Eleva el tono muscular del esfínter y así reduce 50% las fugas involuntarias de orina
Sale a la venta único fármaco que controla la incontinencia urinaria
El medicamento comenzó a probarse desde el año 2000; la Ssa acaba de otorgar el registro
Es el más frecuente de los padecimientos en mujeres, por sobre la diabetes y la depresión
Casi nadie habla de ella, pero es la más frecuente de las enfermedades crónicas que afectan a las mujeres, por encima de la hipertensión arterial, la depresión y la diabetes. La incontinencia urinaria afecta a 35 por ciento de la población femenina, en particular a quienes han tenido varios partos -incluidas las cesáreas-, son obesas, fumadoras o han estado bajo tratamiento de radiación.
José Luis Campos, coordinador del capítulo de Neuro-urología y Urología Femenina de la Sociedad Mexicana de Urología, explicó que la más común es la incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE), la cual también puede ser causada por algunas actividades laborales, como la militar. Investigaciones realizadas en Estados Unidos detectaron que 31 por ciento de las integrantes de la milicia en servicio reportaron tener el padecimiento, así como 26 por ciento de quienes trabajan para la fuerza aérea de aquel país.
Enfermedad global y tabú
Aunque en México no existen estadísticas sobre la magnitud del problema, es un hecho que también aquí está presente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado que la incontinencia urinaria "es una enfermedad global ampliamente dispersa y uno de los últimos tabúes médicos para mucha gente".
Campos mencionó que las afectadas difícilmente lo comentan con su médico, y a veces ni con su pareja. Sólo 25 por ciento de las pacientes de Estados Unidos y 33 por ciento de las europeas solicitan ayuda del especialista.
La incontinencia urinaria es la pérdida o fuga involuntaria de orina, de la que existen tres tipos: la IUE, que ocurre durante actividades físicas como estornudar, toser, levantar peso, ejercitarse o reír; la de urgencia (IUU), la cual está acompañada o precedida de un repentino deseo de orinar que puede ser imposible de diferir. El tercer tipo es la incontinencia urinaria mixta (IUM), combinación de las dos primeras.
Del total de enfermas, 49 por ciento experimentan la IUE, 22 por ciento la IUU, y 29 por ciento la IUM. La primera, que es la más frecuente, se da por incremento de la presión en el abdomen, sin que la mujer tenga el deseo de orinar, y por un pobre soporte muscular del piso pélvico.
El especialista señaló que el embarazo es uno de los principales factores de riesgo de la IUE. La cuarta parte de las mujeres que han tenido un parto normal podrían desarrollar la enfermedad, y entre quienes han sido sometidas a una cesárea la probabilidad está entre 5 y 11 por ciento, pero cuando ha habido tres cirugías de este tipo, el porcentaje se eleva hasta 35 por ciento.
Además de la incomodidad que causan a las pacientes los escapes involuntarios de orina, es un hecho, aseguró Campos, que la IU puede dañar gravemente la calidad de vida de las pacientes, porque les ocasiona situaciones bochornosas, angustia, aislamiento social y soledad.
Métodos de control
Hasta hace un año no existía ningún medicamento para controlar la incontinencia urinaria de esfuerzo, y aunque la técnica quirúrgica para corregir el problema ha mejorado en los pasados cinco años (90 por ciento de éxito), no todas las enfermas pueden recurrir a la cirugía, y en otros casos, por temor, prefieren no practicársela.
Las otras alternativas que existen son de carácter conservador, como los cambios en el estilo de vida y los ejercicios para fortalecer los músculos del piso pélvico.
Ayer se presentó el primer y único medicamento -duloxetina- que hasta ahora ha demostrado su efectividad para reducir a la mitad el problema de la incontinencia urinaria de esfuerzo. El producto, que debe administrarse bajo vigilancia médica, actúa incrementando el tono muscular del esfínter de la uretra y con ello reduce a la mitad las fugas involuntarias de orina de la mayoría de las enfermas, mientras que de 10 a 15 por ciento elimina el problema en forma definitiva.
El fármaco se ha estado probando desde el año 2000, y a partir de 2004 se autorizó para su venta en las naciones europeas. Recientemente la Secretaría de Salud (Ssa) de México otorgó el registro para el producto desarrollado en forma conjunta por los laboratorios Eli Lilly y Boehringer Ingelheim, y ya está disponible en el mercado.