Actualmente se evalúa en 15 comunidades de la sierra de Huautla, en Morelos
Utilizando fagos, genera la UNAM nueva vacuna contra cisticercosis
Podría ser producida a muy bajo costo y en pocos días en el Instituto de Investigaciones Biomédicas
Utilizando fagos -virus de bacterias-, los doctores Edda Sciutto y Karen Manoutcharian, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), junto con un multidisciplinario equipo de trabajo, han generado una nueva vacuna contra la cisticercosis, la cual podría ser producida para todo el país en el propio instituto a muy bajo costo.
Los fagos son virus de bacterias que tienen en su superficie algunas proteínas que se presentan múltiples veces, de tal forma que si "le asocias a una de estas proteínas repetidas un péptido vacunal, es decir, un componente de un organismo capaz de inducir una respuesta inmune, se expresa múltiples veces por unidad de virus".
Los fagos están abundantemente distribuidos en la naturaleza -dice la doctora Sciutto-: ''tomas un vaso de agua y está lleno de ellos. Con esa base podemos producir miles de dosis de la vacuna en la planta piloto de nuestro instituto a costos muy bajos y en sólo algunos días de trabajo".
La vacuna se ha producido en el instituto e inactivado el fago, de tal forma que no es infectivo; se probó en ratones y en cerdos, y actualmente se está evaluando en 15 comunidades de la sierra de Huautla, Morelos.
La interrupción del ciclo del parásito
La cisticercosis es causada por el parásito Taenia solium, que puede afectar al hombre y a cerdos criados en condiciones no tecnificadas, siendo causa de decomiso y afectando la economía del sector más marginado de la población. En el ser humano, el cisticerco -estado larvario del Taenia solium- se aloja muy frecuentemente en el sistema nervioso central y causa un padecimiento conocido como neurocisticercosis.
Según la Secretaría de Salud "comer la carne mal cocida produce parasitosis intestinal por taenia solium en su estado adulto, comúnmente conocida como solitaria, convirtiéndose el hombre parasitado en un foco de infección, ya que diariamente arroja en sus materias fecales 200 mil huevecillos contenidos en los fragmentos de solitaria, conocidos como tallarines, que de ser ingeridos por otra persona a través de alimentos contaminados se van al cerebro y causan la cisticercosis cerebral".
Debido a que el cerdo es un huésped intermediario indispensable en el ciclo de vida del parásito, se buscó disminuir la incidencia de la cisticercosis en éste para, a través de la vacunación, interrumpir la transmisión de la parasitosis y prevenir eventualmente la enfermedad humana.
Esta estrategia parece una medida realista, ya que no implica modificar las condiciones socioeconómicas en las que subyace la enfermedad, señala Edda Sciutto.
"Según el reporte de series de necropsias practicadas en distintas instituciones hospitalarias, la neurocisticercosis afecta a entre 2 y 3 por ciento de la población. Diferentes estudios epidemiológicos realizados en el país indican altas prevalencias de cisticercosis porcina en cerdos criados rústicamente (de cinco al 30%)", explica la doctora en investigación biomédica básica.
Esta parasitosis se difunde a consecuencia de la práctica de la crianza rústica de cerdos, fecalismo al ras del suelo, insuficiente e inadecuada inspección sanitaria y malos hábitos higiénicos, condiciones frecuentes en comunidades rurales de nuestro país.
La comercialización de la vacuna
La primera vacuna que diseñaron en 2001 fue la S3Pvac, constituida por tres péptidos sintéticos denominados GK1, KETc1 y KETc12, de 18, 12 y 8 aminoácidos respectivamente.
La S3Pvac fue evaluada en campo, en colaboración con el Instituto de Investigaciones Biomédicas, la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la UNAM y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. S3Pvac fue capaz de reducir en 97.8 por ciento la cantidad de cisticercos en cerdos criados en forma rústica expuestos al desafío natural.
Aunque esta vacuna induce altos niveles de protección contra la cisticercosis porcina, es de alto costo, ya que se produce en forma sintética.
Según la doctora Sciutto los Laboratorios Silanes comenzarán con la comercialización de la vacuna S3Pvac. "Nosotros, como instituto de investigación, no tenemos capacidad de producirla en forma controlada porque no tenemos la infraestructura que se requiere para la fase de producción de este tipo de biológicos.
"Para la producción de la vacuna de fagos se requieren instalaciones como una planta piloto con reactores, es decir, equipos para crecer en volúmenes grandes las bacterias. Estas instalaciones existen en nuestro instituto y además la producción de la vacuna de fago se ha optimizado y no requiere de procesos adicionales de alto costo, justamente pensando que sea una vacuna muy barata", comenta la especialista.
Para esta investigación, que ha durado más de 20 años, la doctora Sciutto y su equipo de trabajo han recibido diferentes apoyos, entre ellos un macroproyecto de Conacyt de cinco años de duración que promovió la consolidación del grupo de trabajo que incluye instituciones como la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia, el Instituto de Investigaciones Biomédicas, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía y la Universidad Autónoma de Morelos.