El partido de Lula intenta recuperarse del escándalo; posible segunda vuelta
Vota 30% de la militancia del PT para renovar dirigentes de todos los niveles
Sao Paulo, 18 de septiembre. Con el desafío de reconstruir al gubernamental Partido de los Trabajadores (PT), acosado por escándalos de corrupción desde junio pasado, más de 825 mil afiliados fueron llamados a votar este domingo para renovar la dirigencia de esta fuerza de izquierda fundada hace 25 años por el presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Esta votación interna (para elegir autoridades del PT a escala nacional, estatal y municipal) es una prueba de fuego para la facción mayoritaria, que comandó el partido en los últimos 10 años, cuyos dirigentes son fuertemente cuestionados por su responsabilidad en irregularidades que perjudicaron la credibilidad de la agrupación.
Poco antes de que finalizara la jornada electoral, el PT estimó que por lo menos 250 mil afiliados (30.4 por ciento de su padrón) votaron en las 4 mil 638 ciudades donde se colocaron urnas (87 por ciento del total de municipios del país).
El candidato a presidente por el Campo Mayoritario, Ricardo Berzoini -secretario general del partido, apoyado por Lula-, admitió la posibilidad de que sea necesaria una segunda vuelta el próximo 9 de octubre.
"Las disputas internas forman parte de la historia del PT y constituyen la fuerza de nuestro partido. Si hay segunda vuelta, tendremos tres semanas más de campaña y eso fortalecerá la democracia interna", afirmó Berzoini tras votar en Sao Paulo.
La segunda vuelta electoral se efectuará si ninguno de los siete candidatos a presidente (dos moderados y cinco de izquierda) obtiene más de 50 por ciento de los sufragios. Los resultados finales serán divulgados algunos días después de la votación.
Una victoria de Berzoini acarrearía la salida del partido de sectores de la izquierda más radical, lo que debilitará la bancada del PT en el Congreso en el último año del gobierno de Lula.
En cambio, si otro candidato de izquierda se alza con el comando del partido, aumentarán las presiones para que Lula modifique la política económica y abandone las alianzas con los partidos de derecha, lo que, según analistas, podrá debilitar su candidatura a la relección en 2006.
Por otra parte, Plinio de Arruda Sampaio, veterano militante del PT y candidato por el grupo Acción Popular Socialista, dijo esperar que "el resultado de las elecciones cree condiciones para la reconstrucción del partido. Todavía no sabemos cuál fue el impacto de esta crisis (en el PT) sobre los afiliados; las elecciones nos darán una idea más precisa de eso", dijo Arruda Sampaio, duro crítico de la dirección anterior.
El candidato de la tendencia Articulación de Izquierda, Valter Pomar, también adversario de la dirigencia anterior, dijo esperar una derrota del Campo Mayoritario para que sea posible una auténtica renovación del partido, tras la crisis política que protagoniza.
El hombre fuerte del grupo mayoritario sigue siendo el ex jefe de gabinete de Lula, José Dirceu, que presidió el PT de 1995 a 2002 y uno de los siete diputados del partido que pueden perder su mandato acusados de participar de un esquema de sobornos pagados a congresistas.
Antes de votar en Sao Paulo, Dirceu reconoció su "responsabilidad política" en la crisis que vive el partido, pero volvió a negar que conociera la millonaria contabilidad ilegal que operó el ex tesorero Delubio Soares.
Lula, de la tendencia mayoritaria, pasó el fin de semana con su familia en Sao Bernardo do Campo (estado de Sao Paulo) y no votó. Los diputados que apoyaron el liderazgo del ultraconservador Severino Cavalcanti en la Cámara de Diputados están "decepcionados" por las acusaciones de corrupción en su contra y temen que su salida los suma en el anonimato, informó este domingo el diario O Globo.