Martes 10 de septiembre de 2005
Primera Parte
La gran conspiraci�n bancaria internacional
C�mo se movieron, ocultaron y lavaron cientos de millones de d�lares
Bancos de EU, Gran Breta�a, Suiza, Gibraltar, Bahamas, involucrados.
Oficiales militares ocultaron y blanquearon los capitales del dictador
Clar�n fue el peri�dico de mayor tiraje en Chile (270 mil ejemplares diarios) hasta el golpe de Estado perpetrado contra el gobierno de Salvador Allende. Confiscado y desaparecido por la dictadura de Augusto Pinochet durante 32 a�os, Clar�n reaparece con una edici�n digital a la que seguir� pr�ximamente la edici�n impresa.
El 11 de septiembre de 1973 el diario fue acallado por las fuerzas militares bajo el mando de Augusto Pinochet. Su director y subdirector, los periodistas Alfredo Gamboa y Alejandro Arellano, fueron detenidos, encarcelados y torturados. Sus locales e instalaciones fueron allanados e incautados. Poco m�s de un a�o antes el diario hab�a sido adquirido por el inversionista espa�ol, asentado en Chile, V�ctor Pey. En 1990 �ste don� el 90 por ciento de sus derechos sobre este diario a la fundaci�n espa�ola Presidente Allende, con sede en Madrid, que preside el doctor Joan Garc�s. Es a esta fundaci�n a quien se debe, en gran medida, la aportaci�n de pruebas y documentaci�n para conseguir que el Senado de Estados Unidos abriera las indagaciones que llevaron al hallazgo de las cuentas secretas del dictador chileno y sus allegados.
SE DESCUBRE LA CONSPIRACION
Margaret Tatcher no ocultaba su enojo aquella ma�ana de octubre de 1998. Scotland Yard se hab�a atrevido a detener a su dilecto amigo Augusto Pinochet, en su cama del hospital londinense donde hab�a ingresado para someterse a una intervenci�n quir�rgica en la columna. "Esto es obra de Garc�s", dijo el dictador, en alusi�n al presidente de la Fundaci�n Salvador Allende, el hombre al que el presidente m�rtir encarg� decirle al mundo lo que hab�a ocurrido en La Moneda aquel 11 de septiembre de 1973. Pinochet sab�a del trabajo Garc�s. Su entrega total y su rigor para documentar el genocidio en Chile. De ah� su revelaci�n.
Aterrado y sorprendido, Pinochet constat� que el refugio que tanto hab�a buscado fuera de Chile para operarse de una hernia discal tampoco era seguro. Su amistad con la ex primera ministra inglesa ya no garantizaba la total protecci�n que su situaci�n requer�a. Alegando demencia senil, sus abogados lograron su liberaci�n. No bastaban los cargos por los cr�menes contra la humanidad que pesaban sobre �l. Pinochet pod�a volver a quedar en libertad una vez terminada su convalecencia. Una gran desesperanza recorri� el mundo. Por lo visto no hab�a forma de echarle el guante a uno de los mas b�rbaros criminales que ha conocido la historia.
Esa puerta se cerraba, s�, pero sorpresivamente otra se abr�a. Hasta su cama del hospital londinense se hizo llegar a Pinochet y autoridades la fotocopia de un dep�sito por un mill�n de d�lares en una cuenta a su nombre en el banco Riggs de Estados Unidos, sucursal Miami. La llegada de este documento abri� la caja de Pandora. Al nerviosismo de la banca internacional que durante poco m�s de 30 a�os guard� en secreto el producto de los cr�menes del dictador chileno, se sum� la alarma en el Congreso de Estados Unidos. Esta instituci�n se ve�a ante el deber de desclasificar documentos y abrir una amplia investigaci�n que, como se ver� enseguida, llevar�a al descubrimiento de toda una operaci�n financiera internacional, cuyo principal beneficiario era Augusto Pinochet (con sus varios 'alias').
LOS COMPLICES
Mientras somet�a a una naci�n entera a un r�gimen de terror, Pinochet acumulaba una enorme fortuna. Para todo ello el dictador necesitaba de c�mplices. No bastaban los de la familia. Se sirvi� entonces de oficiales militares bajo su mando y de una sofisticada red de empresas ficticias y cuentas bancarias "opacas".
En el periodo 2004-2005, el Senado de Estados Unidos identific� unas 128 cuentas en diferentes bancos, tan s�lo de ese pa�s.
La documentaci�n que hoy ofrece en exclusiva La Jornada da cuenta de los movimientos financieros y dep�sitos bancarios que han beneficiado a Augusto Pinochet y familia, en los �ltimos 25 a�os. Asimismo, de la conspiraci�n financiera internacional que en todo ese tiempo se fragu� contra el pueblo de Chile.
Las cuentas del amotinado contra la Rep�blica
Joan E. Garces
Las ambiciones del tirano
Marcos Roitman Rosenmann