Mi liberación significó volver a nacer y a creer, expresó el estratega argentino

Romano dirigirá con Mizrahi el juego de Cruz Azul contra Dorados

Su deseo es volver a ser el mismo de siempre y estar pronto con el equipo celeste

Agradeció al técnico interino su labor al frente del plantel

No piensa salir de México

GUSTAVO CASTILLO Y DPA

El técnico de Cruz Azul, Rubén Omar Romano, quien permaneció 65 días secuestrado, confió en dirigir el próximo sábado, junto con Isaac Mizrahi, el partido que la escuadra celeste sostendrá contra Dorados.

Durante una conferencia de prensa, en la cual afirmó que su liberación representó "volver a nacer, a creer", el argentino, quien se presentó afeitado, externó su confianza en que "el pueblo mexicano empiece a creer en esta gente (en alusión a su rescate el pasado miércoles en una casa de Iztapalapa, a cargo de los agentes federales) que ha hecho un gran trabajo".

El timonel de los Cementeros indicó que su deseo es "volver a ser el Romano de siempre" para "seguir luchando en esta vida y estar lo más pronto posible con el equipo", del cual dijo sabe perfectamente cómo marcha en el campeonato.

Refirió que el buen momento por el que pasa el conjunto celeste se lo agradece, al igual que el apoyo dado a su familia mientras permaneció secuestrado, a "un hermano, eternamente, Isaac Mizrahi, quien fue parte fundamental en esto.

Asimismo, "al equipo que se sobrepuso a muchos problemas que enfrentó durante el año, por lo que pasó la temporada pasada y que hoy ha demostrado madurez y dirigido por mi gran amigo, mi gran hermano.

"Creo que gran parte de lo que ha hecho no es solamente porque Romano hizo el equipo, sino porque él lo dirigió muy bien y supo manejar las cosas, aparte del gran apoyo que tuvo con mi familia. Entonces, creo que él es la parte fundamental que tengo que agradecer."

Romano declaró que jamás ha considerado ni piensa salir de México; "en ningún momento me cruzó (por la mente esa idea). Mi familia tiene pensado lo mismo. Yo creo que fue una mala experiencia, así hay que tomarlo y no deseo que le pase a nadie".

A unas horas de haber sido liberado dijo sentirse "un poco aturdido". Señaló que pasó momentos difíciles mentalmente, en particular los recientes días, por amenazas de los secuestradores a su familia, a la que le pedían cinco millones de dólares por su rescate.

Sin embargo, enfatizó que en general lo trataron bien, "no lo puedo negar. Siempre estuvieron atentos a que comiera, a que me sintiera bien, a mis cigarrillos", pero el aspecto mental por supuesto que pesaba mucho.

El técnico celeste dijo estar en condiciones y "con las mismas fuerzas y muchas ganas de reaparecer al lado de Mizrahi, el sábado con el Cruz Azul".

Agregó que sabe cual ha sido el desempeño de los Cementeros, porque aunque lo mantuvieron vendado los 65 días de su cautiverio, podía escuchar radio y televisión.