La conclusión se basa en el estudio de una estrella masiva, ubicada a 2 mil años luz
Todas las estrellas tienen el mismo origen, sin importar su tamaño
Presenta las mismas características que las de menor masa, afirma astrónomo mexicano
Ampliar la imagen El astr�o mexicano Salvador Curiel, durante la entrevista FOTO Carlos Ramos Mamahua Foto: Carlos Ramos Mamahua
¿Todas las estrellas se forman de igual forma, sin importar su masa? Sí, de acuerdo con el hallazgo de un equipo de científicos estadunidenses y españoles, en el cual destaca el astrónomo mexicano Salvador Curiel.
El estudio fue publicado en el número de septiembre de la revista Nature, con base en la observación de la estrella masiva HW2, ubicada en la constelación de Cefeo, a 2 mil años luz de la Tierra.
Pero, ¿cómo llegaron a esta conclusión? La observación de lo que podría considerarse un embrión de estrella muy grande -es decir, con masa 15 veces mayor a la del Sol y con 10 mil veces más luminosidad o radicación- permitió a este equipo de astrónomos detectar ciertas particularidades.
Curiel, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó las características descubiertas en HW2: un disco, es decir, una estructura aplanada de gas y polvo alrededor de dicha estrella en formación. Para los astrónomos resulta importante detectar este disco, pues las estrellas de baja intensidad (de baja masa como el Sol), o quizá seis o siete veces más grandes, se forman a partir del colapso gravitacional de un pedazo de nube interestelar. De allí el debate sobre cómo se forman.
"Las estrellas hasta de siete veces la masa del Sol se forman de esa manera", dice Salvador Curiel, del Instituto de Astronomía de la UNAM. "Pero estrellas de masa mayor siempre habían presentado el problema de que la radiación que producen y su propio viento detenían el colapso de la nube, y eso limita la masa que puedan llegar a tener las estrellas".
El viento es el movimiento de partículas que son proyectadas por las mismas estrellas al espacio, tal como hace el Sol con el llamado viento solar. Una teoría sostiene, sin embargo, que las estrellas de mayor masa (estrellas masivas), al encontrarse en grupos de alta y baja masa, tienen la posibilidad de que las de mayor tamaño se formarán mediante la fusión de estrellas, al colisionar con las de menor masa, que entonces serían "devoradas" por las más grandes.
Las estrellas de menor masa, continúa el experto, presentan "una firma": se ve el disco, la protoestrella o estrella en formación, al centro, y chorros de gas saliendo de ella de manera perpendicular al disco. Estas características las presenta el nacimiento de la estrella masiva descubierta por el equipo de astrónomos, lo que confirmaría la primera teoría: nacen de igual forma a pesar de su tamaño.
Explica que encontrar estrellas de alta masa en formación no es fácil por su lejanía, porque son escasas y porque su tiempo de formación es muy rápido. En el caso de la estrella HW2, para ser de alta masa, se encuentra muy cerca en términos del tiempo astronómico: 2 mil años luz. Para imaginarse la distancia, la constelación de Orión se encuentra a mil 600 años luz.
¿Cómo fue detectada esta estrella? Cabe decir que las primeras observaciones comenzaron hace 20 años, pero con el desarrollo de instrumentos astronómicos cada vez más precisos y exactos se ha logrado mayor rigor en las observaciones. En este caso no se trata de un telescopio óptico, sino de un interferómetro: un arreglo de ocho antenas de seis metros de diámetro cada una, que se utilizan para analizar las mediciones de radio submilimétricas.
Se encuentra en la montaña de Mauna Kea, en Hawaii, y está dedicada a estudiar esa región del espectro (las emisiones de radiación) casi no analizada, inclusive procedente de las áreas más lejanas del espacio. En el caso de la estrella HW2", por ejemplo, la cantidad de energía que desprende en comparación con nuestro Sol "es bestial", dice el investigador.
Salvador Curiel subrayó que la astronomía mexicana es reconocida a escala internacional. Area que, en nuestro país, se ha trabajado incansablemente desde hace 50 años, pero añade que aún hace falta mucho por hacer. "Recursos, apoyos; hace falta terminar el Gran Telescopio Milimétrico en la sierra de Puebla", dice. "Los astrónomos mexicanos también participamos en el proyecto de telescopio de Gran Canarias y respaldamos plenamente el proyecto de telescopio de la UNAM en San Pedro Mártir, Baja California, porque -añade- estamos muy atrasados. Tenemos telescopios de dos metros de diámetro cuando ya están bajo diseño y planeación telescopios de 30 o 50 metros de diámetro".
La gente pensaba que la ciencia no da para comer, finaliza, pero eso ya está cambiando.