MEXICO SA
Silencio del que pide puentes en lugar de muros
Nuevo régimen fiscal de Pemex, triunfo de Gil y la Conago
VENCIO EL PLAZO, y por la vía de los hechos (la no publicación en el Diario Oficial de la Federación) el inquilino de Los Pinos vetó el nuevo régimen fiscal para Petróleos Mexicanos (Pemex), aprobado por el Congreso el 28 de junio pasado, para que entrara en vigor el primer día del próximo año.
EN EL DISCURSO todos claman por un Pemex modernizado, liberado de la brutal carga impositiva que agobia sus finanzas, que actualice su infraestructura, que invierta en investigación y exploración, con tecnología de punta y muchos etcéteras más, pero en los hechos nadie está dispuesto a desprenderse de la rica y cómoda ubre petrolera, menos en tiempos de precios históricos, ni mucho menos cerrar la vía privatizadora como "último recurso" para sanear Pemex.
POCO MAS DE dos meses tuvo el inquilino de Los Pinos para publicar el decreto respectivo en el Diario Oficial de la Federación o hacer las "observaciones" que considerara pertinentes a dicho régimen fiscal; el plazo fatal, 31 de agosto de 2005. No procedió en ningún sentido, y la estructura fiscal de Pemex se mantiene intocada.
EL FLAMANTE PRESIDENTE de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Pablo Gómez, confirmó el silencioso veto presidencial al nuevo régimen fiscal de Pemex, aprobado (con algunas modificaciones "sugeridas" por los legisladores del sindicato petrolero) por el pleno de la Cámara de Diputados el pasado 28 de junio por 330 votos a favor, 131 en contra y dos abstenciones. En aquella ocasión, el propio perredista advirtió que "si este país sigue utilizando la renta petrolera para comer, se comerá el petróleo; el petróleo será abundante y no tendremos qué comer, porque no habremos creado la industria petroquímica y de transformación que debe tener un país con petróleo, y no lo hemos hecho. El gobierno actual es irresponsable por no haber dicho hasta aquí y empezar un nuevo sistema".
ESA FECHA PETROLEOS Mexicanos expresó su "beneplácito por la votación en San Lázaro" y reconoció "la labor madura y objetiva de los legisladores de todos los partidos", porque aprobar el nuevo régimen fiscal "dará mayor viabilidad financiera a la empresa y constituye un paso fundamental para impulsar su modernización". Al día siguiente, la Presidencia de la República celebraba la decisión legislativa como "una buena noticia". Dos meses después, el veto por la vía del silencio y la inacción.
EL SENTIDO DE la modificación legislativa para permitir a Pemex un manejo financiero más soberano se fundamentó, entre otros elementos, en la necesidad de incrementar la inversión en exploración y explotación de nuevos yacimientos, incrementar las reservas y la plataforma de explotación, fortalecerse con tecnología de punta y robustecer la capacidad refinadora de la paraestatal.
SI SE SABE que una tercera parte del ingreso público proviene del petróleo, obvio era suponer que un enorme bache se abriría en las finanzas públicas. Aún así, se previó una transición "suave" en el régimen fiscal que evitara una crisis presupuestal.
EN LA ULTIMA década, vía exportación petrolera, el gobierno ha captado alrededor de 120 mil millones de dólares. De ellos, entre 95 y 100 mil millones fueron retenidos por la garra fiscal. Que los recursos petroleros se destinen al crecimiento y desarrollo del país es algo que nadie puede objetar, pero realmente ¿en qué se utilizó esa carretada de billetes verdes? Lo más probable que para los dos renglones sagrados del par de gobiernos involucrados en esos 10 años: pago de deuda pública y cobertura del "rescate" bancario.
CON EL VETO, por la vía de los hechos, del inquilino de Los Pinos el presidente adjunto, Francisco Gil Díaz, y sus alfiles de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) se anotan un triunfo adicional: el primero para no tocar la estructura fiscal -que cómodamente le permite alcanzar su meta de déficit cero- y los segundos para recibir algo más que migajas de la renta petrolera. ¿Y Pemex?
DIAS ATRAS, EL presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, el panista Franciso Salazar Diez de Sollano, suponía que el inquilino de Los Pinos publicaría el nuevo régimen fiscal de Pemex. Decía que el presidente Fox "decidió abrir un compás de espera, pues hay una presión muy fuerte de los secretarios de finanzas de los estados, quienes insisten en que se vete el nuevo régimen fiscal, aprobado por el Congreso de la Unión en junio pasado, por considerar que esto representará menos recursos para sus entidades". Sin embargo, "yo creo que sí lo publicará... Si el nuevo esquema no se hubiera aceptado, en dos años Petróleos Mexicanos habría enfrentado serios problemas financieros, lo cual pondría en riesgo las aportaciones a los estados y municipios".
EN EL MISMO tenor, legisladores de todos los partidos representados en San Lázaro -con la fina excepción de los panistas- urgieron al inquilino de Los Pinos para que publicara el nuevo régimen fiscal de Pemex, "porque si no lo hace estaría cometiendo un error. Hay que recordar que tanto autoridades de Pemex como de la Secretaría de Hacienda estuvieron de acuerdo en lo establecido en el nuevo régimen por eso no se justificaría la excepción... Sin la promulgación del nuevo régimen de Pemex, recordaron, no habrá crecimiento económico que es lo que México demanda".
RESULTA QUE LA Conago y su socio Gil Díaz presionaron, bloquearon y aparentemente ganaron la partida, mientras el que pide puentes en lugar de los muchos muros construidos quedó en silencio, esperando el plazo fatal.
Las rebanadas del pastel:
TRAS CINCO AÑOS alguien tendría que recordarle cuál es el estado que guarda la nación, porque el inquilino de Los Pinos olvidó incluirlo en su quinto "Informe"... Por cierto, hoy se cumple el cuarto aniversario de la expropiación de 27 ingenios azucareros, mismos que se reprivatizarían en "un plazo no mayor a 18 meses" (Javier Usabiaga dixit), es decir, el 3 de marzo de 2003 a más tardar... Cuarenta y ocho meses después se mantienen en manos del gobierno del "cambio".