NAVEGACIONES
Clara y los robots
Aires de familia: piochas, patillas, bigotes
EL OTRO DIA CLARA me preguntó si algún día existirán los robots y, para mi propia sorpresa, le respondí que vivimos entre ellos.
¿Entonces los robots son invisibles?
No repliqué. Es que no son como te los imaginas.
Es que en la vida real, le expliqué, no suelen ser antropomorfos ni semovientes, son mucho más brutos que en las películas y padecen limitaciones severas en sus habilidades; de hecho, la mayoría de ellos sólo poseen una. Pero ahí están, ponen remaches en las fábricas, transportan mercancías por rutas previamente trazadas, lavan vajillas, cobran con precisión en los estacionamientos públicos, sirven cafés asquerosos (especialmente si son capuchinos), detectan, detonan o transportan bombas.
HASTA AQUI, NINGUNA diferencia de fondo con los humanos, los cuales, se supone, recurren a la especialización para hacer mejor su tarea: esperar que un cajero automático pula los pisos en forma aceptable equivale a poner changos para que un teólogo realice con corrección un delicado trabajo de plomería; lo más probable es que sufras una inundación grave que te producirá, a su vez, una severa desazón ontológica.
TAL VEZ LO que Clara estaba reclamando fuera no tanto una apariencia humanoide, sino una inteligencia capaz, por ejemplo, de desarrollar una conversación, comentar la película del fin de semana, abrir un empaque resistente sin destruir su contenido y ayudar en las tareas escolares de los días hábiles; en suma, una inteligencia artificial (IA). En este punto, sin duda, los robots nos llevan una gran ventaja, porque si resulta casi imposible precisar qué quiere decir inteligencia a secas, su variante artificial, en cambio, es relativamente sencilla de definir.
http://www.roboticspot.com/spot/especial/ia2004/historia.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Inteligencia_artificial
POR DESGRACIA O por fortuna, la cosa que quiere Clara no existe. Ya va a hacer un siglo de aquel verano de 1920 en que Karel Cápek inventó la palabra robot para expresar una idea que ya existía de tiempo atrás y que tuvo una primera y magistral aparición fílmica, siete años más tarde, en Metrópolis de Fritz Lang. Pero los artefactos dotados ya no digamos de inteligencia, sino cuando menos de sensatez, no tienen para cuándo. Dos décadas después de la premonición del escritor y periodista checo, el estadunidense de origen ruso Isaac Asimov (parece que entre eslavos iba la cosa) promulgó las Tres Leyes de la Robótica, un esfuerzo por evitar, así fuera desde la literatura, que aquellos hipotéticos muñecos de metal, en un descontrol súbito, le arrancaran la cabeza a sus creadores. Hasta ahora, y pese a la grave desventaja de no existir, los robots con juicio han evolucionado mucho, tanto en apariencia como en sentimientos.
Asimo, de Honda
YA PARA LOS años 50 y 60, Philip José Farmer y Philip K. Dick imaginaban (Venus en la concha, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?) robots capaces de entrar en crisis existencial. Los estudiosos de la IA han moderado sus expectativas y han dado un giro un tanto insospechado al concepto, al reconocer que la inteligencia sintética tiene más utilidad para comprender los procesos mentales humanos que para crear bichos de silicón dotados de raciocinio. Por lo pronto, Asimo, de Honda, y los Qrio, de Sony, los dos prototipos más avanzados de robot humanoide (la segunda firma cuenta, además, con una máquina canoide: Aibo), recorren el mundo en exhibición de sus habilidades portentosas, sí, pero que por el momento no sirven más que para cautivar auditorios. Dicho sea de paso, si divisan ahí abajo la sigla EPDLP, no es una guerrilla, sino un portal literario denominado "El poder de la palabra".
http://capek.misto.cz/english/biography-e.html
http://www.sensesofcinema.com/contents/directors/02/lang.html
http://www.imdb.com/title/tt0017136/
http://www.roboticspot.com/spot/asifue/his2004b.html
http://www.portalmundos.com/mundocine/clasicos/metropolis.htm
http://www.comentariosdelibros.com/come2004-1/book0002-2004.htm
http://www.forosmix.net/viewtopic-157242.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Tres_Leyes_de_la_Rob%C3%B3tica
http://www.ciencia-ficcion.com/glosario/l/leyelar.htm
http://usuarios.lycos.es/isaacasimov/biografia.htm
http://isaacasimov.garcia-cuervo.com/Biografia.htm
http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1412
http://es.wikipedia.org/wiki/Isaac_Asimov
http://news.bbc.co.uk/1/hi/technology/4098201.stm
http://news.bbc.co.uk/1/hi/in_depth/sci_tech/2001/artificial_intelligence/1531432.stm
http://www.sony.co.jp/SonyInfo/QRIO/
DEJO EN PAZ A LOS robots y regreso a Asimov por algo que no tiene nada que ver con las criaturas sintéticas. Hace mucho tiempo que me impacta el aire común entre ese divinizado y vilipendiado autor de la Edad de Oro de la ciencia ficción y otro personaje entrañable: Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri.
HACE POCO MENOS de un año me atreví a sugerir que la trasnacional gringa KFC (antes desataban la abreviatura: Kentucky Fried Chicken, hasta que lo frito se volvió, por aquello del colesterol, políticamente incorrecto) venía a ser una difusora subliminal del trotskismo, dada la semejanza de bulto entre el fundador del Ejército Rojo y el coronel Sanders, cuyo retrato en alto contraste (como el famosísimo del Ché Guevara) es el elemento central en la imagen corporativa de la freidora de pollos. Es posible que el parecido se limite a tres componentes: cabellera abundante y blanca, lentes y barbita de chivo.
Revolución permanente
e intoxicación permanente
TAL VEZ OCURRA otro tanto con Asimov y Cri-Cri quienes, por su parte, tenían en común, además de las gafas, unas enormes patillas. Pero estos dos tienen más puntos de contacto que el binomio Sanders-Bronstein. En lo intelectual, tanto Isaac como Francisco fueron multiusos: bioquímico, escritor, divulgador de la ciencia y de la historia, el primero; astrónomo aficionado, boxeador ídem, espontáneo del toreo, locutor y cantautor, el segundo. Cada cual a su modo, ambos pusieron a los jóvenes y a los niños en contacto con el conocimiento.
HAY DOS DATOS adicionales en la biografía del músico veracruzano que me hacen quererlo mucho: primero, fue navegante; segundo, se hizo llamar "El guasón de la tecla", un calificativo muy próximo de los que se aplicó a sí mismo Georges Brassens: "El pornógrafo del fonógrafo, el polizonte de la canción".
http://hp.fciencias.unam.mx/~emg/cricri/biocri.htm
http://www.cri-cri.net/biografia.html
http://www.jornada.unam.mx/2004/11/15/046a1soc.php?origen=index.html&fly=1
http://www.analysebrassens.com/?page=texte&id=50&masquerAnalyses=1
Isaac
Francisco
LA APARICION DEL trovador de Sète en esta libre asociación de parecidos físicos tendría que llevarnos a otras gloriosas combinaciones de melenas y bigotes: Mark Twain, Einstein y el fundador de este diario, Carlos Payán, pero eso ya será objeto de otra travesía.
POR LO PRONTO, es viernes. Estas letras te llegarán el próximo domingo, cuando Rita haya dejado ya su cauda mínima o gigantesca de daño sobre damnificados precocidos por Katrina y sobre otros nuevos. Escribo desde el pasado, cuando la incertidumbre aún no ha decidido si convertirse en pesadilla acuática y llover sobre mojado o disolverse en el inmenso Atlántico. Dicen que en el periodismo uno tiene la obligación de escribir sobre las cosas que están pasando. Con una frecuencia abusiva eludo ese deber porque una cosa es ser testigo del tiempo y otra tener algo que decir al respecto; algo, claro, que sirva: que haga pensar, que irrite, que desconsuele, que regocije, que por lo menos divierta. Es un poco más malo cuando se trata de improvisar en la inminencia de los sucesos sin saber bien a bien, como ahora, si mañana serán tragedia o cosa intrascendente. A veces lo mejor es el silencio, o bien la fuga a temas menos acuciantes y angustiosos.