El Estado será sustituido cada vez más por el poder del duopolio televisivo, advierte
Prebendas a medios arriesgan la democracia: Corral
Durante el gobierno de Vicente Fox las dos principales televisoras -Televisa y Tv Azteca- ''han conseguido las más grandes canonjías y dispensas legales que grupo particular alguno haya obtenido del Estado mexicano jamás", señaló el senador del PAN Javier Corral Jurado, quien advirtió que de no modificarse el marco jurídico que rige a los medios electrónicos, el avance democrático estará en riesgo.
El Estado será sustituido cada vez más por el poder mediático, que de hecho ya "desnudó la debilidad del gobierno" al lograr con éxito que los actores políticos respondieran a una de sus convocatorias.
En una ponencia que presentó durante un foro en Oaxaca, Corral Jurado aludió al desafío de controlar el dinero en la política y sacar a ésta de la "dictadura del espot, en momentos en que la sociedad cuestiona seriamente el modelo de financiamiento a las campañas".
Experto en el tema, impulsor de una reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión que no ha podido aprobarse en el Senado por las presiones de los concesionarios y las resistencias de priístas y panistas, dijo que en el actual sexenio la televisión aprovechó "como nadie" la corrupción oficial e hizo de 2004 y 2005 ''los años del videoescándalo''.
La televisión no inventó los casos de corrupción, ''ni siquiera los videograbó; sólo seleccionó y editó los materiales, y envió todos los mensajes posibles a una clase política donde muchos de sus miembros tienen faltas acreditadas e historias vulnerables".
También, como nadie, la televisión "ha aprovechado la falta de visión a largo plazo del actual gobierno, su debilidad para entender la comunicación social como una estrategia más allá de la publicidad y la promoción constante de la imagen".
Por ello, "en estos dos años hemos visto una rápida evolución de lo peor de la televisión, tanto para la educación como para la cultura y la democracia", mientras las dos empresas monopólicas obtienen ''las más grandes canonjías y dispensas legales que grupo particular alguno haya obtenido del Estado en estos años''.
El político chihuahuense se refirió al decretazo del 10 de octubre de 2002 -por el cual el gobierno de Fox descontó ''de un jalón'' casi 13 mil millones de pesos a la industria de la radio y la televisión, al eximirla del pago del impuesto del 12.5 por ciento de tiempo aire-, la toma del cerro del Chiquihuite, el dique sin justificación legal para detener el arreglo financiero con los trabajadores de Canal 40 y las autorizaciones para explotar salas de juego y apuesta remota, con permiso expreso para hacerlo por vía electrónica, esto es, "el casino en su casa".
Los telejuegos, sorteos y concursos generan ganancias espectaculares "que se concentran en unas cuantas manos", ya que 80 por ciento de las concesiones de explotación comercial se concentran en Televisa y Tv Azteca.
Corral Jurado aludió luego a la inmovilidad del Poder Legislativo, que no ha sido capaz de llevar a cabo la reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión, "en atención a los intereses de la sociedad" y de la propia industria, que defina límites a la concentración de la propiedad de los medios, un registro público de concesiones y permisos, y una garantía al derecho de réplica.
"Quienes postulamos una reforma en esta materia, no nos oponemos a que la radio y la televisión sean negocio, de lo que diferimos es que sólo sea éso. La actual ley no sirve a nadie; está desfasada en todos los sentidos", recalcó, y subrayó que es necesario alejarse del viejo y viciado esquema bilateral Estado-concesionarios, para definir un nuevo modelo trilateral que incluya a la sociedad.
Uno de los retos, agregó el senador panista, es controlar el dinero en la política y poner bajo un régimen legal moderno la relación entre partidos y medios de comunicación, porque en la actualidad ''todo está regido por el libre mercado, donde la dictadura del espot tiene a disposición de no más de 20 personas 60 por ciento del total del gasto extraordinario para campañas federales, lo que se reproduce y aumenta en los estados".
Es el "mayor negocio privado con recursos públicos", destacó. Del presupuesto solicitado por el IFE para 2006, 4 mil 926.1 millones de pesos se destinarán al financiamiento de los partidos políticos y 3 mil 127.04 millones se canalizarán al pago de publicidad, 85 por ciento de los cuales quedará en los medios electrónicos.
Se trata de una publicidad política "desprovista de contenidos programáticos", de un "dispendio sin ideas" donde con frecuencia sobran las palabras y, por tanto, los compromisos. Las elecciones se ganan o se pierden ahora en la televisión, que ha remplazado a la plaza pública y los locales partidistas.
Una de las asignaturas más importantes que quedan pendientes es ese nuevo marco jurídico que acabe con el viejo modelo autoritario de comunicación. De lo contrario, la televisión seguirá al frente con su poder convocatoria, como lo hizo el pasado 29 de agosto en el Palacio de Bellas Artes, donde logró reunir a la clase política.
Cada vez más el poder mediático sustituirá al Estado y se convertirá en enemigo de la democracia, insistió el senador.