Conclusiones de cinco mesas de debate contenidas en libro elaborado por la UNAM
Urgente, una política de Estado para la prevención de desastres
Pese a los avances y la creación de organismos específicos, existe desarticulación, señala
Ampliar la imagen Aspecto de la destrucci�n San Antonio Abad el 19 de septiembre de 1985 FOTO Fabrizio Le� Foto: Fabrizio Le�
A 20 años de los sismos de 1985, y a pesar de los avances como la creación de un Sistema Nacional de Protección Civil y los planes DN-III de la Secretaría de la Defensa Nacional, la creación del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), no hay articulación y se requiere aún una política de Estado en materia de prevención de desastres, por lo que la atención de emergencia sigue siendo el enfoque predominante en los programas y políticas de protección civil.
Incluso, la alerta sísmica, que en su momento constituyó un ejemplo de tecnología de punta mexicana, parece estar guardada en algún cajón y hoy su futuro es incierto, coinciden en señalar funcionarios, académicos y políticos que jugaron un papel destacado en esos hechos, que participaron a lo largo de este año en cinco mesas de debate, cuyas discusiones constituyen la parte medular del libro 20 años después. Los sismos de 1985, elaborado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y que próximamente estará en circulación.
En la presentación del libro, el rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, explica que la obra no sólo busca ofrecer una mejor comprensión de los actos pasados, sino también pautas y lineamientos para el futuro, y sostiene que las enseñanzas y experiencias vividas a raíz de los sismos de 1985 son fundamentales para proyectar las tareas pendientes. Para Manuel Perló Cohen, director del PUEC, los movimientos telúricos propiciaron una ruptura histórica de grandes proporciones en la sociedad mexicana, que transformó estructuras sociales, políticas y urbanas.
Las primeras cuatro mesas de discusión trataron el antes, la emergencia, la reconstrucción y el legado del 19 de septiembre de 1985, cuando los movimientos de tierra que tuvieron su epicentro cerca de las costas de Lázaro Cárdenas, Michoacán, provocaron miles de muertos y graves daños no sólo en la ciudad de México, sino también en el propio Michoacán y en Jalisco. Pero la quinta mesa de discusión se centró en el futuro, en el debate sobre la situación actual de los programas de emergencia, desastres, la coordinación de los tres niveles de gobierno, para lo que algunos de sus participantes refleja falta de coordinación.
Roberto Quaas Weppen era en 1985 investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM y actualmente es director general del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred). Considera que si bien México ahora está mejor preparado para enfrentar desastres, las acciones y esfuerzos nunca serán suficientes. Y añade que, desde la perspectiva de la prevención de desastres, no hay daños, y mucho menos muertes, aceptables; debemos tender, dice, especialmente en lo que se refiere a la pérdida de vidas humanas, a una tasa cero, pero reconoce que aún estamos lejos de alcanzar esa meta. Para obtener nuevas estrategias y acciones para mitigar los riesgos frente a desastres, considera que se debe actuar con un enfoque multidiscplinario y multisectorial.
Mario Garza, en 1985 subdirector de Control y Gestión de la delegación Magdalena Contreras del Departamento del Distrito Federal y hoy coordinador de proyectos del área de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Iberoamericana, considera que hoy si bien existe más información y conciencia sobre los desastres, somos, sin embargo, vulnerables en el área social por el alto índice de pobreza de la población, y advierte que hace falta arraigo de una cultura en protección civil. Se atiende la emergencia, pero no se previene.
Arturo Vilchis Esquivel, en 1985 coordinador administrativo de la secretaría general del IMSS y hoy director general de Protección Civil del estado de México, señaló que, a pesar de las fortalezas, hay aún debilidades, entre ellas la falta de memoria en la mayoría de la población, que ha dado vuelta a la página y archivado el asunto del sismo como algo del pasado.
Luis Wintergerst Toledo, en 1985 coordinador de la zona norte del Programa de Fronteras de la Secretaría de Educación Pública y hoy director general de Protección Civil del Gobierno del Distrito Federal, reveló que dicho gobierno tiene contemplado el diseño de la parte estructural para la atención de un evento como el de 1985, y que se ha diseñado un plan permanente ante contingencias de la ciudad de México que, a diferencia de 1985, se elaboró junto con el Ejército Mexicano.
Daniel Rodríguez, en 1985 parte del Equipo Pueblo, AC y voluntario en el Comité Popular de Solidaridad y Reconstrucción, hoy asesor del PRD en la Cámara de Diputados, considera necesario diferenciar los aspectos formales, normativos, discursivos, instrumentales y organizacionales, de los de aplicación concreta, como operativos de ejecución y presupuestales, para ubicar las contradicciones que han impedido contar con una política de Estado en materia de prevención de desastres, razón por la cual -añade- la atención de emergencia sigue siendo el enfoque predominante en las políticas y programas de protección civil.