Misa en San Hipólito
Oran Fox y Sahagún por México
La pareja presidencial reanuda sus visitas al Centro
Durante una hora, el presidente Vicente Fox y su esposa, Marta Sahagún, fueron el centro de atención de la misa dominical en la iglesia de San Hipólito, donde se venera al apóstol San Judas Tadeo, patrono de las causas difíciles y desesperadas.
Como desde hace meses no lo hacía, la pareja presidencial salió este domingo a las calles del centro de la ciudad y sorprendió a los fieles reunidos en ese recinto -donde los días 28 de cada mes se celebra a San Judas Tadeo-, situado en Puente de Alvarado y Francisco Zarco, a unos pasos de la estación Hidalgo del Metro.
Durante la misa, Fox y Sahagún se arrodilllaron y, al concluir la celebración conducida por el padre Juan José Tapia, entre empujones de las personas que lo siguieron, a pregunta expresa sobre sus oraciones a San Judas Tadeo, el Presidente -que iba de azul y blanco- dijo que pidió al santo "por México, siempre por México".
En esta nueva edición de sus idas a misa los domingos en iglesias del Centro Histórico, el jefe del Ejecutivo y Sahagún llegaron resguardados por un fuerte dispositivo de seguridad a cargo del Estado Mayor Presidencial. Como siempre, desde Los Pinos la confirmación de que el mandatario cumplía con su ritual católico se hizo cuando él y su esposa estaban ya en la iglesia.
Los esposos Fox Sahagún se presentaron a la celebración poco antes de la una de la tarde; entraron por la puerta principal, la de Puente de Alvarado, y se ubicaron en el lado derecho de la iglesia.
El sacerdote Juan José Tapia, que celebraba la homilía, los reconoció, anunció a los feligreses que entre ellos se encontraban Fox y Sahagún, y pidió al cielo para que ayude al Presidente en su tarea de gobernar al país y "se establezca el reino de Dios en la tierra".
Durante el ofrecimiento del vino y el pan, la pareja se arrodilló y oró. Casi una hora después, cuando terminó la misa, las personas que se encontraban cerca los saludaron y enseguida los salieron por la puerta que da a Francisco Zarco, seguidos de una nube de reporteros, que a esa hora habían llegado ya a San Hipólito y esperaban al mandatario.
Entre empujones de la gente, los empellones de los guardias presidenciales y el jaloneo con los comunicadores, Fox sólo respondió la pregunta de por quién pidió en sus oraciones al santo de las causas difíciles. El mandatario respondió: "por México, siempre por México".
Un par de niños de la calle le gritaron, con las manos extendidas, pero ya Fox abordaba una camioneta, acompañado de su esposa. El vehículo blindado se perdió en las calles de Zarco, de donde tomó hacia el restaurante La Opera, donde comieron.