La ciudad aún es vulnerable, coincidencia de asistentes convocados por el PRD
Destacan en foro la capacidad de respuesta de la sociedad civil
Al participar en un foro sobre los sismos de 1985, funcionarios capitalinos, líderes sociales y polítios, escritores y diputados manifestaron que la conciencia ciudadana cambió radicalmente después de esos hechos lamentables; sin embargo, coindicideron, con sus matices, en que todavía existe la vulnerabilidad en la ciudad y entre sus habitantes en caso de repetirse un movimiento de tierra como el ocurrido hace 20 años.
Convocados por el PRD-DF, Elena Poniatowska, escritora; Raquel Sosa, secretaria de Cultura del DF; Martí Batres, líder local de ese partido; Dolores Padierna, diputada federal; Francisco Alvarado, fundador de la Asamblea de Barrios, y el líder social Raúl Bautista, conocido en aquel entonces como Superbarrio, expusieron sus experiencias en torno a aquella etapa crítica en esta ciudad.
Para la autora de La noche de Tlatelolco, los sismos del 19 y el 20 de septiembre mostraron que la sociedad fue más capaz de organizarse y ayudarse, que las mismas autoridades locales y federales de aquel entonces. Incluso, expresó: "sería bueno que a los políticos les enseñaran, primero, a saber ayudar, porque esa es su chamba, ayudar a la gente".
Raquel Sosa se manifestó a favor de que los que vivieron esa etapa del país transmitieran sus experiencias a las generaciones venideras, pero no de manera traumática, sino desde el punto de vista de la solidaridad humana, de ayudar al prójimo y estar preparados en caso de cualquier riesgo, así como exhortar a la sociedad a contar con un programa comunitario de emergencia.
Raúl Bautista, actual funcionario en el Instituto de Vivienda, criticó que se convierta en "moda septembrina" el tema de la protección civil, siendo que la ciudad aún muestra un alto grado de vulnerabilidad, no sólo derivada de los sismos, sino también de inundaciones, explosiones y otro tipo de siniestros, por lo que los capitalinos deben saber a ciencia cierta qué es lo que se debe hacer. "Ya basta de dejar al gobierno la responsabilidad de la prevención, porque no la está cumpliendo".
Dolores Padierna fue enfática al señalar que en 1985 los más afectados por los sismos fueron los más pobres, quienes carecían de una cultura de la protección civil; de haber sido lo contrario, dijo, se hubieran mitigado los daños. Por ello consideró fundamental contar con una sociedad más informada y preparada ante ese tipo de desastres, "y tal vez así se cicatrizará la huella de 1985".
Martí Batres se refirió al surgimiento de una clase política de los sismos, la cual logró organizar a la ciudadanía, encauzarla y después brincar hacia puestos dentro del partido, la Asamblea Legislativa y el gobierno de la ciudad, con lo cual contribuyeron a impulsar el desarrollo político en el Distrito Federal.