El sistema de salud del estado, a punto de ser rebasado; estudian construir viviendas
Saturan Texas casi 250 mil refugiados; el gobernador pide disminuir presión
Funcionarios del sector educativo garantizan lugar en aulas para todos los niños refugiados
Ampliar la imagen Con la ayuda de un socorrista voluntario, damnificados por Katrina rescatan pertenencias de su casa en Metairie, en las afueras de Nueva Orle� FOTO Reuters Foto: Reuters
Houston, 5 de septiembre. Los señalamientos electrónicos sobre la autopista interestatal 10, que tras el paso del huaracán Katrina ha sido la arteria principal para la circulación de caravanas de personas que evacuan el sur de Luisiana, emiten una información que nadie quiere ver: "El refugio en el Astrodome está cerrado. Tome la ruta interestatal 45 hacia Dallas".
Casi podrían decir "Texas está cerrado", porque el estado que tendió rápidamente los brazos a los sobrevivientes del ciclón -con lo cual alojó a la mayor cantidad de damnificados en la historia de Estados Unidos- este lunes llegó a un punto de saturación.
La mayoría de los cálculos indican que unos 130 mil evacuados están ahora en Houston. Aproximadamente una cuarta parte se halla en el Astrodome y en otras instalaciones de la ciudad, incluido el centro de convenciones, mientras el resto pernocta en hoteles o en casas de familiares y amigos.
A lo ancho de Texas, la cifra está cerca del cuarto de millón de personas, con Dallas y San Antonio a punto de cubrir su capacidad.
Con un flujo de refugiados que no cesa, el gobernador Rick Perry emitió un llamado a sus contrapartes de otros estados para quitarle presión a Texas.
Entre las entidades federativas que han prometido ayuda están Michigan, Iowa, Nueva York y Virginia del Oeste (todas en el norte y noreste, lejos de Luisiana).
"Hay refugios en otros estados que están vacíos, mientras que todos los días llegan miles a Texas (vecino inmediato al oeste de Luisiana)", señaló Perry.
"Hacemos todo lo que podemos para responder a las necesidades de los damnificados, a medida que llegan, pero con el fin de cumplir con estos requerimientos enormes, solicitamos apoyo de otros estados."
Puente aéreo
Tres aerolíneas con sede en Texas, Continental, Southwest y American, han acordado contribuir con naves y cuadrillas de trabajadores para sacar por vía aérea a los refugiados en Houston hacia otros puntos del país.
El primero de esos vuelos partió el domingo con 149 personas que fueron atendidas en San Antonio, alojadas en las antiguas instalaciones de una base militar, así como en las bodegas de una fábrica de pantalones.
La triste diáspora provocada por Katrina llegó a varios estados, y sigue en expansión. Decenas de miles de refugiados de Luisiana, Mississippi y Alabama han viajado al resto de los estados vecinos, como Florida, Arkansas, Tennessee y Oklahoma. Otros han ido a entidades lejanas, entre ellas Colorado, Arizona y Carolina del Norte.
La mayor presión está sobre Texas. El sistema de salud pública está a punto de ser rebasado, mientras surge la necesidad de crear proyectos de vivienda de largo plazo para albergar a las familias refugiadas y escolarizar a los niños.
Después del largo fin de semana -derivado del puente feriado por el Día del Trabajo-, decenas de miles de menores evacuados serán recibidos este martes por vez primera en las escuelas públicas de Texas. Funcionarios del sector educativo han señalado que todos los niños que cruzaron los límites del estado por la evacuación en Luisiana tendrán un lugar en los salones de clases.
"Haremos todo lo que podamos para dar la bienvenida a esos estudiantes y devolverles algo de la estabilidad que tenían", anunció la comisionada de Educación de Texas, Shirley Neeley.
Es factible que los recién llegados permanezcan en las aulas texanas hasta el fin del curso escolar, e incluso por mucho tiempo más, si las familias deciden regresar a Luisiana.
Los evacuados que están en refugios como el Astrodome, mientras tanto, van a recibir la notificación de que no estarán ahí para siempre.
Muchos podrán ser llevados por avión a otras ciudades, pero hasta ahora no está claro si la salida de Texas será voluntaria o forzada. Cualquiera que sea la solución, dicen funcionarios texanos, es necesario vaciar refugios como el estadio tan pronto sea posible.
No obstante que las condiciones en el interior son al menos seguras y cada vez más cómodas, la privacidad es inexistente para las familias, y los médicos están temerosos de que las enfermedades comiencen a diseminarse. Unos 90 niños en el Astrodome y en instalaciones circundantes fueron hoy tratados contra la diarrea.
© The Independent
Traducción: Guillermo García