EU tiene soldados suficientes para estar en Irak y atender la zona devastada, asegura
No es momento de "jugar a las acusaciones", dice Bush en Luisiana
Llega a 509 el número de muertos; unas 200 mil familias podrían quedar sin casa por 5 años
Ampliar la imagen Una mujer vuelve por primera vez desde el paso del hurac�Katrina a su casa en Biloxi, Mississippi, en busca de algunas pertenencias para luego regresar al refugio, porque su casa es inhabitable FOTO Ap Foto: Ap
Nueva Orleans, 12 de septiembre. El presidente George W. Bush reivindicó este lunes la imparcialidad entre razas que prevaleció en las labores de rescate tras el huracán Katrina, y reiteró que su país tiene suficientes soldados para estar en Irak y en la zona afectada por el meteoro, al tiempo que la cifra de muertos ascendió a 509 y hasta 200 mil familias podrían quedar sin casa por tres o cinco años.
"La tormenta no hizo discriminaciones y los socorristas tampoco las harán", indicó Bush durante una escala en Nueva Orleáns, tras una reunión con responsables de los servicios de rescate.
"Los socorristas no verificaron el color de la piel" de los damnificados antes de ayudarlos, mientras algunos de sus oponentes sugirieron que su administración se mostró negligente porque las víctimas eran principalmente negros pobres.
En lo que concierne a las responsabilidades por el caos que siguió al paso de Katrina, Bush, quien se reunió con el alcalde demócrata de la ciudad, Ray Nagin, y la gobernadora demócrata de Luisiana, Kathleen Blanco, entre otras autoridades, estimó que no era un buen momento para "jugar a las acusaciones".
Bush recorrió las calles de la devastada ciudad primero en automóvil y luego en la caja de un vehículo militar abierto, para llegar al condado de St. Bernard al este de Nueva Orleáns, una de las zonas más golpeadas.
El presidente se reunió con las autoridades locales, que criticaron la respuesta federal a la catástrofe, así como al personal de socorro y militar, al tiempo que negó las acusaciones de que el despliegue en Irak de miembros de la Guardia Nacional limitara la respuesta al huracán. "Tenemos suficientes soldados como para enfrentar ambas" situaciones, declaró.
Pero el teniente general, Steven Blum, director de la oficina de la Guardia Nacional, declaró la semana pasada que "podría decirse" que se perdió un día en responder a la emergencia debido al despliegue de contingentes de Mississippi y Luisiana en Irak.
En su tercera visita a la región desde que relevara de la dirección de las operaciones de socorro a Mike Brown, director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés), Bush trató de neutralizar las críticas, fotografiándose con socorristas y militares en la zona.
Brown renunció hoy tras haber sido duramente cuestionado por la lentitud de las labores de rescate. El pasado viernes fue destituido de su funciones, aunque sin ser despedido de su cargo. Hoy, Bush nombró en su lugar a David Paulison.
A su vez, en un nuevo ataque a la administración, el líder de derechos civiles, el reverendo Jesse Jackson, dijo que el gobierno ahora discrimina a las empresas locales al asegurar que grandes corporaciones recibirán los mayores contratos para la reconstrucción. "Esto huele mucho a favoritismo y todavía hay gente durmiendo en el piso," dijo Jackson.
El Centro Nacional para Niños Perdidos y Explotados dijo que mil 600 figuran como desaparecidos o buscan a sus familias.
Asimismo, el número de evacuados descendió significativamente. El departamento de Seguridad Interior informó la noche del domingo que el total de desplazados se ubica ahora en 141 mil, contra 208 mil anteriormente.
Sin embargo, la Cruz Roja advirtió que el total está en constante variación. "Todavía es muy irregular la situación y los números seguramente fluctuarán", dijo la vocera Stacey Grissom.
Hasta 200 mil familias que perdieron sus casas deberán permanecer en residencias de emergencia de tres a cinco años, advirtieron las autoridades.
Aunque FEMA no sabe aún cuántos refugiados puede haber generado el huracán en el largo plazo, se prepara para albergar a 200 mil familias por cinco años, dijo el jefe del área de vivienda, Brad Gair.
El aeropuerto internacional de Nueva Orleáns, convertido en base militar y hospital de campaña, reabrirá este martes sus pistas a los vuelos comerciales.
Por lo menos 45 cadáveres fueron encontrados en un hospital que fue abandonado hace más de una semana después que estuviera rodeado de agua como consecuencia de las inundaciones.
Los cuerpos fueron localizados el domingo, indicó Bob Johannesen, vocero del Departamento de Salud y Hospitales, pero no dio más información.
El número oficial de muertos en toda la zona llegó a 509. En Luisiana las víctimas mortales son 279; en Mississippi 214; en Florida 14, y en Alabama dos.
Las compañías aseguradoras, que actualmente calculan sus pérdidas tras Katrina, sostienen que los daños serán peores a los que previamente se esperaban, al calcularlas en mil 200 millones de dólares.
A todo esto, Ofelia, se debilitó nuevamente a categoría de tormenta tropical este lunes frente a la costa sudeste de Estados Unidos, a medida que avanza hacia Carolina del Norte. Pero se espera que vuelva a fortalecerse y convertirse en huracán en los próximos días, dijeron meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.