Expresa "decepción" por la justicia en México
Medina se declara preso "político y de todo tipo"
Hubo "influyentismos determinantes": Patrón Laviada
Ampliar la imagen Armando Medina Millet (derecha) y el ex diputado pri�a Manuel Avila FOTO El Mundo al D� Foto: El Mundo al D�
Mérida, Yuc., 7 de septiembre. Desde el penal de esta capital, donde cumple una sentencia de 20 años por el homicidio de su esposa, Flora Ileana Abraham Mafud, Armando Medina Millet dijo estar "decepcionado" de la impartición de justicia en México, y se consideró "preso político y de todo tipo" al conocer que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le negó el amparo que le permitiría quedar en libertad.
Entrevistado vía telefónica, el reo más famoso de Yucatán apuntó: "Es una pena y una tristeza que la Suprema Corte de Justicia de la Nación no haya hecho valer la ley; a mí me sentenciaron con pruebas falsas, las mismas que los ministros tuvieron en sus manos y estudiaron", destacó el ex empresario, acusado de asesinar a su esposa, Flora Ileana Abraham Mafud, de un balazo en el pecho, el 15 de noviembre de 1995, aunque él siempre ha sostenido que ella se suicidó.
En 2000, la juez cuarta de defensa social, Leticia Cobá Magaña, lo sentenció a 22 años y seis meses de cárcel, pero 24 meses después, durante la revisión del caso en el Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), se le rebajó la pena a dos décadas.
Medina Millet manifestó después del resolutivo que "ahora cualquier ciudadano mexicano puede quedar pisoteado por la mala procuración de la ley y la justicia". Agregó que la presión de intereses políticos y económicos "llegó hasta la Suprema Corte de Justicia para bloquear mi libertad. Hubo mucho influyentismo".
Ahora sólo le resta solicitar la revisión de su caso, el año próximo, para pedir la libertad anticipada, al cumplir las dos terceras partes de su condena, si bien comentó que este paso lo discutirá con sus abogados. El objetivo de Armando Medina era quedar en libertad y, de esa manera, dejar "limpio" su nombre ante la sociedad, parte de la cual lo condenó y otra lo declaró "inocente".
Finalmente, Medina Millet afirmó que no le guarda rencor a nadie, y auguró que las personas que lo culparon y sentenciaron "tendrán que rendir cuentas ante la vida".
Por su parte, la familia Abraham Mafud se mostró parca en sus declaraciones y se concretó a sostener que "se hizo justicia a Flora Ileana". Mediante un portavoz, la influyente familia de origen libanés dijo que la contundencia de las pruebas es innegable.
"Las valoraron los ministros, tres de ellos votaron en favor de negar el amparo que Medina Millet solicitó, y tres personas no pueden equivocarse en una votación que, ciertamente, fue cerrada", destacó el vocero familiar. "No festejamos nada, la justicia se hizo presente y, finalmente, se aplicó la ley. Flora Ileana Abraham alcanzó, pues, la justicia", agregó.
En tanto, el presidente del Poder Judicial de Yucatán, Angel Prieto Méndez, expuso: "Hubiéramos querido que este caso nunca llegara a tanto; polarizó a la sociedad y transformó en polémica los actos judiciales; son hechos lamentables, pero la SCJN dio su fallo definitivo y con ello ratificó el trabajo hecho por las instancias legales. No es agradable sentenciar a la gente, pero tenemos que apegarnos a derecho y a la legalidad, y los jueces y magistrados yucatecos cumplieron con su labor en este caso".
Prieto Méndez, quien junto con cuatro de sus compañeros magistrados estuvo este año cerca de afrontar juicio político en el Congreso del estado a solicitud de los abogados defensores de Medina Millet, quienes -con el apoyo de los diputados panistas- argumentaron que los togados bloqueaban la libertad del empresario, añadió que es el momento de dar la vuelta a la página de la historia en este asunto.
"No es nada agradable saber que una familia tiene a su hija enterrada en el cementerio y la otra a su hijo recluido en la cárcel; son hechos penosos, lamentables", añadió el magistrado.
Por su parte, el gobernador panista Patricio Patrón Laviada, de quien se ha dicho que es amigo de Armando Medina, aunque aquél lo niega, afirmó ser respetuoso de la ley y del dictamen, pero insistió en que el asunto quedó politizado y que se conjugaron influyentismos (en alusión a la familia Abraham) que fueron determinantes.