La medida, otro golpe neoliberal, afirman madres educadoras
Acuerdo de la SEP afecta a 2 mil niños de prescolar
Impone requisitos para certificar la instrucción que se proporciona en centros comunitarios de colonias populares
Se declaran en desventaja
Unos 2 mil niños que asisten a centros comunitarios en 120 colonias populares de las delegaciones Coyoacán, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Tlalpan, Alvaro Obregón y Cuauhtémoc podrían quedarse sin educación prescolar debido a que se encuentran en desventaja para cumplir los requisitos que les impuso la Secretaría de Educación Pública (SEP) para certificar la instrucción que otorgan, señaló Leticia Chávez Rodríguez, representante de la Coordinadora Popular de Madres Educadoras.
Señaló que la SEP aprobó en meses recientes el Acuerdo Secretarial 358, mediante el cual se certifican los estudios de prescolar de los niños y niñas que asisten a estos centros comunitarios, "siempre y cuando cumplan con una serie de requisitos, como uso de suelo y planos estructurales, que permitan garantizar la seguridad de los inmuebles, y que las instructoras tengan una formación profesional para poder atender a los niños".
Indicó que si bien este acuerdo constituye un reconocimiento al trabajo que la sociedad civil organizada del Distrito Federal realiza, también implica retos "muy grandes", ya que dichos centros fueron creados por los propios habitantes de esas colonias, que en su mayoría se trata de familias excluidas de los beneficios de la seguridad social, como guarderías, ya que se encuentran en situación de pobreza o en la economía informal.
"La amenaza sobre estos centros constituye otro golpe del neoliberalismo, después de que durante su gestión el presidente Carlos Salinas de Gortari, al haber incorporado a México al club de los países más ricos del mundo", provocó que diversas organizaciones internacionales cancelaran la ayuda económica que otorgaban a estos centros comunitarios para apoyar la alimentación y educación de los niños.
Sin embargo, dijo que agencias como Red Barna, de Noruega; Radda Barmen, de Suecia; Red Barnet, de Dinamarca; Missereor, de Alemania, y Oxfan (conocida como Toda la familia europea) tuvieron que suspender los apoyos, pues su normatividad les impedía otorgar recursos a comunidades de países ricos, indicó.
Por su parte, Nashieli Ramírez, integrante de la Red por los Derechos de la Infancia en México, explicó que las madres educadoras que laboran en estos centros enfrentan diversos problemas para cumplir los requisitos que les exige la SEP, uno de éstos es que la mayoría de los centros comunitarios se localizan en predios del Gobierno del Distrito Federal "y enfrentan una situación jurídica que no permite cumplir los requisitos que marca la SEP, pues no cuentan con licencias de uso de suelo, construcciones terminadas y algunos sólo cuentan con aulas prefabricadas y con instalaciones sanitarias en pésimas condiciones".
La historia
Guadalupe Moreno Mejía, coordinadora del Centro Infantil Nuevo Amanecer, ubicado en la delegación Magdalena Contreras, dijo que los centros comunitarios surgieron en los años 70 en colonias populares ante la necesidad que tenían mujeres trabajadoras -principalmente obreras y empleadas domésticas- para dejar a sus hijos en lugares seguros mientras laboraban, pues las colonias donde vivían no contaban con centros de educación pública.
Indicó que en algunas comunidades, como en el Cerro del Judío, surgieron luego de que dos menores murieron al incendiarse sus viviendas, donde se quedaban solos porque sus madres tenían que salir a trabajar, mientras que otros se tenían que quedar encerrados, "amarrados a las patas de la cama, situación que por desgracia se sigue repitiendo".
Ante esto, la comunidad se comenzó a organizar, algunas mujeres tomaron conciencia de que alguien tenía que quedarse con los niños, "fue así que elegimos a varias compañeras de la comunidad para que se quedaran a cuidar a los menores a cambio de una aportación, mientras el resto salíamos trabajar", indicó.
La creación de estos centros fue difícil, "pues no contábamos con nada, mucho menos con predios para atender a la creciente población de menores que se iba incorporando".
Agregó que debido a la pobreza que imperaba en las colonias populares donde surgieron los centros comunitarios, muchas madres recolectaron materiales de desecho de los camiones de basura para transformarlos en asientos para los niños y techos de cartón para las aulas improvisadas".
Tras varios años de lucha para mejorar los centros, fue posible conseguir ayuda internacional; sin embargo, agencias como Red Barna, de Noruega; Radda Barmen, de Suecia; Red Barnet, de Dinamarca; Missereor, de Alemania, y Oxfan (conocida como Toda la familia europea) tuvieron que retirar su apoyo, pues su normatividad les impedía otorgar recursos a comunidades de países ricos, categoría en la que se ubicó a nuestro país luego de que el presidente Salinas sumara a México al club de los países ricos.