CIUDAD PERDIDA
Tribus perredistas: perversión de la política
Programa social, ariete de pugnas
Ahondan diferencias
HACE NO mucho tiempo, cuando en el Gobierno del Distrito Federal se propuso la campaña de detección temprana de cáncer mamario, la titular de la Secretaría de Salud de la capital, Asa Christina Laurell, se opuso porque consideró que era mejor trabajar en la construcción de la infraestructura hospitalaria que permitiera sanar ese mal.
SU OPOSICION, según nos cuentan, tenía una razón: no sirve de nada detectar el cáncer si no se tiene la forma de combatirlo y en el sistema de salud del DF, hasta donde se sabe, no existe la capacidad para enfrentar el problema.
DESPUES DE esas opiniones, el programa, que se pretendía ley, pasó a la Secretaría de Desarrollo Social, desde donde se impulsaría la campaña de mastografías que, de detectarse, permitirían indicar a la gente la gravedad del mal y dependería de cada persona y de su capacidad económica combatirlo, porque los servicios de salud de la ciudad no tienen la capacidad para atenderlo.
SON, COMO se ve, dos formas diferentes de enfrentar el problema: por un lado, la Secretaría de Salud quiere que además del diagnóstico se tengan los recursos para atender a las enfermas; por el otro, se explica que es mejor avisar del daño que dejar que este crezca en silencio y mate a sus víctimas.
HASTA AHI las cosas iban, nada más, en el sentido de ayudar a las mujeres que padecen ese tipo de cáncer, pero cuando la cosa se puso fea, fue cuando a alguien se le ocurrió poner un poco, o mucho, de política en ese proyecto.
EN MANOS de la Secretaría de Desarrollo Social el programa se consideró un trampolín a la candidatura de Marcelo Ebrard, entonces los criterios se tornaron discusión sobre posturas políticas y el asunto se pervirtió.
AYER, EN la Asamblea Legislativa del Distrito Federal las diferencias entre las tribus perredistas ahondaron distancias, profundidades y casi se pierde la posibilidad de llevar a la población un servicio que, sea como sea, resulta benéfico para las mujeres de la ciudad.
EL INSTITUTO de las Mujeres del DF quería el programa como suyo, es decir, administrarlo al margen de las secretarías de Desarrollo Social y de Salud porque, según dicen, es una idea que proviene de esa misma institución.
LOS BEJARANISTAS pedían que fuera Desarrollo Social la que pusiera en marcha el servicio porque allí tienen aliados que podrían hacer uso faccioso de él, aseguran los enemigos de El Profe.
LOS NO bejaranistas impusieron a la Secretaría de Salud como la operadora del programa, nada más que nunca se acordaron que fue la propia titular la que en su momento descartó el éxito.
EN FIN, sí habrá programa, no será una ley aparte de la de Salud, pero como quiera que sea y pese a los propios perredistas, principalmente los miembros de la CID, se pondrá en marcha.
LO QUE nos queda como lección es que la distorsión del quehacer político por intereses de grupo, que en una entrega anterior explicamos cómo habían casi paralizado los trabajos de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, tuvieron su expresión más desafortunada al discutir un servicio necesario que no tiene por qué envilecerse con los compromisos particulares de cada una de las tribus del PRD. Ni modo.
La impunidad
PARA EL asombro de todos, Miguel Bortolini, un hombre que avergüenza el quehacer político no sólo del PRD, sino de todos quienes se dedican a esa actividad, fue exculpado por su partido, ante el cual había sido acusado de desviar fondos para la campaña de Marcelo Ebrard.
LA IMPUNIDAD de este personaje nos hace pensar en el atraso que sufre el PRD y la poca confianza que puede levantar entre la gente. Por lo pronto, todos los Bortolinis del PRD deberán estar felices y listos para la siguiente fechoría. Total, no pasa nada.