Discuten Londres y Bagdad el cruento operativo de rescate británico en Basora

Milicianos se infiltran en la policía y el ejército iraquíes, asegura Gran Bretaña

Se está pagando elevado precio por integrar a seguidores de Moqtada Sadr y la Brigada Badr, dice

Protesta antibritánica de al menos 300 agentes; piden llevar ante una corte a soldados "terroristas"

KIM SENGUPTA THE INDEPENDENT

Basora, 21 de septiembre. Los soldados británicos que envueltos en llamas escaparon de su vehículo blindado Warrior, en Basora, hablaron de su experiencia, al tiempo que el primer ministro iraquí, Ibrahim Jaafari, se reunió en Londres con el ministro de Defensa británico, John Reid, para discutir los disturbios ocurridos el pasado lunes.

El Warrior tomaba parte en una misión para rescatar a dos agentes encubiertos del ejército británico que fueron secuestrados ese lunes, acusados de haberle disparado a un policía iraquí cuando los ingleses se negaron a detenerse en un puesto de control.

Manifestantes atacaron a pedradas y con bombas molotov cuatro vehículos blindados. Los dos soldados arrestados fueron liberados posteriormente, luego que la misión de sus compañeros dejó destruida parte de la principal estación de policía de Basora.

Uno de los soldados, Ryan Burton, quien escapó del Warrior atacado envuelto en llamas, describió la escalada de hostilidad en entrevista para Sky News.

"La multitud estaba cada vez más agresiva, arrojando bombas de gasolina. Escuché al artillero gritar que una de ellas había entrado por la torreta y que ardía la parte de atrás del vehículo", dijo.

Agregó: "Tratamos de levantar la escotilla (...) Yo tenía que salir (...) salté entre el fuego para salvarme. No podía respirar. Sólo pensé en salvarme".

Burton, quien sufrió solamente heridas menores, aseguró que después de saltar del Warrior, cuatro o cinco personas se acercaron para ayudarlo.

El cabo Jo MacCann, también atrapado en el Warrior, aseguró que oyó al artillero del vehículo gritar que las mirillas estaban destruidas y una bomba molotov había entrado por la torreta.

McCann dice que él se refugió en la parte trasera del vehículo y que de ahí fue sacado poco después por socorristas.

A pesar de que el Warrior se estaba quemando, al menos uno de los soldados regresó al vehículo. "Se veía mucho peor de lo que estaba en realidad -dijo McCann-. Ese tipo de vehículo es muy resistente. Quemaba al tocarlo, pero no estaba tan mal. Los instrumentos aún funcionaban".

El sargento George Long aseguró que los soldados se vieron "bajo fuerte bombardeo" dentro del tanque. "La multitud se volvió más hostil al arrojar las bombas; desafortunadamente una cayó en la parte de arriba y tuve que salir, porque el vehículo se incendió".

Los soldados no explicaron cómo escaparon de la multitud armada después del ataque. Tampoco hablaron del número de civiles iraquíes que supuestamente murieron cuando la muchedumbre cercó los vehículos Warrior.

Los relatos de los soldados fueron transmitidos como evidencia de que milicianos estaban siendo "alentados" a infiltrarse en el ejército y policía iraquíes, cuyo arresto y detención de los soldados británicos encubiertos llevó al enfrentamiento del lunes.

El Ministerio de Defensa iraquí confirmó que existe el deseo de integrar las milicias a las fuerzas regulares. Pero funcionarios británicos afirmaron que el verdadero objetivo del reclutamiento es demostrar que las fuerzas iraquíes se han incrementando, y así preparar el camino para el retiro de las tropas de la coalición.

El Ministerio de Defensa británico anunció que la Policía Real Militar investigará el arresto de los agentes encubiertos por la policía iraquí, así como la controversial misión de rescate.

Funcionarios de la rama especial de investigaciones entrevistarán a los dos agentes y, si es posible, a miembros de la fuerza policial iraquí. "Aprenderemos lecciones de este ejercicio y descubriremos qué fue lo que salió tan mal", dijo una fuente de la defensa.

"Estudiamos el asunto y esperamos descubrir la verdad. Pero esto no afectará la relación entre Irak y Gran Bretaña", agregó.

Acusaciones y recriminaciones

Las acusaciones y recriminaciones continúan. Las autoridades de Irak afirman que cinco civiles murieron en la operación. El ejército británico señaló que el operativo era necesario para que sus agentes no fueran entregados a una milicia chiíta.

Al menos 300 policías iraquíes participaron en una furiosa manifestación antibritánica en Basora, en la que exigieron la destitución del jefe de la policía local y que se lleve ante una corte iraquí a los "terroristas británicos".

En Bagdad, el ministro del Interior, Bagir Solagh Jabr, contradijo secamente la afirmación británica de que los dos agentes iban a ser entregados a una milicia chiíta. "Los británicos respondían a rumores cuando atacaron la estación policial", dijo.

El coronel británico Bill Dunham, comandante de las fuerzas multinacionales en Basora, aseguró que la infiltración de milicianos en el ejército y la policía iraquíes es un problema mayor.

"Sabemos que hay miembros renegados en la policía iraquí. Lo que queremos que hagan las autoridades es identificar a dichos elementos y sacarlos de ahí", dijo.

Funcionarios británicos que han hecho servicio en el sur de Irak aseguran que ahora se está pagando el precio de que se unieran a las fuerzas de seguridad los miembros del ejército del Mehdi, encabezado por el clérigo chiíta Moqtada Sadr, y de la Brigada Badr, con apoyo iraní.

Un funcionario afirmó que para el reclutamiento "hubo muy poca o ninguna investigación de antecedentes. La idea era que si eran chiítas y opositores al partido Baaz, era suficiente".

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca