La iniciativa de ley de cultura, en la Cámara
Severos reproches de diputados a la política cultural foxista
Formalmente hasta ayer fue recibida en la Cámara de Diputados, para su discusión y eventual aprobación, la iniciativa de ley de cultura que daría un nuevo marco jurídico al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA).
La entrega se hizo físicamente el martes, pero el registro oficial se efectuó ayer, un día después de la comparecencia de la titular del consejo, Sari Bermúdez, ante la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados.
Entre otras cosas, la iniciativa daría al CNCA autonomía total en el ejercicio de su presupuesto. Sin embargo, a juzgar por el ambiente de severo cuestionamiento que enfrentó la funcionaria durante su comparecencia, se prevé difícil que la mencionada iniciativa sea aprobada.
A diferencia de comparecencias anteriores, esta vez las críticas vinieron también de los legisladores del Partido Acción Nacional (PAN). El diputado José Antonio Cabello, de este partido, señaló ''cierta inconsistencia en los rubros que maneja el informe de 2004 y el de 2005".
Estas inconsistencias -dijo Cabello-, que podrían ser una cuestión de forma, pueden implicar aspectos de fondo, ''pues evidenciaría una falta de claridad en la definición de la política cultural, ya que al CNCA le corresponde definir, implementar, informar y evaluar. De ser el caso, estaríamos ante una situación muy lamentable".
Lamentó, asimismo, ''el muy escaso interés que usted ha tenido para entablar una relación de colaboración, no sólo con esta comisión sino con nuestro grupo parlamentario, que pudo ser uno de sus mejores aliados".
Al pedir su opinión sobre la posición del PAN y las críticas de Cabello, Sari Bermúdez dijo que respondían a ''diferencias personales".
Por su parte, el diputado del PRI y presidente de la Comisión de Cultura, Filemón Arcos Suárez, señaló de entrada que el contenido del Informe del presidente Vicente Fox en materia de cultura ''es superficial, a pesar de las cifras que se mencionan sobre bibliotecas, lectores, becas, museos y visitas registradas en éstos, así como a las zonas arqueológicas".
En lo que de facto era un resumen del balance de la política cultural foxista, Arcos enfatizó: ''Qué pena que una vez más en el informe presidencial sólo se destinen poco más de tres cuartillas al rubro de la cultura; qué pena que el gobierno foxista nunca entendió que se requiere destinar mayores recursos a la cultura''.
En relación con las reducciones presupuestales de las instituciones culturales, Filemón Arcos preguntó: ''¿Vale la pena que luchemos por darle recursos de los que le otorga el presidente de la República? ¿Para qué los utilizaría? ¿Permitiría una vez más que Hacienda o la Secretaría de Educación Pública los tengan guardados mientras los programas y proyectos mueren antes de nacer?"
A su vez, el diputado del PRD, Inti Muñoz, dijo que, contrario a lo prometido por el Programa Nacional de Cultura al principio del régimen foxista, ''la política cultural del gobierno es la síntesis del estilo foxista de gobernar: sólo hemos visto decisiones frívolas y discrecionales, miedo a hacer política, doble discurso, simulación, cuentas oscuras, compromisos ocultos, servilismo al poder de la iniciativa privada, dispendio, desprecio por la visión social de la política pública y su financiamiento".