Contradice cifras del IPAB; se pagaron 135 mil mdd con recursos públicos, dice en informe
Evidentes anomalías en el rescate bancario, advierte el Banco Mundial
La erogación equivale a cuatro veces lo recibido por todas las privatizaciones hechas en los 90
Ampliar la imagen Nerviosismo en el mercado de valores de Nueva York luego de que las acciones de Estee Lauder se vieron afectadas por los elevados precios de los energ�cos y registraron ventas muy bajas FOTO Ap Foto: Ap
Washington, DC, 20 de septiembre. El Banco Mundial aseguró este martes que el rescate del sistema bancario mexicano representó una erogación de 135 mil millones de dólares de recursos públicos, la cuarta parte del producto interno bruto (PIB) del país, cifra que supera con creces la estimación del gobierno.
"El costo fiscal de la crisis (bancaria) equivale a cuatro veces los 33 mil millones de dólares que el Estado mexicano recibió por todas las privatizaciones de los 90", aseguró el organismo multilateral en un informe divulgado hoy al inicio de su reunión anual.
Para el gobierno y los banqueros extranjeros que compraron las instituciones -saneadas con recursos públicos- después de la crisis, el rescate constituye un "caso cerrado". En el reporte divulgado hoy, el Banco Mundial dejó la puerta abierta:
"Hay evidencia de que beneficiarios de créditos con cercanas relaciones con los bancos (rescatados) fueron especialmente favorecidos durante la crisis", además de que sus vínculos políticos les permitieron "escapar a sanciones significativas".
El proceso de saneamiento financiero de hace una década, mantenido por la actual administración federal sin alterar los planes del gobierno anterior, fue puesto como ejemplo de la forma en que grupos de poder se benefician de sus conexiones políticas para trasladar a los más pobres el costo de los beneficios obtenidos al amparo de un sistema donde fallan la regulación y la supervisión. Según el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), el costo de la crisis es de 112 mil millones de dólares, 18 por ciento del PIB.
Con la presentación del Informe sobre el desarrollo mundial 2006, que en esta ocasión trata sobre la relación entre equidad y desarrollo -y que es ilustrado en la portada con un fragmento de Sueño de una tarde dominical en la Alameda, de Diego Rivera-, el Banco Mundial dio la señal de salida a la reunión anual conjunta con el Fondo Monetario Internacional, que concluirá el próximo domingo por la noche.
En este reporte, el organismo financiero trae a colación el tema de la equidad, término que contrasta con años anteriores, en los que la profundización de las reformas de liberalización y apertura económica marcaban el tono.
No es de extrañar la orientación del informe de este año, luego de que reportes específicos del organismo han documentado en los meses recientes que la desigualdad, incluso en regiones enteras, como América Latina, ha ido en aumento en los últimos años, junto con un creciente rechazo a más reformas, como las impuestas desde este organismo y el FMI en las dos décadas anteriores.
En este reporte, el Banco Mundial destaca que la ganancia en el ingreso de la población es sólo una cara del esfuerzo por alcanzar mayor equidad. Francisco Ferreira, uno de los encargados de elaborar el informe, dijo hoy que el destino de una persona debe estar determinado por su preferencia y esfuerzo individual, no por circunstancias predeterminadas, como su raza, sexo o condición económica.
La izquierda mexicana va al mercado
Como de generar oportunidades de desarrollo trata el informe, Francois Bourguingnon, vicepresidente del organismo, habló en una entrevista sobre el caso de México y el momento electoral.
-La desigualdad en México no ha disminuido, a pesar de que se ha aplicado el mismo programa de asistencia social (Oportunidades), con pequeñas variantes, por más de 10 años. ¿Qué opina?
-Creo que cuando habla de desigualdad se refiere a desigualdad del ingreso. Es diferente. El programa (de México) es reciente. Uno tiene que esperar hasta que esos niños que pudieron ir a la escuela gracias a Oportunidades o Progresa ingresen al mercado de trabajo, a que sean mayores, para ver la diferencia en la distribución del ingreso. Hoy en día no están todavía en el mercado de trabajo, o sólo está una parte de ellos. Entonces, hay progreso en equidad, en el sentido de que tienen acceso a educación cuando no lo tenían antes. Otra alternativa para tener más fondos y financiar estos programas es el aumento de los impuestos para pagar más gasto público que esté en favor de mayores oportunidades para los pobres.
-¿Cree que el ingreso extraordinario del petróleo se debe gastar en eso?
-México podría gastar más, pero no necesariamente con el ingreso del petróleo. El problema con el hidrocarburo es que representa un ingreso muy fluctuante, y uno no quiere estar en la situación en que una variación hacia abajo del precio haga disminuir de repente el gasto social que se inició cuando la cotización era alta.
-Existe en México la probabilidad de que gane la izquierda en la votación presidencial de 2006. ¿Ve que puedan ser cambiados algunos programas actuales de apoyo a pobres?
-El problema no es tanto de izquierda en contra de derecha, ya que la gente está reconociendo que hay utilidad profunda en programas como el de Oportunidades, por lo que creo que la posición ideológica no es muy importante en este caso. De un lado, la izquierda tiene más y más cultura de mercado, y la derecha se está dando cuenta cada vez más que los programas sociales son absolutamente necesarios.
El rescate del pasado
En un capítulo del informe presentado hoy, el Banco Mundial regresa a un tema que el gobierno mexicano y los banqueros extranjeros que operan en el país quisieran se olvidara para siempre, como han señalado en diversas oportunidades a lo largo de este año, después de que concluyera otra revisión del proceso empezado hace poco más de una década por el ex presidente Ernesto Zedillo.
Una de las barreras para mejorar la equidad de un país está en la forma en que opera su sistema financiero, si es capaz de apoyar la formación de industrias y la actividad empresarial entre la población menos favorecida.
Constituye una patología, dice el reporte, "la influencia de elites económicas en la formación de un sistema financiero". En muchos países, añade, un pequeño número de familias acaudaladas ejerce control extendido sobre el sector empresarial, algunas veces en exceso respecto del capital propio que aportan. "Típicamente, estas familias están conectadas con elites políticas por medio del reparto de beneficios económicos y conexiones familiares.
Ejemplos de esto incluyen al sistema bancario en México hasta mediados de los 90, así como la concentración de la riqueza y los cercanos vínculos entre las elites políticas y económicas que se ven en el este de Asia".
El Banco Mundial señala que las crisis financieras como la que vivió México hace una década son profundamente regresivas -afectan más a los pobres y pueden beneficiar a los ricos. En total, la crisis financiera mexicana costó 135 mil millones de dólares, lo que representa la cuarta parte del PIB. Además de que estos apoyos beneficiaron a un grupo reducido de población (los que tenían una cuenta en el banco), "existe evidencia de que muchos depositantes vínculados cercanamente con los bancos (rescatados) fueron especialmente favorecidos en crisis como la de México, Chile (1981-1983, con un costo de 41.2 por ciento de su producto interno bruto) y Ecuador (1996, que costó 13 por ciento de su PIB)".