CIUDAD PERDIDA
Arranca otra campaña interna en el PRD-DF
Batres, en la mira
Llamadas, vacío y justificaciones
LOS PROBLEMAS internos en el PRD muchas veces pisan terrenos que rayan en lo ridículo, y en esas anda una de las corrientes de ese partido, misma que, inclusive, trató de boicotear una reunión celebrada el miércoles pasado en un hotel del centro de la ciudad al que asistirían los 13 jefes delegacionales, los cuatro aspirantes al gobierno de la ciudad, el jefe de Gobierno y el Comité Ejecutivo Estatal perredistas.
NO SE trata, como todos se imaginan, de la Corriente de Izquierda Democrática (CID). Tampoco se trató de crear un vacío a Marcelo Ebrard, como algunos interpretaron.
MAS BIEN fue el principio de una campaña en contra del presidente del partido en el DF, Martí Batres, quien, según afirman algunos miembros de Nueva Izquierda -que encabeza Jesús Ortega a nivel nacional y lidera René Arce en la capital-, no ha cumplido con las expectativas de imparcialidad que debe ejercer quien está al frente de ese partido.
PARA LOS observadores perredistas, la postura de los miembros de Nueva Izquierda resulta bastante exagerada, porque la imparcialidad nunca se ha dado en la presidencia perredista.
CADA PRESIDENTE, aseguran, favorece a la corriente que lo llevó al puesto y lo que menos le preocupa es la situación del partido, pero en esta ocasión desconocer la convocatoria para establecer acuerdos de primer orden dentro del partido parece, dicen, muy peligroso.
LA COSA es que ni Jesús Ortega -quien supuestamente avisó que no iría-, ni la jefa delegacional de Venustiano Carranza, Ruth Zavaleta, y mucho menos Víctor Hugo Círigo, de Iztapalapa, acudieron a la reunión.
ZAVALETA ASEGURA que su ausencia se debió más que nada al tema que marcó la dirigencia estatal. La reunión era con el fin de establecer acuerdos para impedir que los recursos gubernamentales fueran usados en campañas electorales.
PARA LA jefa delegacional era inútil tal reunión, porque está claro cómo y en qué deben utilizarse tales recursos, y ella no se presentaría para recibir regaños de la dirigencia estatal, aunque admite que su relación con Batres no es nada buena.
POR NUESTRA parte podríamos decir que esa relación es tan mala que el presidente del PRD-DF evita saludarla y, según Zavaleta, es ella quien obliga a Batres a brindarle el saludo.
SEA DE un modo o de otro, hay quien aasegura que se hicieron algunas llamadas telefónicas para pedir a algunos de los convocados que no asistieran a la reunión, por más que esta fuera importante.
Y TODO indicaría que algunos otros delegados tuvieron la misma percepción que Ruth Zavaleta. De los 13 que tiene el PRD, sólo asistieron siete. Ya hablamos de dos de Nueva Izquierda, pero tampoco fue la de Atzcapotzalco, Laura Velázquez, a quien se acusa de usar recursos públicos en labores proselitistas.
OTROS TRES: el de Tlalpan, Eliseo Moyao, envió como representante al encargado de los servicios urbanos de la delegación; el de Magdalena Contreras, Héctor Chávez, mandó al del jurídico y de gobierno, y el encargado de despacho de la delegación de Iztacalco, Erásto Ensástiga, envió a un subdirector.
COMO SE puede entender, el tema de la reunión no resultó muy del agrado de los delegados, pero eso sí, Miguel Bortolini, que no le tiene miedo a la crítica ni al regaño -goza de total impunidad-, se levantó para tratar de justificarse ante el aparato perredista, pero parece que le cayeron a palos y lo menos que se comentó de su intento fue el colmo de su cinismo. Así van las cosas en ese partido. ¡Ni modo!