LOS DE ABAJO
EL GRUPO INDUSTRIAL italiano Benetton, el de los abrigos y chalecos de colores provenientes de lanas andinas, no quita el dedo del renglón: pretende la posesión de más tierras pertenecientes a los indígenas mapuches de la cordillera de los Andes. Ante reiteradas embestidas, familias y comunidades enteras continúan resistiendo.
Debajo de los de abajo siempre habrá un indígena despojado. Este es el caso de la familia Curiñanco, que el año pasado inició una demanda contra el grupo Benetton por la posesión de las tierras que los empresarios italianos compraron en la zona de la cordillera. Los Curiñanco recientemente volvieron a rechazar una oferta de donación, a cambio de las tierras que les pertenecen, en Piedra Parada, en la localidad de Gualjaina.
No son pocas las puertas que han tocado como familia y comunidad despojada. No son pocas las movilizaciones y acciones de solidaridad que los han acompañado. En una ocasión, por ejemplo, representantes de la comunidad 12 de Octubre, a la que pertenecen los Curiñanco, viajaron a Italia junto al premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, con la esperanza de que los empresarios accedieran a devolver a la familia las tierras en las que viven desde hace cientos de años y que habían sido adquiridas por el grupo Benetton mediante una operación con particulares.
Tras un escándalo que repercutió a nivel internacional, la empresa comunicó que la intención de Luciano Benetton, líder de la marca, era "donar tierras a los mapuches" en otro sector de la comarca andina. Posteriormente se dio a conocer en un comunicado oficial de la Compañía de Tierras Sud Argentino -propiedad de los Benetton- la compra de tierras para donación en el sector de Piedra Parada, de Gualjaina.
En esa ocasión se reiteró la supuesta intención de Benetton de "donar una parcela productiva de tierras como gesto concreto y simbólico en beneficio de la comunidad mapuche de la Patagonia". Se trataría, dijeron, de 11 mil hectáreas.
Sin embargo, desde la comunidad mapuche de Esquel, Mauro Millán, representante de ese pueblo indio, sostuvo que Luciano Benetton no asumió ningún compromiso cuando se entrevistaron con él. "Si fuera cierto que la intención era donar las tierras, nosotros lo rechazamos totalmente, pues no puede haber una donación a la familia Curiñanco después de usurparle sus tierras".
La familia afectada, y con ella la comunidad mapuche a la que pertenece, sólo quiere sus tierras, lo que los hermanos Benetton están muy lejos de asimilar.
El despojo a los mapuches tiene muchas vertientes. El aniquilamiento no sólo pasa por la usurpación de sus tierras, sino por el robo de su cultura. Este es el caso de la presentación de la ceremonia sagrada Gijantun como patrimonio oral e inmaterial ante la UNESCO.
El Gijantun es una muestra de resistencia, autonomía y cohesión del pueblo mapuche y a ellos les pertenece. Es una ceremonia soberana que no admite manipulación foránea, por lo que los mapuches rechazan tajantemente su inclusión como patrimonio de la humanidad. Ya sea por Benetton o por la UNESCO, la tierra y la cultura mapuches peligran.