop y muchos, muchos más, aunque a pesar de sus 400 conciertos actuales al año lejos quedan ya sus tiempos de gloria.

Abierto en 1973 por Kristal, ex marine que sigue al frente del negocio, ve ahora amenazado su futuro por las altas rentas de la ciudad, justo cuando debe renovar su contrato de alquiler, que termina la medianoche de este jueves.

El propietario del local es el Bowery Residents Committe (BRC), organización no lucrativa que ofrece servicios y ayuda a vagabundos y discapacitados de la ciudad. El local está a escasos metros de su sede.

El BRC quiere subir la renta al local y pasar de los 19 mil dólares al mes que pagan ahora a unos 40 mil, más del doble y lejos de los 600 dólares que estipularon en su primer contrato.

Notimex

 
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