Había prometido no dirigir, pero a los 23 minutos ya estaba dando indicaciones
Apoteósica recepción a Romano pero Cruz Azul empató 2-2 con Dorados
Viví muchas emociones y la respuesta de la gente fue extraordinaria, dijo el técnico
Ampliar la imagen Rub�Omar Romano ya retom� lugar como t�ico del Cruz Azul FOTO Roberto Garc�Ort� Foto: Roberto Garc�Ort�
El día del fair play se convirtió en el día de Rubén Omar Romano, estratega que tras 65 días de estar secuestrado regresó al banquillo del Cruz Azul; había prometido que su auxiliar Isaac Mizrahi dirigiría ante Dorados, pero al minuto 23 "me volví loco" y ya se le vio dando instrucciones en el partido que concluyó en empate 2-2.
El regreso se convirtió en un show, la televisión acompañó el trayecto del autobús al estadio Azul y captó los vítores con que la gente lo recibió al grito de "¡Romano-Romano!", cuando saltó a la cancha tuvo una apoteósica recepción, mantas de bienvenida y papel picado surgieron por todos lados. A paso lento y con el llanto fluyendo libre, Rubén caminó hasta el centro, levantó el brazo para saludar, se tocó el pecho y lanzó besos.
Hubo conatos de bronca entre el remolino de fotógrafos y camarógrafos que peleaban codo a codo por lograr la mejor toma, el gesto más revelador, sus primeras palabras.
En cuanto localizó el palco donde estaban sus familiares, el técnico se encaminó hacia esa cabecera para lanzar más besos y saludos. Todo el tiempo estuvo resguardado por elementos de seguridad que debieron aplicarse para retirarle los micrófonos y grabadoras que amenazaban su rostro y que no lograron más declaración que un entrecortado: "No puedo hablar, no puedo hablar".
"Gracias AFI"
Pero faltaba más. El momento cumbre llegó cuando a media cancha, cerca de las bancas técnicas, Rubén sacó una playera blanca que en la parte frontal decía "Gracias AFI (Agencia Federal de Investigaciones)", y en la parte posterior "Gracias afición". En el altavoz leyeron los mensajes y los aplausos no se hicieron esperar.
El partido comenzó con 10 minutos de retraso, apenas escuchó el pitazo de inicio de José Abramo Lira, Rubén cumplió un breve ritual: cruzó la línea blanca del césped, en el interior de la cancha se persignó y de inmediato se encaminó al banquillo para ceder el papel de estratega a Isaac.
Pero luego de 23 minutos y de un desempeño soporífero de sus pupilos ante un rival bien plantado a la defensiva, se levantó para dar instrucciones a Gabriel Pereyra. Entonces se escucharon aplausos del público que en ese gesto leyó el verdadero regreso del timonel cementero, aunque luego, la misma gente exigió a los jugadores: "¡pongan güevos!"
En el complemento, Dorados mostró otra cara. Se fue al frente en forma sorpresiva y Oscar Pérez debió aplicarse para evitar la primera anotación tras un disparo de Bernardo Sainz, quien al 54 inauguró el tablero. Sainz hizo un primer tiro que el Conejo Pérez rechazó con la rodilla, pero la pelota le volvió a caer al atacante, quien logró horadar la meta local, para el 1-0 que hizo reaccionar a los azules.
Romano ingresó a Alberto Rodríguez para abrir los costados y aprovechar la potencia de sus disparos, enseguida metió a Richard Núñez y estos movimientos dieron de nuevo agresividad a los celestes. Al minuto 62 Francisco Fonseca logró el 1-1 tras gran acción del Chelito Delgado; el Kikín azuzó a sus compañeros y todos corrieron a celebrar con Romano.
El Beto Rodríguez puso el 2-1 tres minutos más tarde y de nuevo todos corrieron a felicitarse con el estratega, hubo algunos descuidos y Hugo García puso en apuros al portero Pérez, el técnico visitante Manuel Lillo echó mano de su gente de banca, su equipo ganó dominio, más aun luego de la expulsión de Gerardo Torrado al minuto 77 por artera entrada sobre Jorge Estrada.
Al minuto 86 Dorados logró el empate por conducto de García, quien sin que nadie le estorbara remitió potente trallazo que pegó en el larguero, luego en la espalda de Pérez y entró a la portería. La Máquina quiso recuperar su ventaja, pero el portero sinaloense, Cirilo Saucedo, no permitió más tantos.
Lillo reconoció que su equipo vive "pendiente de un hilo" por la situación del porcentaje y la meta inmediata es "consolidarse en el máximo circuito", además se declaró contento por la actuación de su equipo y consideró que merecían la victoria. Dijo que la recepción que la gente hizo a Romano "me puso la carne de gallina".
Mizrahi, sentado a la derecha de Rubén en la rueda de prensa final, confesó que sintió que todo esa fiesta "fue un poquito también para mí", se declaró contento por entregar buenas cuentas y entre risas dijo que estaba seguro de que Romano no resistiría quedarse al margen del partido estando ya en el banquillo.
Romano declaró: "Es un día inolvidable, se juntaron un montón de emociones y por momentos se me doblaron las piernas. La respuesta de la gente fue extraordinaria, igual de los jugadores... No esperaba esto", aunque durante el cautiverio "lo imaginé de varias formas". Añadió que Isaac demostró que tiene capacidad para dirigir, "pero yo voy ganando en la vida teniéndolo a mi lado".
Reconoció que el rival fue complicado y comentó que Richard Núñez debe jugar más, pues con él en la cancha hubo gran mejoría. En el afán de la reconciliación con la vida, dijo que con Hugo Sánchez le gustaría "volver a empezar, tener algún saludo y charlar con él", por lo pronto, informó que el lunes ya dirigirá el entrenamiento.