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26 de septiembre de 2005 |
GARROTES Y ZANAHORIAS
CALIBRANDO LA ECONOMIA Las tasas de interés sobre los fondos federales que fija el Banco de la Reserva Federal (Fed) han aumentado de modo constante desde mayo de 2004. Esto significa que en las últimas once veces que se ha reunido el Comité de Mercado Abierto se ha elevado un cuarto de punto porcentual el precio de referencia del crédito hasta llegar a 3.75 por ciento, muy por encima ya del nivel mínimo de 1 por ciento al que había llegado. Había cierta incertidumbre sobre la decisión que tomaría en esta ocasión la Fed. Los aumentos de las tasas han correspondido a la manera en que administra las presiones inflacionarias que se advierten en la economía estadounidense para no afectar el ritmo de crecimiento del producto y del empleo. La incertidumbre provenía del impacto económico provocado por el huracán Katrina y la adversa situación prevaleciente en Nueva Orleáns, así como en otras partes de los estados de Louisiana y Mississippi. En efecto, la Fed pudo optar por no elevar las tasas y así dar un respiro al esfuerzo financiero que tanto el gobierno como las empresas y las familias tienen que hacer para enfrentar las pérdidas por la destrucción de la infraestructura física, las instalaciones productivas y las viviendas. La Fed parece haber estimado que el costo del desastre natural no compensa el efecto adverso que podría generar mantener las tasas al nivel anterior, de 3.5 por ciento. El banco central optó por mostrar que su objetivo principal es sostener las condiciones de estabilidad de los precios como la mejor postura de política monetaria para la economía en su conjunto. La Fed cuenta con un instrumento clave para intervenir en el desenvolvimiento de la economía y prevenir las fluctuaciones fuertes de la actividad productiva, pues puede fijar directamente la tasa de interés de referencia. En ese sentido es una entidad mucho más eficaz que el Banco de México, que está sometido a un procedimiento de subastas de papel de deuda, como son los Cetes, para marcar las pautas del precio del crédito y tiene que jugar con medidas de tipo indirecto como el uso de las reservas de dólares, o bien, la imposición del llamado "corto" para incidir sobre la cantidad de dinero en la economía. En México las tasas de interés de los Cetes son producto de las subastas que hace el banco central cada semana y en las que participan los bancos comerciales. Estas tasas se han reducido en las últimas semanas; así, el martes pasado se fijaron en 9.06 por ciento en títulos a 28 días. Es previsible que las tasas repunten luego del aumento decretado por la Fed pues hay una estrecha relación entre las decisiones de los inversionistas de mantenerse en pesos o irse a dólares. Las ventajas que ahora tiene el Banco de México para que los intereses no aumenten de modo significativo provienen de dos fuentes principales: la primera es la abundancia de dólares que fluyen por concepto de la exportación de petróleo y las remesas y la segunda es el lento crecimiento de la producción que hace que se demanden menos de esos dólares. La estabilidad que defiende la Fed está asociada con una tasa de crecimiento alta en el marco de la dinámica de la economía estadunidense. La estabilidad que defiende el Banco de México está basada en una coyuntura favorable del mercado petrolero, en una distorsión muy grande del mercado laboral que se expresa en la migración de los trabajadores y, sobre todo, en el relativo estancamiento de la economía. Ambos países están muy cerca y, al mismo tiempo, muy lejos § |