El nuevo embajador en La Habana llena una vacante de seis meses y medio
Llega hoy José Ignacio Piña a Cuba; busca rencauzar relaciones diplomáticas
La Habana, 3 de septiembre. El nuevo embajador mexicano en Cuba, José Ignacio Piña, es esperado este domingo aquí para ocupar la plaza que su antecesora Roberta Lajous dejó vacante hace seis meses y medio.
La llegada de Piña coincide con el inicio en La Habana de una jornada de actividades culturales, como parte de las fiestas nacionales mexicanas.
El diplomático de 51 años realizó estudios en relaciones internacionales, ingresó al Servicio Exterior Mexicano en mayo de 1980 y se ha desempeñado como embajador en El Salvador (1995-1999), Perú (1999-2001) y Panamá (2001-2005), entre otros cargos.
El 10 de agosto pasado, Piña fue ratificado por la Comisión Permanente del Congreso mexicano, ante la cual ofreció "rencauzar las relaciones diplomáticas entre ambos países mediante el fomento de una relación basada en el diálogo constructivo, la cooperación y el mutuo respeto".
El agregado cultural de la embajada mexicana aquí, Eduardo Menache, anunció la celebración de las jornadas patrias mexicanas como muestra de que la cultura es "determinante" para el desarrollo de las relaciones bilaterales.
"Estamos convencidos de que la diplomacia de los pueblos es el instrumento más efectivo para relacionar a dos culturas" como la mexicana y la cubana, aseguró Menache.
"Con ese bagaje enorme de amistad y de cultura no hay ningún obstáculo que no pueda ser superado", añadió el funcionario mexicano.
La llegada del nuevo embajador y la celebración de las fiestas nacionales mexicanas se dan después del periodo más crítico en la historia de las relaciones bilaterales, cuyo peor momento se presentó en mayo de 2004, cuando el gobierno del presidente Vicente Fox retiró a Lajous del puesto y pidió la salida del embajador cubano en México, Jorge Bolaños.
Aunque los jefes de misión volvieron a sus plazas posteriormente, la relación se mantuvo tensa -como ha sido durante casi toda la gestión de Vicente Fox-, en lo que representa la ruptura de una alianza bilateral de cuatro décadas.
El respaldo del gobierno mexicano a sucesivas resoluciones en Naciones Unidas relacionadas con la situación de los derechos humanos en Cuba, promovidas por Estados Unidos, provocó la irritación de La Habana y generó una espiral de reclamos y represalias mutuas que no han cesado.