Comienza a bajar el nivel del agua; la cifra de muertos podría ser de 10 mil
Nueva Orleáns, sepultada bajo unas 90 toneladas de basura: autoridades
Ampliar la imagen Tareas de auxilio en Nueva Orle� FOTO Reuters Foto: Reuters
Nueva Orleans, 6 de septiembre. El nivel del agua en las calles de Nueva Oreláns comenzó a bajar ocho días después que fuera azotada por el huracán Katrina, donde el alcalde Ray Nagin estimó que los muertos podrían ser 10 mil, al tiempo que se teme el brote de epidemias en la ciudad.
El cuerpo de ingenieros del ejército de Estados Unidos dijo que hay avances en la reparación de los diques y que se apresta a comenzar a bombear el agua fuera de la ciudad. Aún así, las tareas de drenaje podrían durar 80 días.
El Secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff, advirtió el pasado domingo que la búsqueda de cuerpos en las aguas desbordadas traería consigo "la peor escena que alguien pueda imaginar". Las fuerzas militares que colaboran en los esfuerzos de reconstrucción superaban este martes los 54 mil.
No obstante, en las calles el agua todavía llega hasta las rodillas, miles de personas esperan aún ser rescatadas y muchas se niegan a abandonar sus casas.
"No hay trabajo, no hay casas, no hay hoteles a dónde ir, no hay absolutamente nada aquí", indicó el subjefe de la policía, Warren Riley. "Nosotros advertimos a la gente que esta ciudad quedó completamente destruida". Asimismo, la cadena CNN informó hoy que es posible que Superdome, el sitio que dio alojo a 25 mil personas, sea demolido.
Expertos forenses prepararon un depósito para identificar víctimas una vez que los cadáveres fueran recuperados. Muchos temen que en las viviendas todavía haya cientos, quizá miles, de cuerpos esperando.
Se han establecido morgues temporales en toda la región, y el Centro Nacional para Niños Perdidos y Explotados publicó en su sitio de Internet www.missinkids.com fotografías de más de dos docenas de pequeños que perdieron contacto con sus familias.
Columnas de humo negro se elevaban desde varios edificios en llamas y el alcalde Ray Nagin, rogaba a los ciudadanos que insistían en permanecer en sus hogares que los abandonaran. "Es un riesgo sanitario. Hay toxinas en el agua, filtraciones de gas que pueden causar explosiones. Combatimos al menos cuatro incendios y no tenemos agua potable. No es seguro", señaló Nagin, quien no descartó que pueda llegar hasta 10 mil los muertos.
Los funcionarios advirtieron que algunos distritos no tendrán agua potable por años, que los sistemas de sanidad están destrozados, y que no tuvieron más remedio que bombear las aguas contaminadas al fétido Lago Pontchartrain.
Los científicos ya están batallando con las asombrosas implicaciones de un escenario nunca visto; una ciudad entera bajo unas 60 o 90 millones de toneladas de desechos sólidos: escombros, autos, basura, metales y otros materiales. De hecho, en las aguas sucias de Nueva Orleáns se descubrieron brotes de la bacteria e-coli, informaron fuentes oficiales.
El balance oficial provisional de muertos es de 230, de los cuales 152 son en Mississippi, el estado más afectado junto a Luisiana. En Nueva Orléans, la cifra oficial de víctimas mortales es de 71.