POESIA PARA LLEVAR
El lector
HABLABAMOS DE lecturas a partir de una experiencia, la mía (''los poetas tapatíos leen bastante bien su propia obra''), que por lo demás no me incluye, y ahí lo dejamos.
FUI A ESCUCHAR a tres de mis coterráneos (uno transterrado, de Veracruz), acompañados por dos locales. Los visitantes: Raúl Bañuelos, Laura Solórzano y Víctor Ortiz Partida; el escritor anfitrión, Alejandro Ortiz, y como moderadora de las dos sesiones de la actividad -comentarios sobre el lector y la lectura de poesía, y la lectura misma de obra propia-, María Rivera. Claro que todos hablaron y leyeron bien, mas continuidad y espacio obligan a ceñirse a los jaliscienses, en particular a sus opiniones sobre el tema.
BAÑUELOS: ''DESPUES de la escritura ya manual y con el texto en la mano, vuelve a la lectura en frío de lo escrito. Y se vuelve otro lector -ya separado de la obra. 'Con la cabeza fría y el corazón caliente', como decía el que lo dijo''. Tal la conclusión de la presentación de textos suyos, previamente publicados, relativos al asunto. Veamos el inicio: ''El que lee se lee en lo que lee. El poema es un acontecimiento. No le acontece a nadie para el que no tenga capacidad de lectura. Eso dijo Zaid de los milagros. El individuo que logra el poema cargado de poesía desaparece al aparecer siendo la persona que ofrece a otra persona única (individuos hay muchos) la otra parte que complete el acontecimiento del poema. 'El escritor aporta la mitad del poema, el lector debe aportar la otra mitad', dijo José Emilio Pacheco''.
ORTIZ PARTIDA: ''Se sabe que no hay lectores y sin embargo la poesía se lee; los libros de poemas de alguna manera circulan, aunque se sabe que no se venden. Más allá de los autores, de los grupos de poetas, hay un grupo de lectores que desconocemos, personas de diversas ocupaciones que se interesan en la poesía, no como actividad central, pero sí como afición. ¿Digo esto bajo los efectos alucinógenos de la poeticina? Quizá, pero soy optimista y reconozco que es posible que realmente estemos cantando para alguien, aunque su rostro sea borroso y así siga siendo y nosotros continuemos en la incertidumbre''.
SOLORZANO, A SALTOS y sin comillas: Los descubrimientos que hace la poesía respecto al ser humano, no pueden ser sometidos a la consideración de un posible lector o de un público en principio ajenos a las condiciones que están en juego y ajenos también a la necesaria salud del poeta para revelar su conocimiento. Importa que el poema cumpla su trabajo y pueda llegar a algunos lectores, pero los poemas son experimentos personales que no necesitan, para convertirse en Arte, de un público. Emily Dickinson no tenía lectores (fuera de una o dos personas), lo que no evitó que su poesía desarrollara una de las voces más particulares y profundas de su tiempo. Para el poeta la realidad concreta es su realidad interior, o su óptica personal sujeta a la sustancia de su voz. Y es el ajustarse a este criterio de verdad íntima lo que será percibido por su lector, que a través de la intuición comprobará la veracidad de sus enunciados.