En el DF no se aplica la ley de construcciones, señalan ingenieros del IPN
Alertan expertos sobre el riesgo de construir en zonas sísmicas
Por desconocimiento o indiferencia no se incluyen estudios geológicos en proyectos: Alfaro
Ampliar la imagen Tras el desastre, el 28 de octubre de 1985 en avenida Ju�z FOTO Fabrizio Le� Foto: Fabrizio Le�
A pesar de que el país se ubica en una de las regiones más vulnerables del planeta, debido a su intensa actividad sísmica y volcánica, así como a la frecuencia de los fenómenos hidrometeorológicos que afectan sus costas, "por desconocimiento o indiferencia la mayoría de los programas y reglamentos vinculados a la construcción de vivienda, edificios públicos, puentes, carreteras y diversas obras públicas no incluyen la realización obligatoria de estudios geológicos detallados de suelos que garanticen la seguridad de estas estructuras", afirmó Raúl Alfaro Rejón, vicepresidente del Colegio de Ingenieros Geólogos de México.
Destacó que a 20 años de los sismos de septiembre de 1985, que provocaron miles de muertes y más de 500 edificios dañados en la capital, "se cuenta con el conocimiento suficiente para establecer claramente las condiciones de riesgo para toda la zona metropolitana del valle de México, que es una de las más estudiadas del país. Sin embargo, el problema de fondo es que los reglamentos vigentes no se aplican y en muchos casos no incluyen a un responsable de los estudios geológicos de suelos para autorizar una construcción".
Factores de riesgo
Si bien reconoció que este fenómeno afecta a la mayoría de las urbes del país, "en algunas ciudades, como el Distrito Federal, el riesgo es más elevado debido a la constitución de sus suelos arcillosos, aunque también existen importantes diferencias entre las distintas zonas de la capital".
Así, señaló, tras el sismo de 1985 se elaboró un mapa de riesgo geológico de la ciudad en la que se detectaron cinco puntos de alto riesgo, como el Centro Histórico, la zona de Tlatelolco, la colonia Roma, en la parte norte hasta la avenida Montevideo y algunos puntos del oriente y sur de la ciudad". No obstante, agregó, hoy vemos importantes edificaciones en estas zonas, además de las que se construyen en las barrancas, ubicadas en zonas con peligro de derrumbes o deslizamiento de tierra.
Alfaro Rejón indicó que mientras en los países desarrollados la inversión destinada a todos los estudios geológicos, ambientales y de estructura de la edificación puede alcanzar un promedio de 10 por ciento del costo total de la obra, en México "se destina menos de uno por ciento, lo que implica la realización de pocos estudios debido a que aquí no les ve ninguna utilidad".
Bola mágica
Especialista en el estudio de suelos, señaló que si bien la ciudad de México se encuentra en una zona de alta sismicidad, "la experiencia acumulada en la construcción de suelos arcillosos y la enorme capacidad de sus ingenieros ha permitido construir una ciudad capaz de soportar fuertes sismos. El problema radica en que no hemos bajado los niveles de riesgo en las nuevas construcciones, debido a que carecemos de una normatividad que incluya como elemento fundamental el estudio del subsuelo".
No obstante, señaló que ante la falta de mecanismos científicos para establecer con precisión cuándo y dónde ocurrirá un sismo de gran magnitud, "no podemos caer en pronósticos alarmistas", por lo que consideró "descabellado" que se afirme que en 10 años la ciudad de México será azotada por un nuevo sismo, "ya que este puede ocurrir en cualquier momento o dentro de miles de años, el problema es que no podemos predecirlo. Por ahora, para tener ese grado de precisión habría que tener una bola mágica para ver el futuro".
Por su parte, ingenieros del Instituto Politécnico Nacional indicaron en un comunicado que a 20 años de los sismos de 1985 se requiere modificar la Ley de Construcción de la Ciudad de México, la cual "hasta la fecha no es aplicada por muchos constructores, lo que pone en riesgo vidas humanas y materiales ante futuros sismos".
Los especialistas, quienes participan en la Semana de la Ingeniería Sísmica, alertaron sobre los riesgos que implica no contar con una normatividad actualizada que evite "negligencias en la construcción, así como la utilización de materiales inadecuados".