Usted está aquí: lunes 12 de septiembre de 2005 Mundo Descarta renunciar el presidente de la Cámara de Diputados de Brasil

Está acusado de corrupción; "tampoco me enfermaré"

Descarta renunciar el presidente de la Cámara de Diputados de Brasil

AFP

Brasilia, 11 de septiembre. El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Severino Cavalcanti, acusado de haber cobrado sobornos, descartó cualquier posibilidad de renuncia o separación temporal del cargo.

"Resistiré como presidente de la Cámara de Diputados, no puedo doblegarme a la presión de los poderosos", advirtió Cavalcanti en conferencia de prensa.

También desmintió rumores de prensa de que, a sus 74 años, podría salir por problemas médicos.

"No me voy a enfermar", señaló, y aseguró que está bien de salud. "Presidiré todas las sesiones. No hay posibilidad de renuncia, no conozco ese término", aseveró. Además negó todas las acusaciones, que tachó de "graves y mentirosas".

El pasado jueves el empresario Sebastiao Buani denunció que cuando Cavalcanti era primer secretario condicionó la renovación de concesiones de restaurantes en el Congreso al pago de un soborno de 17 mil dólares y mensualidades de 4 mil 300, que pagó durante ocho meses en 2003.

Agregó que como prueba tiene la copia de un documento que señala una prolongación irregular de sus concesiones, y que entregará confirmación de un pago con cheque, que habría sido cobrado por un chofer de Cavalcanti.

Por su parte, el vicepresidente brasileño, José Alencar, afirmó que está listo para asumir el poder en caso que Luis Inacio Lula da Silva sufriera una moción de censura, en cuyo caso cambiaría la política monetaria, según una entrevista divulgada hoy por el diario Folha de Sao Paulo.

Alencar aseguró que es fiel al presidente y que no moverá un dedo para perjudicarlo.

Al preguntarle si está listo para asumir en caso que Lula se viera obligado a dejar el cargo, aseguró: "claro, totalmente", y que habrá un "cambio en la política monetaria". Según él, tras llegar al poder, "continuamos la política económica que estaba y de la que éramos contrarios".

Por lo pronto, el Partido de los Trabajadores (PT, en el poder) se juega su supervivencia en una lucha de poder histórica que se resolverá en menos de siete días en unas disputadas elecciones internas.

El PT es el único partido brasileño en el que los afiliados eligen a sus dirigentes, y el próximo domingo 825 mil 449 brasileños están llamados a decidir quién lo comandará en los próximos años, indicaron algunos analistas.

En esta elección el PT se juega la supremacía del Campo Mayoritario, la facción de Lula, hasta hace poco comandada por el ex todopoderoso ministro jefe de Gabinete, José Dirceu.

Esa facción, que moderó el izquierdismo del partido y llevó a Lula al poder, es cuestionada por las denuncias de corrupción que acosan al PT.

La crisis le da una oportunidad a las facciones de izquierda, críticas de la política económica conservadora de Lula y de sus alianzas con la derecha, las cuales reclaman una verdadera depuración del PT tras los ilícitos cometidos.

 
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