La gramínea también puede emplearse en edulcorantes, pigmentos y medicinas
Proponen diversificar el uso del maíz
A pesar de que México logró una producción superior a 20 millones de toneladas anuales de maíz, no ha revertido las tendencias de importación del grano -equivalentes a 25 por ciento de la producción interna- ante la creciente demanda de los sectores porcícola y avícola, y la expansión de las diferentes industrias procesadoras de maíz.
Efraín García Bello, presidente del Consejo Mexicano de Productores de Maíz, aseguró que es posible aumentar la producción del grano si el gobierno fortalece las políticas de ingreso objetivo, apoya a productores con menos de cinco hectáreas y fomenta el consumo de tortilla, además de que la Secretaría de Agricultura respalde la pignoración, cribado aquilatado y maniobras de entrada y salida de maíz blanco, entre otras medidas de estímulo.
Pero no sólo hay que impulsar la producción de maíz blanco o amarillo, sino también de otras variedades, y diversificar sus usos, dijo el dirigente.
Apuntó que una de las demandas de los productores es que se les permita participar en el mercado de edulcorantes con fructosa (cuya materia prima es el maíz amarillo) en la industria refresquera y a otros se les respalde en la producción de las variedades de donde se pueden extraer pigmentos naturales que son de alta demanda en el mercado Europeo, en las industrias alimentaria y farmacéutica.
Recientemente se concluyó que el principio activo del maíz morado evita la presencia de cáncer en el intestino grueso y actúa como regulador de la presión alta; el pigmento natural del maíz del tipo de las antocianinas -causantes de la coloración de los maíces- es muy cotizado en el mercado internacional.
El maíz, recordó García Bello, es uno de los granos más importantes del mundo; una de cada cuatro hectáreas cultivables se destina a la gramínea y en los últimos cinco años la producción ha oscilado entre 425 y 500 millones de toneladas anuales, de las cuales la mitad se genera en Estados Unidos, y en los dos últimos años China tuvo cosechas cercanas a 100 millones de toneladas.
México, apuntó, realiza importaciones del grano iguales y hasta superiores a las de Taiwán y Corea del Sur, que adquieren 5 millones de toneladas anuales desde 1989; mientras el país ha incrementado sus compras al exterior a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Por ello, las organizaciones campesinas han insistido en que maíz y frijol se retiren del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y de su revisión, la cual fue pactada en el Acuerdo Nacional para el Campo signado por el gobierno en 2003. La Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo apuntó que las importaciones del grano se han realizado sin aplicar el arancel pactado al volumen adquirido fuera de cupo. Desde la entrada en vigor de dicho acuerdo comercial, los campesinos incrementaron su productividad, la cual es de 2.5 toneladas por hectárea.
Pero sin una consolidación de los esquemas de financiamiento, de dotar valor agregado al grano, de fortalecimiento del sistema de acopio y almacenamiento y de ordenamiento del mercado, los avances serán muy lentos.