Planea aumentar extracción y exportación de petróleo
Privilegia el gobierno a la banca en materia de ISR
Mantiene meta de gravar prestaciones de trabajadores
El gobierno del presidente Vicente Fox decidió mantener sin alteración un impuesto que cuando entre en vigor, en enero de 2006, gravará las prestaciones de los trabajadores. En cambio, propuso al Congreso que a partir del próximo año sean exentados del pago del impuesto sobre la renta (ISR) los intereses generados por los bonos de deuda que emite el gobierno federal, que son comprados en su mayor parte por los bancos e inversionistas privados que operan en el país.
En la llamada miscelánea fiscal, documento que plantea modificaciones a varias leyes en la materia y que se incluye en el paquete económico para 2006, el titular del Ejecutivo pide al Congreso la autorización de conceder más estímulos para atraer inversión a los fideicomisos para el desarrollo inmobiliario, procedentes principalmente de inversionistas en la bolsa de valores.
Además, el gobierno propone aumentar el cobro del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) a las cervezas vendidas al público en envases no retornables, como especie de gravamen "a la protección ecológica", según lo definió el panista Gustavo Enrique Madero, presidente de la Comisión de Hacienda.
Desde mediados de año, en especial a partir de la última semana de agosto, varias de las más grandes centrales obreras pidieron la cancelación de una reforma legal aprobada en noviembre de 2004 en el Congreso, que autoriza que desde enero próximo sean gravadas con el ISR diversas prestaciones. La forma en que está diseñada la aplicación representaría una mayor carga sobre la clase media, medida para estos efectos como el grupo de población con ingresos de entre siete y 25 salarios mínimos.
Esta reforma representa una reducción de alrededor de 5 por ciento sobre los salarios percibidos este año, en promedio, así como un gravamen de hasta 40 por ciento a las prestaciones, ahora exentas, según varias centrales obreras.
En la iniciativa de Ley de Ingresos y en la miscelánea fiscal, entregadas el lunes por la noche a la Cámara de Diputados, el gobierno federal no establece ninguna modificación en cuanto al ISR a los ingresos y prestaciones de los trabajadores. Según algunos legisladores, significa que el Ejecutivo asume que no habrá cambio y la reforma entrará en vigor en enero.
"Fue una cobardía del gobierno no haber contemplado el tema del ISR a prestaciones", comentó Alfonso Ramírez Cuéllar, diputado perredista integrante de la Comisión de Hacienda. "En el Congreso no va quedar esto así, se va a hacer algo para remediar la situación", dijo.
La miscelánea propone, en cambio, que sea incluido en la Ley del ISR que los intereses provenientes de títulos de crédito colocados en México, emitidos por el gobierno federal, el Banco de México o el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), "estén exentos del pago del impuesto sobre la renta".
Los bonos de la deuda interna gubernamental o los emitidos por el IPAB, que también tienen la garantía del gobierno, son comprados principalmente por los bancos que operan en el país y por inversionistas privados, aunque también una parte está colocada entre las administradoras de fondos para el retiro.
Impuesto a la cerveza
La miscelánea incluye la propuesta de aplicar una mayor carga fiscal a la cerveza mediante el IEPS, con la modalidad de un gravamen mayor a las que son vendidas en envases no retornables, con la idea de generar fondos para planes de protección al ambiente.
Actualmente el IEPS aplicado a las cervezas es de 25 por ciento del valor del producto. La propuesta considera cobrar a la presentación en envase no retornable el gravamen que resulte mayor entre el actual IEPS de 25 por ciento o la cantidad de 3 pesos por litro.
"Es una medida que busca apoyar la protección al medio ambiente con medidas impositivas", comentó Eduardo Estrada, analista de la industria cervecera en Accival, casa de bolsa de Banamex-Citigroup. Lo que busca el gobierno con esta propuesta es dar un fuerte incentivo a usar envases retornables en vez de desechables, que causan mayor daño ecológico.
La industria de la cerveza está dominada en México por un duopolio representado por Grupo Modelo y Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma, del regiomontano Grupo Femsa. Las ventas combinadas de ambas fueron en el primer semestre del año de 33 mil 72 millones de pesos y en el mercado nacional colocaron 28 millones de hectolitros (un hectolitro equivale a 100 litros).
El gobierno federal escamoteó recursos a Petróleos Mexicanos (Pemex) con la decisión, la semana pasada, de vetar el nuevo régimen fiscal de la empresa, pero en cambio el presidente Vicente Fox Quesada pretende en 2006 continuar aumentando extracción y exportación de crudo, incluso con la intención de comprometer metas de producción para 2007 y 2008, los dos primeros años de la siguiente administración.
En los Criterios Generales de Política Económica 2006, entregados al Congreso el lunes, se anticipó que la plataforma de exportación de crudo, que tiene como destino principal Estados Unidos, aumentará de un millón 826 mil a un millón 868 mil barriles diarios en un entorno de alza de precios que, según el documento, puede revertirse en el corto plazo.
El viernes pasado, el Presidente vetó el nuevo régimen fiscal de Pemex, que proveería a la empresa de unos 24 mil 500 millones de pesos adicionales de presupuesto en el primer año de vigencia. Esos recursos serían empleados sobre todo para restituir reservas de hidrocarburo. La paraestatal tiene una tasa en la materia de 14 por ciento de reservas probadas y de 57 por ciento de totales, que incluye las probadas, probables y posibles.
En el documento, que contiene las observaciones al régimen fiscal, Fox propone incluso que Pemex Exploración y Producción sea castigada con la aplicación de un gravamen adicional si su producción en 2006, 2007 y 2008 es menor a 3 millones 419 mil barriles diarios, 3 millones 452 mil y 3 millones 523 mil, de forma respectiva, lo que en la práctica implica aumentos continuos de producción en un entorno de restricción de recursos de inversión propios.
Los criterios generales plantean que la economía mexicana ha tenido en los ingresos petroleros y en las remesas de los paisanos residentes en Estados Unidos dos fuentes de estabilidad, que incluso permitirán una transición de gobierno en 2006 sin sobresaltos, al menos por lo que toca a la parte económica.
Dice el documento entregado por el Ejecutivo a la Cámara de Diputados: "La conducción prudente de la política fiscal, la adquisición anticipada de recursos para cubrir los compromisos adquiridos en materia de deuda, el fortalecimiento del sistema financiero, el nivel de las reservas internacionales y el déficit moderado de cuentas externas, así como el importante flujo de recursos externos en forma de inversión extranjera directa y de remesas permitirán una transición democrática sin perturbaciones macroeconómicas".
La lista de prioridades
En el periodo entre 2001 y 2005 el precio promedio de la mezcla mexicana de petróleo fue de 28.3 dólares por barril, 44.5 por ciento más que el observado para el lapso de 1997 a 2000. La plataforma de exportación se incrementó 7.2 por ciento en el último quinquenio respecto a los cinco años precedentes, hasta alcanzar un promedio de un millón 786 mil barriles diarios, se indica en el documento.
En este entorno, el gobierno plantea que se deben "aprovechar los elevados precios del petróleo para reducir la deuda pública". Agrega: "Es conveniente señalar que, derivado de la evolución reciente de los mercados internacionales de energéticos, los ingresos petroleros del sector público son atípicamente elevados. Por ello es necesario obtener un superávit de las finanzas públicas, disminuir así la deuda pública y consolidar la posición financiera con el fin de poder ajustarse sin sobresaltos a la eventual reducción del precio del crudo".
La descontrolada bola de cristal
El gobierno de Fox no se ha caracterizado por su tino al realizar proyecciones económicas. Comenzó con una oferta de incremento del producto interno bruto (PIB) de 7 por ciento, y de manera consistente, incluso este año, ha corregido sus propios cálculos.
Con todo, los criterios incluyen un "marco macroeconómico multianual" en el que anticipa para el periodo 2006-2009 un crecimiento promedio del PIB de 3.6 por ciento cada 12 meses. Además, reconoce una de las debilidades estructurales de la economía mexicana, y que el actual gobierno había ofrecido corregir (Fox planteó en 2001 y 2002 que México buscaría diversificar sus relaciones con Europa para depender menos de Estados Unidos): la correlación entre el crecimiento nacional y el estadunidense.
"El dinamismo de las actividades productivas seguirá condicionado y limitado por los ritmos de crecimiento que experimente" Estados Unidos, se precisa.