Usted está aquí: domingo 4 de septiembre de 2005 Cultura Marchantes de libros reclaman espacios en el Centro Histórico

Exhibición y venta de ejemplares en la Plaza Tolsá

Marchantes de libros reclaman espacios en el Centro Histórico

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Ampliar la imagen Los libreros reclaman a las autoridades su derecho a ser considerados trabajadores de la cultura FOTO Jos�ntonio L� Foto: Jos�ntonio L�

Martín Morales representa la tercera generación de una familia de libreros, don Antonio Mar lleva más de 20 años dedicado a este oficio y Sofía Trejo ha trabajado en eso durante 10 años.

Los tres forman parte de la Unión de Marchantes de Libros en Movimiento, que este sábado inauguró en la Plaza Tolsá, frente al Palacio de Minería, una feria donde se venden volúmenes nuevos y de ocasión de las temáticas más variopintas: desde historia a esoterismo y de literatura a libros de superación personal.

Uno de los principales obstáculos para el oficio de librero es la falta de espacios para vender, necesitamos espacios como esta feria, señala Martín Morales. "Yo seguí con la tradición de librero, que comenzó mi abuelo con su librería Los ceros, que estaba entre Justo Sierra y San Ildefonso y continuó mi padre. Por una parte seguí con el oficio por necesidad y la otra porque le agarré gusto. Prácticamente nací entre libros".

Don Antonio tiene 60 años, 20 de los cuales los ha dedicado a la venta de libros, nuevos y usados y trabaja frente a la Facultad de Medicina de la UNAM.

"A lo largo de mis años como librero me he dado cuenta de que parece que es un delito que uno se dedique a los libros. De muchos lugares nos han corrido y ha sido difícil tener una ubicación. Los libreros nos merecemos un lugar apropiado para hacer nuestras exposiciones, un espacio donde podamos estar todos los días, que esté bien ubicado y donde estemos protegidos contra las inclemencias del tiempo, tener protección social. No sé por qué no se le ha dado prioridad a una cuestión tan importante como es la del libro".

Tanto Martín como don Antonio salen a provincia para vender sus libros en otras plazas. "Ahí se capotean mejor las cosas", declara el primero.

Los libreros que participan en la feria "formamos parte de una organización que se llama Unión de Marchantes de Libros en Movimiento, que desde 1996 tiene reconocimiento en el Centro Histórico; muchos éramos toreros y les pagábamos a las camionetas para que nos dejaran trabajar", expresa a su vez Sofía Trejo, organizadora de la feria, quien subraya la necesidad de que las autoridades los reconozcan como trabajadores de la cultura. "Nos interesa -dice- establecer una defensa del espacio público en el Centro Histórico para la preservación de actividades culturales y recreativas para la población."

Al promover estos actos, añade, estamos no sólo promoviendo la lectura en México sino haciéndola accesible al público, tenemos muchos libros rescatados, libros raros, entonces es necesario que nosotros seamos considerados por las autoridades precisamente como trabajadores de la cultura, como no asalariados, más allá de las grillas que enfrentan al gremio.

Muchos de los que participan aquí tienen que salir de la ciudad o trabajar en dos o tres plaza simultáneamente porque no alcanzan los recursos. De estos puestos se ven favorecidas muchas familias. "En la Plaza Tolsá tenemos 64 exhibidores, pero dependen unas 300 familias. Es muy importante que se nos dé la oportunidad de participar y que se nos tenga confianza, que el gobierno de la ciudad sepa que somos gente que entiende razones de un apego a la normatividad."

Esta feria concluye el próximo domingo y puede visitarse de las 9 a las 21 horas. La Plaza Tolsá está frente al Museo Nacional de Arte y al Palacio de Minería en la calle de Tacuba, a unos pasos de las estaciones del Metro Allende y Bellas Artes.

 
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