Usted está aquí: domingo 25 de septiembre de 2005 Estados Tumbas individuales remplazan a las fosas comunes en Ciudad Juárez

Los cuerpos son inhumados en el panteón municipal

Tumbas individuales remplazan a las fosas comunes en Ciudad Juárez

RUBEN VILLALPANDO CORRESPONSAL

Ciudad Juárez, Chih., 24 de septiembre. La Procuraduría General de Justicia del Estado anunció la desaparición de la fosa común en Ciudad Juárez; en su lugar se utilizan tumbas individuales para los cuerpos de las víctimas de homicidio que no puedan ser identificados o reclamados por sus familiares en el Servicio Médico Forense (Semefo).

Para su identificación, a los cadáveres se les tomarán huellas digitales, fotografías y análisis de ADN, explicaron Enrique Silva y Carlos Fidencio Reynosa, director del Semefo y jefe de servicios periciales de la Subprocuraduría de Justicia Estatal Zona Norte.

Explicó que una vez efectuados estos procedimientos, el cuerpo se introduce en una bolsa y en féretro de madera para inhumarlo en el panteón municipal. Por cada cuerpo se lleva un registro; en caso de que los familiares o amigos lo ubiquen y reclamen, éstos decidirán si lo dejan en ese lugar o lo exhuman y trasladan a otro sitio.

Con este nuevo procedimiento ya se han enviado al panteón municipal 30 cuerpos y la próxima semana mandarán otros 35. El Semefo tiene capacidad para guardar 90 cuerpos y actualmente cuenta con 53, muchos desde 2004.

En Chihuahua, las pruebas del homicidio de una menor

El jefe de servicios periciales de la Subprocuraduría de Justicia, Fidencio Reynosa, informó que este sábado se entregó a la Fiscalía Mixta para la Atención de Homicidios de Mujeres, en la capital del estado, las pruebas periciales enviadas para ser analizadas en relación con el crimen de una niña de 13 años ocurrido el sábado pasado.

Los indicios, dijo, confirman la participación de Sergio Lorenzo Lemus en el homicidio de Alejandra Janeth Díaz Sánchez. Una prueba es la mancha de sangre localizada en un zapato del inculpado y que corresponde a la derramada por la menor durante el homicidio.

En el expediente enviado están anexadas las pruebas de ADN y las declaraciones de testigos que señalaron haber visto a Lorenzo Lemus por el domicilio de la menor a la hora en que se cometió el homicidio; la confesión del asesino de que mató a la menor bajo el efecto de las drogas y de que se lavó las manos en el chorro de una manguera, hecho que fue presenciado por la abuela de la niña.

 
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