La oposición, sin valor para sacar las reformas, acusa
El Congreso rehúye su responsabilidad: Fox
Advierte en NY que, pese a resistencias, insistirá en cambiar el sector energético
Exige a Creel explicar los cómos
Nueva York, 15 de septiembre. Para cumplir su deseo de sentirse libre e irse a montar a caballo a su rancho el mismo día que entregue la Presidencia, Vicente Fox parece estar dispuesto a jugarse el 72 por ciento de ''aprobación y popularidad'' que, según él, le concede la población en su quinto año de gobierno. Con la mira puesta en la reforma energética, advirtió que de no aprobarse su propuesta será responsabilidad de los legisladores mantener a las familias asentadas en las regiones petroleras, con un ''enorme riesgo''.
''Esa es una responsabilidad que corresponde a quien no tome decisiones como las que estamos solicitando en este momento'', insistió Fox, al admitir oposición a su decálogo energético. Esta viene sobre todo, apuntó, desde la parte empresarial, en reclamo de un precio aún más bajo del gas natural al fijado esta semana por el gobierno federal; también está el rechazo de ''algunos diputados de oposición''.
El jueves, en el último día de actividades en esta ciudad, Fox se reunió con los integrantes del Consejo de Relaciones Exteriores, ante quienes, en inglés, lanzó un mensaje donde concedió casi el mismo peso a sus confesiones personales y políticas.
De ese modo, reveló su interés de sumarse a la Fundación Vamos México, de su esposa Marta Sahagún, cuando concluya su periodo al frente de la Presidencia; convino en que es más fácil vender Coca-Cola en Guanajuato que gobernar; habló de su nieto Vico, y anunció que el primero de diciembre de 2006 ''voy a estar en casa, en el rancho, a la una de la mañana, montando un caballo''. Además, la idea de escribir un libro le sigue rondando la cabeza.
Inclusive se autodefinió como el primer presidente del país en desconocer el nombre de su sucesor. Y cuando más tarde se le preguntó si entonces su antecesor supo con antelación que él, Vicente Fox, llegaría al poder, tuvo que corregir:
''Tienes razón; en ese último eslabón de la cadena, en el caso del presidente (Ernesto) Zedillo, efectivamente ahí falló el principio anterior del dedazo o del señalamiento del presidente en turno para colocar a su sucesor. Ahí precisamente se rompió la cadena...''
Pero en el mismo tono de la declaración rotunda, frente a los académicos e influyentes políticos del consejo, el mandatario criticó a la oposición legislativa, pues ''no quiere tomar el riesgo, no ha tenido el valor'' de aprobar las reformas. Al recordar su insuficiencia de votos en el Congreso, porfió: ''lo intenté al inicio, lo he intentado hasta ahora, y lo voy a seguir intentando; esa es la mejor manera de sacar adelante las iniciativas estratégicas''.
Cuando presumió su alto nivel de aceptación (''bajé a 54 por ciento, eso fue lo más bajo de aprobación que he tenido''), dijo que a quienes él ubica en el ''círculo verde'' -los ciudadanos- tienen todavía optimismo, esperanza y ganas de trabajar. A la economía, aseguró, ''le está yendo bien; quisiéramos que fuera más, pero no hemos sido capaces de lograr las reformas estucturales en el Congreso'', como la fiscal.
Lamentó particularmente esta situación, pues ''hemos vivido a base del petróleo, pero los precios del crudo suben y bajan; es muy riesgoso depender de ellos para construir un país. Los mexicanos deberíamos estar invirtiendo más, debemos estar pagando más impuestos'', pues, a diferencia de cómo piensa la oposición, sin ingresos suficientes el gobierno no puede apoyar la calidad y la equidad en educación y salud. Insistió en su lamento sobre las pensiones públicas: ''están comiéndose el incremento que año con año generamos mediante el sistema fiscal''.
No hubo, así, tema sobre el cual no ofreciera su visión, entre ellos, por ejemplo, la inseguridad. Y siempre desde su perspectiva de optimismo, pues según él hay mucha información equivocada, ''el crimen no nos ha rebasado'', y los índices de criminalidad en la mayoría de las ciudades mexicanas son iguales a los de otras partes del mundo. ''En casi todas las regiones uno puede salir y caminar en la noche, uno puede tener una estancia muy tranquila, una visita... Pero tenemos, por el contrario, otras partes donde las cosas son difíciles''.
Volvió entonces a sus críticas a Estados Unidos por su elevado nivel de consumo -e incluso de producción- de drogas. Se trata de una responsabilidad conjunta y, por tanto, ''es inútil culparnos unos a otros; es inútil que el gobierno de Nuevo México o de Arizona digan que México es inseguro''.
Fox habló entonces de los ''48 mil'' narcotraficantes detenidos en los pasados cuatro años. Apoyó la posibilidad abierta, a partir de recientes decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para permitir la extradición de capos de la droga: ''me parece que sería muy sano para el país que estuvieran fuera, porque no dejan de contaminar y no dejan de ejercer todavía una influencia fuerte sobre sus propias organizaciones mientras están aquí''.
En lo que estuviera en sus manos, apuntó, su decisión sería siempre en favor de la extradición.
Fox no reprimió su interés por opinar sobre el proceso electoral y las propuestas de cada candidato, pues ''independientemente de que haya muchas maneras de matar pulgas'', lo importante es tener iniciativas para el empleo, la economía y la inversión.
Que cada quien diga -incluido, por supuesto, Santiago Creel, quien se deslindó recientemente de los métodos foxistas- cuáles son sus estrategias para el empleo, para la seguridad. ''Yo espero que sean muy creativos, que lo sea Santiago o cualquier otro candidato; que digan los cómos para que cualquiera pueda evaluar esas propuestas''.